Pelas y cortas las patatas a ruedas finas (no demasiado finas!), espolvoreas de sal, las rebozas en harina y luego huevo, y las refríes un poco, para colocarlas después en una cazuela.
En el aceite que te ha quedado, picas un diente de ajo, una pastilla de starlux y añades agua.
Lo rocías sobre las patatas de manera que queden cubiertas de agua. Que hiervan, y en diez o quince minutos ya están listas.