Las matemáticas organizan el mundo que nos rodea y están presentes en la mayoría de actividades cotidianas: desde servir una taza de leche, ir a comprar algunos kilos de fruta, recorrer la distancia diaria hasta la escuela o poner la mesa para seis comensales.
Las matemáticas pueden ser prácticas y divertidas si no las limitamos al cálculo escolar o a los problemas escritos de cuántos caramelos tiene tal o cual. El cálculo, la geometría, las medidas, las proporciones están constantemente presentes en el hogar, el parque, la calle o los paseos. Si como adultos aprendemos a mirar y a descubrir las relaciones entre los objetos, las características y cualidades que encierran o la forma en que los utilizamos, podremos poner al alcance de nuestros hijos la magia de las matemáticas demostrándoles cómo su uso ordena y organiza nuestro mundo.
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