Los Maravillosos

Años 50

Nota Nº 4

CÓMO NOS VESTÍAMOS EN LOS CINCUENTA

No podemos desdeñar este aspecto, que ayuda a diferenciarlas a través de las costumbres. Seguramente los más añosos rememorarán aquello y sus nietos no podrán entender lo infelices que habrán sido sus abuelos. Pero no: estábamos chochos de contentos, no conocíamos otra cosa. 

Lo primero que debemos marcar, es que por entonces no había mayor diferencia entre lo que usábamos chicos y grandes. Toda la ropa era formal, hasta que en la década siguiente se extendió por el mundo la irrupción de los jóvenes contra muchas reglas que empezaron a hacérseles insoportables, entre ellas, las de etiqueta en el vestir, además de empezar a discutir la hasta entonces férrea autoridad de los padres. 

La vestimenta de obreros del Frigorífico durante una capacitación

El movimiento hippie trajo la informalidad en la ropa, los "Beatles" en el largo del pelo, las jornadas de mayo del 68 en Francia y otros países, el alzamiento contra todo autoritarismo, sea de padres, docentes o gobiernos. 

Ello se reflejó en la música, la literatura, el cine y en general la cultura. 

Recuerdo que en los 50 muchos jóvenes nos alineábamos o con “Los Fronterizos” o con “Los Chalchaleros”, muchos con marcado fanatismo hacia unos u otros, mientras el tango seguía reinando y en los bailes se alternaban las orquestas de jazz con las típicas, que ejecutaban tangos, vals y otros ritmos tradicionales. 

Pero a partir de los últimos años de ese decenio llegó el rock con Elvis Presley, Halley y otros, que barrieron con todo y el fanatismo juvenil se mudó a los grupos de rock nacional y a los nuevos géneros. 

Pero volvamos a nuestro tema. Para ir a un baile por ejemplo –hablaremos sobre esto al final de la serie- era obligatorio para todos, pantalón largo, nada de bermudas etc., zapatos, saco y corbata. “Todos” involucra viejos, medianos y jóvenes, sobre todo cuando estos llegaban al fin de la escuela primaria. 

¿Por qué? Porque hasta entonces, los niños usábamos pantalones cortos hasta la rodilla. Y cuando teníamos 12 o 13 años, nuestros padres tomaban la ansiada resolución de ¡ponernos los pantalones largos! Ello significaba todo un acontecimiento social para la familia, los amigos, las chicas; “a fulanito le pusieron pantalones largos” con lo que ya nos sentíamos “grandes”, aunque como en mi caso, fuéramos petisos. 

Las camisas de vestir, con cuello almidonado y las más paquetas con gemelos en los puños; en verano, remeras de un solo color sin dibujos ¡y ninguna leyenda! No obstante, subsistían algunas diferencias: los mayores usaban sombrero en forma mayoritaria.  

Hace poco subí la foto de un clásico de fútbol en esa la época, en la que toda la hinchada estaba con sombrero, además de su saco. 

También entre los mayores, era muy elegante portar un bastón aunque no fueran rengos, y en lugares públicos había percheros para dejar sombreros y bastones. Los que estaban de luto se colocaban una franja negra en la manga del saco, y las viudas vestían de negro durante un año. Algunos más chapados a la antigua usaban polainas, que cubrían en tobillo y parte de los zapatos. Estos eran rigurosamente acordonados, y cuando llegaron los primeros mocasines, muchos nos resistíamos a usarlos, porque al no tener cordones, parecían de mujer.  

Las mallas de baño eran similares a las de ahora, salvo que eran mas cortas y cubrían hasta arriba del ombligo. 

Pero hasta la década anterior, se usaban mallas con pechera, como la del Sr. Venturino, un antiguo empleado bancario que la siguió luciendo en el Neptunia, hasta bien entrados los 60. Las mujeres usaban malla enteriza y recién a fines de la década se vieron a las más “atrevidas” usar “provocativas mallas” de dos piezas. Sin llegar a las bikinis, que se impusieron enseguida y menos aún, a las cavadas actuales. 

La vestimenta diaria en un comercio local (Frávega)

Los varones se han mantenido más conservadores en ese aspecto. El pelo siempre corto, nuestras madres nos enseñaban a hacernos la raya y el clásico jopo, con gomina. Ni soñar con teñirse. Para los deportes y clases de ejercicio físico, era uniforme el buzo azul y pantalón blanco, no había otra cosa, zapatillas “espores” que comprábamos en “La Bandera Blanca” de Alfredo Benvenaste, luego las Skyppis, hasta que las primeras "Adidas" llegaron en los 70 y mucho después, las "Nike".  

Por aquellos años aparecieron los primeros vaqueros, de la marca "Far West" antecesores remotos de los actuales jeans. Los días de lluvia íbamos siempre a la escuela y a ninguno se nos ocurría faltar aunque diluviara. Nos poníamos una capa de tela muy dura que nos cubría la cabeza, botas de goma y también las galochas. Estas eran unas fundas de goma que cubrían todo el zapato. No se iba a la escuela de zapatilla y los guardapolvos o delantales, bien limpitos y almidonados. 

Las niñas no usaban pantalones. Por lo tanto se calzaban medias hasta la rodilla o más en días de frío, en los cuales, encima de calzones, llevaban bombachas de lana que las defendían de las inclemencias del tiempo. 

Las mujeres usaban enaguas, que era una prenda interior por encima de calzón y corpiños. Solo a la mayoría de edad, los tacos altos pintura de labios y maquillaje.

Autor: Dr. Gustavo Rivas 

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