Todos compartimos la idea de que las habilidades sociales y emocionales son esenciales en el día a día de un centro escolar y en los procesos de aprendizaje. Pero para nuestra tranquilidad, esta idea no es sólo una intuición, sino que hay numerosos estudios y evidencias que la respaldan y la corroboran. Esta idea es clave, especialmente en aquellos entornos más desfavorecidos.
Por tanto, podemos decir que las emociones (actitudes y creencias) influyen en el proceso de aprendizaje.
Tanto es así que el informe PISA (2022) incluye ítems relacionados con este aspecto. Si nos centramos en el área de matemáticas, algunos de los puntos que trata, relacionados con las emociones, actitudes y creencias son:
Ansiedad matemática.
Autoeficacia en matemáticas. Razonamiento matemático y habilidades para el siglo XXI.
Mentalidad de crecimiento.
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En el BOE, tanto de educación primaria como de secundaria y bachillerato, hay un saber que se repite continuamente, que es “el error como parte del aprendizaje” o “el error como oportunidad de aprendizaje”.
La resolución de problemas es el eje vertebrador y el error es parte de este proceso. Su gestión dispensará nuevas oportunidades de aprendizaje mejorando los razonamientos y estrategias.
Calificar las propuestas planteadas en el aula (ponerles una nota numérica) no contribuye a este objetivo. Lo constructivo es valorar y centrar la atención en los errores y no en si las propuestas son correctas o incorrectas. Debemos analizar los razonamientos y procesos seguidos, no en si las respuestas son correctas o incorrectas. Esto abre nuevas oportunidades para el desarrollo de la competencia matemática. Si somos sistemáticos en este sentido se convierte en una práctica habitual.
Como dice Jo Boaler (2020) debemos transmitirles “una visión amable de los errores”. Esto lo conseguimos enseñando las matemáticas desde los siguientes aspectos:
La creatividad
Las conexiones
El aprendizaje
El crecimiento
No importa el resultado que se obtiene (en principio, luego habrá que analizarlo) pero todos podemos obtener un resultado a partir de razonamientos o estrategias que pueden ser erróneos o no.
Podemos visibilizar el error a través de diferentes dinámicas: buscar errores entre ellos mismos, representar la resolución de errores a través de dibujos, metáforas…, realizar un diario matemático… Y seguro que vosotros podéis plantear muchas más propuestas.
Una propuesta interesante para que nuestros alumnos sean conscientes de sus progresos es la que nuestro compañero José Luis Muñoz Casado propone en sus aulas: un diario de sensaciones matemáticas. ¿Por qué?
En palabras de José Luís Muñoz Casado:
“Las matemáticas son el arte de la explicación. Si privas a los alumnos de tener la oportunidad de participar en esta actividad de proponer problemas, hacer sus propias conjeturas y descubrimientos, de estar equivocados, de estar creativamente frustrados, de tener una inspiración, y de improvisar sus propias explicaciones y demostraciones) les estás privando de las matemáticas en sí mismas.
Pincha en el enlace diario de sensaciones matemáticas de José Luís Muñoz Casado.