Los Maravillosos

Años 50

Nota Nº 30

EL PESEBRE DE ECLIO

Eclio Giusto

Otro atractivo del que disfrutaron los gualeguaychuenses en los años cincuenta fue la contemplación de las admirables invenciones del multifacético vecino ECLIO GIUSTO

Ya lo hemos recordado como autor del diseño de su casa de Alem 222, con una concepción arquitectónica novedosa en el mundo, pero que todavía –años 30- no había llegado a nuestro país. Agregamos ahora que, heredando a su padre Don Lázaro Giusto, era también constructor naval también de avanzada, como que en uno de los buques areneros que hizo, se empleó por primera vez acá la soldadura eléctrica. 

A todo ello hay que agregar otra condición que justifica lo de “multifacético”: era un eximio músico. No solamente ejecutaba magníficamente el bandoneón, sino que además, fue autor de varias melodías. En lo que ha sido heredado por su hijo Víctor Hugo, un excelente pianista. Y por si algo le faltara, fue el constructor en 1959, a pocos meses de la gran creciente, de “Album Familiar” la primera carroza de Gualeguaychú, ante un especial encargo de la pionera del desfile: Blanca Rebagliatti de Lyall

Pero por si algo la faltara a Eclio, fue además un prolífico inventor. Recordemos también lo ya dicho sobre su contribución en la construcción de la "Capilla de Fátima", iniciada en 1948, para la cual no sólo donó abundantes materiales, sino que personalmente trabajó en el diseño del frente para ubicar en lo alto la imagen de la Virgen de Nuestra Señora de Fátima. 

Y fue precisamente en esa Capilla, hoy Parroquia, donde el público tenía ocasión de admirar uno de sus deslumbrantes inventos. Se trataba de un pesebre integrado con figuras móviles que circulaban a su alrededor: pastores, niños, los Reyes Magos, animales, todos los personajes que habitualmente integran esta representación de la natividad. Pero lo más asombroso es que todas esas estatuillas circulantes, eran movidas por un solo motor eléctrico que transmitía su fuerza por medio de un ingenioso sistema de pequeñas correas, poleas, engranajes, surgidos de la inagotable inventiva de Eclio.

En los días del adviento, miles de personas pasaban por Fátima para ver lo que se conocía como “el pesebre de Eclio”.

Otra de sus creaciones técnicas que más se recuerdan, representaba a una obra en construcción. Claro, el viejo astillero que estuvo donde nacía la calle 25 junto al rio, se había mudado al hacerse la costanera, a fines de los 30, al sitio que ocupó más allá del puente donde ahora hay un importante emprendimiento turístico. Pero se había diversificado y ahora la parte más importante, además de la arenera, era la venta de materiales de construcción. 

Entonces se imponía que su siguiente invento, representara esta actividad. Era un frente de un edificio que se estaba levantando y en él, sea en el piso, en escaleras, o sobre los andamios, cada obrero realizaba su trabajo: uno pasaba el fratacho, otro serruchaba, otro martillaba, y al igual que en el pesebre, todos movidos por un solo motor, que por supuesto, el público no veía. Esta tal vez sea la única creación suya que pudieron ver las generaciones siguientes. Porque, aún cuando ya estaba inactiva, había quedado a la vista pero inactiva, hasta el cierre definitivo de “Giusto Hermanos” en 2004, muy cerca de cumplir un siglo. 

Por todo eso y muchas cosas más que hizo por Gualeguaychú, la corta transversal de 25 y costanera, donde estuvo el viejo astillero, lleva su ilustre nombre. 

Victor Hugo y Eclio Giusto

Autor: Dr. Gustavo Rivas 

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