Llegamos al "ecuador" de la asignatura. Una vez que hemos visto dónde estamos, comprendido qué es y para qué tiene que estar la Universidad, y hecho un repaso a qué significa ser estudiante, lo siguiente es volcarnos en lo que es más propio del universitario, sea de la carrera que sea: pensar con rigor, que no es otra cosa que pensar de un modo ajustado a la realidad. Para ello, lo primero que abordamos son los presupuestos para desarrollar nuestra capacidad de pensar de un modo riguroso.
Estos presupuestos son muy sencillos: el asombro, que no es pensar pero sí su inicio, lo que pone en marcha el pensamiento (subtema 3.1); saber distinguir los diversos niveles de realidad que se encuentran implicados en todo asunto o cuestión (subtema 3.2); apreciar los métodos adecuados a cada objeto de estudio y la distinción entre problema y misterio (subtema 3.3).
3.1 El asombro: preguntas y respuestas
¿Por qué empezamos a pensar? ¿Es lo mismo "admirar" que "asombrarse"?
¿Cuáles son los orígenes del pensamiento riguroso?
¿Cuántos tipos y niveles hay que asombro?
3.2 La complejidad de lo real: objetos, sujetos, ámbitos
¿Cómo conocer las realidades de verdad, por dentro y desde dentro?
¿Qué actitud demanda cada nivel de realidad?
3.3 La inteligibilidad de lo real: problemas, enigmas y misterios
¿Hasta dónde podemos conocer?
¿Admiten todos los problemas las mismas soluciones?