Los Maravillosos

Años 50

Nota Nº 37

LOS PERSONAJES POPULARES

Nuestra vida pueblerina tuvo en aquella época una particular fisonomía, cuyo sabor lugareño se nutrió con diversos aportes. 

Ese anecdotario transcurre en la compañía de quienes moviéndose con fluidez entre los distintos escenarios, aportaron lo suyo para completar el cuadro sociológico de la época que evocamos. 

Son los tipos populares que poblaron nuestras calles y que a fuerza de recorrerlas tantos años, dejaron su huella en el recuerdo ciudadano. El destino, con su variada suerte, nos eleva a la cúspide del éxito, como también nos azota contra el suelo, en la desgracia o la derrota. Nuestros personajes callejeros fueron la parte castigada de la vida. Unos porque lucharon y fueron duramente golpeados por reveses de un destino que los arrojó a la calle. Otros, porque renunciaron por anticipado a todo esfuerzo. No estaban en este mundo para eso. 

Retrato de "Coco" realizado por Marta Francou

En algunos casos del primer grupo, el alcohol que sobrevino a la desgracia hizo el resto; entre los segundos, muchas veces las limitaciones con que la naturaleza los puso en el mundo, determinaron su condición.

En algunas ocasiones, nuestros personajes alcanzaron renombre, porque con su reconocida bondad se ganaron el corazón de la gente, como Paco Gómez

En otras, la picardía popular descubrió la veta para la broma y hacia allí dirigió sus dardos. 

Si el personaje optaba por el enojo, automáticamente se estaba cavando la fosa, al convertirse en blanco permanente de los chicos, como el caso de “Rata Blanca” o “Gallareta”. 

¿Qué tuvieron entonces de común nuestros tipos populares? 

Dos cosas: la calle y la pobreza

Deambularon permanentemente por todos los barrios. La calle no es universidad, pero otorga títulos y allí se graduaron en nuestro pueblo la Manyún, la Carambique, la Colita de Chancho, Pintos, Fustel y otros tantos. 

En cuanto a la otra nota común, la pobreza, casi todos vivieron de la caridad pública. 

Tal vez no buscaron la fortuna y prefirieron eludir formalismos y ataduras. 

Para nosotros, llevaron una existencia penosa, estuvieron sumergidos -como decimos ahora-, pero sin proponérselo vencieron la indiferencia y están todavía presentes en la memoria de su pueblo.

Mañana arrancamos con “Manyún”.

Autor: Dr. Gustavo Rivas 

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