"La regla de oro del trabajo intelectual puede traducirse así: no toleres ni medio trabajo ni medio descanso. Entrégate por entero o bien relájate por completo. ¡Qué no haya en ti mezcla de géneros!"
Jean Guitton, El trabajo intelectual [1951], Madrid, Rialp, 1999, p. 39
La entrega plena a algo no sólo nos permite descubrir qué tiene que ver conmigo, sino que hace surgir la pasión, en el buen sentido, esto es, aquello que se da cuando uno se siente poseído por un ideal, un trabajo, otra persona, etc. ¿Alguna vez te ha apasionado algo (una actividad, un propósito)? La pasión por el estudio sólo aparece cuando nos entregamos plenamente a él. Pero esto sólo se da si nos esforzamos por "hacerlo" y no sólo por "intentarlo", como dice Yoda en El imperio contrataca (Irvin Kershner, 1980).