Los Maravillosos

Años 50

Nota Nº 28

Las retretas en Plaza San Martín

Otro entretenimiento que congregaba mucho público en los años cincuenta, fue el de las retretas en la Plaza San Martín. 

Cabe hacer una precisión terminológica; la palabra “retreta”, de origen francés, indica un toque militar que se ejecuta en un avance, o en retirada. Pero lo que acá nos deleitaba tanto, aunque le llamáramos retreta, era en realidad un concierto al aire libre que se daba en la rotonda de la plaza. Y aquí otra aclaración terminológica. El nombre “rotonda” es una denominación de los gualeguaychuenses, para designar lo que en otras partes se llama “glorieta”. Rotonda es un término vial referido a cruces circulares de rutas. Pero acá se le empezó a llamar así, seguramente por su forma circular. Recordemos de paso, que su construcción fue parte del complejo de obras de remodelación de la plaza, durante la intendencia de Don Pedro Jurado, que también abarcó en embaldosado total (antes era de tierra), las columnas de iluminación y otras mejoras. Justamente en el año que llegaba a Gualeguaychú, el Regimiento de Zapadores Pontoneros para quedarse siete años. Hasta que en 1945 llegó el siempre bien recordado “3 de Caballería” ¡el 3 de fierro

Sin duda, el que más se adentró en al alma de Gualeguaychú, al punto de que una calle (ex Diamante) lleva su nombre. En gran parte, por lo que relataremos a continuación.

Con el "3 de Caballería", que vino desde Gualeguay, llegaron a Gualeguaychú muchos militares que luego, en su gran mayoría, se quedaron para siempre a vivir en nuestra ciudad a la que se integraron completa y definitivamente. Y aunque el Zapadores tenía algunos músicos, el "3 de Fierro" venía dotado de una excelente banda, que fue la protagonista en muchos actos oficiales y populares, pero especialmente, en lo que relatamos hoy. 

Y antes de entrar en el tema, recordaremos a modo de homenaje a esos eximios músicos que llegaron con el Regimiento 3, a los que muchos los tienen –espiritualmente lo son- como gualeguaychuenses de origen. Entre otros: Hipólito Madera, Atilio Burgos, Mario Rodríguez, Angel Cremón, Dante y Gabriel Pietrafesa, los hermanos Etechapare, Traid, Campillo, los hermanos Hermoso, Antonio Núñez, Marcelino Amarillo, Rubén Fraccarolli, Zedler, Domingo D’ Agostino, Teofilo Alonso, Sotto, José Maselli, Emilio Jurado, Torres, y Euclides Hereñú.

Y entrando en el tema, las retretas se hacían los días domingo por la tardecita y hasta la noche. La banda llegaba hasta la esquina suroeste de la plaza, allí bajaban de los vehículos y enseguida empezaban a prepararse, probar los instrumentos, organizar, la formación, todo ello a la vista del público – que era multitudinario- y especialmente ante la curiosidad de los niños. Una vez alistados, entraban en formación al son de una marcha, y ante el aplauso de recibimiento que les tributaba la gente. El público se ubicaba alrededor de la rotonda; los más tempraneros, en los bancos del sector y el resto permanecían parados, aunque algunos se sentaban en los canteros. Muchas familias aprovechaban la ocasión para dar una vuelta por la plaza y regresaban a la rotonda. La actuación se iniciaba generalmente con alguna marcha militar, pero luego introducían algunos temas más populares. El concierto duraba hasta bien entrada la noche, pero no muy tarde, porque la mayor parte de la concurrencia eran familias con sus chicos. Al finalizar, la banda hacía su retirada en la misma forma y avanzaban tocando hasta sus vehículos. Los niños admirábamos a su vistoso paso las hábiles figuras que hacía el conductor que marchaba adelante, lanzando y abarajando con habilidad su bastón.

 De los directores, el que más recuerdo es Angel Cremón. En ocasión de alguna fechas patrias, se apagaban las luces de la plaza para realizar la apasionante “retreta del desierto”, evocando escenas de nuestra historia, en la que los músicos iban convergiendo desde distintos lugares. iluminados por antorchas y finalmente reunidos, ejecutar el vibrante final, ovacionados por el público. Inolvidable.

Una vez retirada la banda, las familias volvían a sus casas y otros se cruzaban al "Apolo" a tomar una copa.

Muchos de aquellos músicos, no sólo se quedaron definitivamente en Gualeguaychú, sino que durante su permanencia en el Ejército, integraron y fundaron excelentes conjuntos orquestales, a los que nos referiremos cuando hablemos de los grandes bailes de aquella dorada época. 

Autor: Dr. Gustavo Rivas 

Gualepedia: Índice de la página