Los Maravillosos
Años 50
Nota Nº 47
EL LANDINI
Fue nuestro “Luna Park” durante más de veinte años, entre los cuarenta y los cincuenta.
Estaba en en ángulo noroeste de Del Valle y Pellegrini, en un predio muy amplio de casi cuarta manzana. Allí se realizaban las más importantes jornadas de boxeo de esa época, que fue muy prolífica en la irrupción de pugilistas notables en Gualeguaychú. También había peleas en los clubes, entre ellos, Racing, Pueblo Nuevo, La Vencedora, que además hacían otros deportes.
Pero éste tenía una nota diferencial: era el único recinto dedicado exclusivamente al boxeo, algo que no tenemos hoy, a 70 años de aquella etapa tan fructífera. Se llamaba “Raúl Landini Boxing Club”, como homenaje en vida al boxeador argentino que a los 21 años logró la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Ámsterdam, en 1928, y siguió peleando con muchos lauros hasta 1940.
El nombre inglés del deporte al que dedicaba, estaba de moda y había otros “boxing club” en el país también dedicados a glorias boxísticas nacionales.
Casi todos nacidos después de 1923 como parte de la ola boxística que desató el célebre combate entre Luis Angel Firpo, “el Toro de las Pampas” y Jack Dempsey en Nueva York.
Un nombre de origen inglés para una institución criolla no era común por entonces, ya que todavía no había llegado la invasión de anglicismos que después copó el habla de los argentinos. Luego abundaron los “púgil club”, como un intento de reconciliación con el idioma. Pocos datos hemos podido recoger de los directivos de aquella institución, porque todo el protagonismo dirigencial, fue absorbido por su alma mater: Ceferino García, “el Negro”, empleado del Ministerio de Obras Públicas y también ligado a los inicios del Hotel París.
El local era muy amplio como para albergar cómodamente a públicos multitudinarios, los días miércoles. Tenía una parte abierta hacia el norte y la otra cerrada que daba a la Av. Del Valle, es decir, apto para peleas de invierno como de verano. Varios cientos de sillas metálicas plegadizas de las que regalaba la cervecería Quilmes con su marca estampada en el respaldo, amplias tribunas populares y el infaltable ring side, con sillas de mayor comodidad.
Entre los boxeadores locales que animaron grandes veladas en el Landini, podemos recordar a: Carlos “Cotufo” Aguilar y sus célebres combates con Lito Chaldain; José “Paisano Rosset”, que debutó alli en preliminares a los 14 años y tambien fue jugador y árbritro de futbol; Julio Marín, Pedro Gómez, los hermanos Osorio, Raúl Yerba, Nolasco Erramuspe, Marcial Barcia, "Indio" Garay, Roldán y muchos otros, que los más viejos se encargarán de recordarnos.
El médico de la institución era el Dr. José María Argañaraz, entusiasta de este deporte. Y los que mayor protagonismo le otorgaba a su manager, Ceferino García, era el rol de presentador oficial de las peleas de fondo. Lo hacía con maestría, logrando sumar expectativa a la que de por sí tenían los combates principales.
Aunque alguna vez, se le presentaron ciertos inconvenientes. Como el de una noche en que promediaba la ampulosa presentación, cuando “Zazá”, el perro de Calengo Rivas, se metió en el ring y a fuerza de ladridos, lo corrió por todo el cuadrilátero. Ello motivó que el miércoles siguiente, al verlo a Zazá nuevamente en el ring side, dispuso preventivamente que el can fuera expulsado por sus antecedentes de mal comportamiento. A lo que se opuso airadamente Calengo –pese a que eran amigos- exhibiendo, para sorpresa general, la entrada para su ubicación en el ring side, correspondiente al perro. Ante tan contundente argumento, no hubía nada que hacer; no lo pudieron echar. Pero como comprendiendo la situación que creara, esa noche Zazá se comportó como un señorito: ni ladró.
Para terminar: dijimos que el nombre fue un homenaje a aquel joven boxeador argentino. Pero el local a su vez, tiene su propio homenaje: el edificio que hoy se levanta en ese mismo sitio, lleva por nombre: “Landini”.
Autor: Dr. Gustavo Rivas