Los procesos matemáticos en la LOMLOE.
Los procesos matemáticos ya estaban presentes en los currículos anteriores pero, en la LOMLOE, son los elementos sobre los que se organiza el desarrollo curricular. Por lo tanto, es necesario modificar algunos aspectos de planificación, organización y gestión del trabajo en el aula por parte del profesorado que afectarán a metodología, selección de actividades y evaluación.
La enseñanza de las matemáticas se distribuye en bloques de contenido que son trabajados generalmente de manera independiente: aritmética – álgebra – geometría – funciones – estadística y probabilidad. Esto es algo interiorizado por docentes y alumnado, e incluso institucionalizado en pruebas como las que regulan el acceso a la universidad, en las que se llega a especificar la cantidad de preguntas de cada bloque que se propondrán.
En el diseño curricular de la LOMLOE, desde la etapa de Primaria hasta el Bachillerato, los objetivos del aprendizaje se explicitan en relación a los procesos matemáticos. En ESO y Bachillerato se contemplan seis bloques para describir los objetivos del proceso de aprendizaje, es decir, las competencias específicas de la materia. Cinco bloques se corresponden con los cinco procesos matemáticos:
Resolución de problemas (CE1 y CE2).
Razonamiento y prueba (CE3 y CE4).
Conexiones (CE5 y CE6).
Representación (CE7).
Comunicación (CE8).
El sexto bloque competencial se relaciona directamente con el sentido socioafectivo. En Educación Primaria también están presentes los cinco procesos, aunque en esta etapa las conexiones intra y extramatemáticas se recogen en la misma competencia específica (CE5), del mismo modo que se funden en una sola los procesos de representación y comunicación (CE6). Esta descripción de las competencias específicas, y de los criterios de evaluación correspondientes, proporciona al currículo de matemáticas una gran coherencia “inter etapas”, que debe marcar la evolución del razonamiento matemático del alumnado en los distintos niveles.
Resulta imposible tratar los procesos matemáticos de forma independiente, pues varios de ellos, si no todos, deberían estar presentes cotidianamente en las aulas. El trabajo de estos procesos ha de realizarse de forma conjunta al de los contenidos, a través de los saberes recogidos en el currículo de las diferentes etapas. Es preciso diseñar actividades que promuevan que el alumnado resuelva problemas, argumente, discuta, maneje diferentes representaciones, deba comunicar y comprender lo que comuniquen los demás. Es preciso ayudar a los alumnos y alumnas a tomar conciencia de los procesos que ponen en juego a la hora de afrontar y resolver una actividad: explicitar la estrategia o estrategias empleadas, compararlas con las empleadas por otros compañeros, describir los modelos de representación empleados y las ventajas y limitaciones de los mismos, promover la comunicación de ideas matemáticas entre el alumnado, enfatizar la presencia y la importancia de las matemáticas en distintos contextos. Deben ser conscientes de cómo el desarrollo de estas competencias incide en la creación de nuevo conocimiento matemático y en su capacidad para conectarlo con el anteriormente adquirido y usarlo en distintas situaciones. Deben conocer el objetivo de la educación matemática, abandonar la concepción tradicional centrada en el aprendizaje y uso rutinario de determinados procedimientos en contextos estandarizados.
Hemos desarrollado el primero de los procesos, planteamiento y resolución de problemas, en una pestaña a parte, dada su importancia. A continuación nos extendemos en la caracterización del resto de procesos matemáticos.