Los Maravillosos

Años 50

Nota Nº 19

PERSONAJES DEL RIO

Segunda Parte

"Lote" Heredia remando desde el Club Náutico hasta el Puerto de vuelta a su casa

Otro de los boteros que quedaron en el recuerdo era AMADOR URBANO FERNANDEZ

Aparte de ser un hombre de río, fue un respetable vecino del barrio del puerto. Vivía en calle Caseros y Buenos Aires, donde actualmente viven algunos de sus hijos. Muy cerca del club del barrio, “Pabellón Argentino”, al final de calle Caseros, que él ayudó a fundar y en cuya cancha se vivieron memorables jornadas futbolísticas. Colaborador en cuanta gesta vinculada al río, lo necesitara. Como que fue uno de los acompañantes de Pichón Ventura en el memorable raid en que unió Fray Bentos y Gualeguaychú a nado en enero de 1963. Era de muy buen trato y respetuoso con todas las personas y jamás discutimos por política siendo que él era peronista y yo, conservador. Contribuía a esa buena relación, el haber sido él un peronista más que respetable por su consecuencia y valentía. 

Sabido es que en la segunda parte de la década, hasta se había prohibido nombrar a Perón. Amador había adquirido una canoa de gran tamaño y había decidido ponerle “Evita” pese al riesgo que ello significaba. Y decidido a jugarse, no sólo le puso el nombre de su admirada, sino que fue más: le puso “Evita P.” como para que no quedara duda. También se dedicaba a la pesca artesanal en gran escala, actividad que han continuado sus hijos. Y en más de una oportunidad, realizábamos excursiones de pesca al río Uruguay en nuestra lancha “Titán”, junto con su hermano Pablo Albano “Chichún”, el Gringo Martínez, también boteros- pescadores. Llevaban inmensos espineles de más de 1.500 anzuelos, alistados prolijamente en cajones y encarnados con el alimento preferido del surubí: sábalo podrido, que por supuesto tenía una baranda espantosa; eran gajes del oficio. Al llegar de tardecita, salíamos en la “Evita P.” a tirar los espineles, que llegaban casi hasta el canal, del lado uruguayo. Al otro día temprano salíamos recogerlos, y cuando el pique era bueno, la inmensa canoa venía de regreso hasta la geta de pescado.

Otros boteros del grupo eran “Nicotina” Rodriguez, “Cuchila” Gómez, padre de uno de los integrantes del prestigioso conjunto “Los Norteños” que heredó su apodo. Ramón Martínez (a) “la Yegua” era además, un gran nadador y bañero en el Club Náutico. Tales sus condiciones, que fue el entrenador de Pichón Ventura en aquel histórico raid. 

También cabe recordar a Juan Ascheri, quien con otros amigos solían juntarse cerca del balneario a jugar al futbol, capitaneados por el Manco Borchez (placero de la San Martín y padre de Cocina), con el Negro Rivas, Carlos Adalberto, el Ruso Larrosa y otros. Tenían como mascota un pibe del barrio que hacía con ellos sus primeras armas en fútbol: era Manuel Alarcón (h) que años después fue figura descollante en Gualeguaychú como jugador de Central Entrerriano y además, un buen Intendente.

Y el botero más chiquito: “Pampita”. Éste era casi enano y con el pelo bien encrespado, lo que le valió el sobrenombre. Pero a diferencia de lo que comúnmente sucede, no era su apodo lo que llamaba la atención, sino su nombre: se llamaba Aguinaldo Albornoz. Tal vez su padre, el día del nacimiento cobró el aguinaldo, que existe en Argentina desde 1924, y para celebrarlo le puso ese nombre, ya que hasta 1943 había plena libertad para elegír los prenombres, que ahora ha regresado. 

Otra figura muy conocida en el río era Cacho Macedonia, quien pese a remar y nadar muy bien, murió ahogado una noche en la canoa gris “La Tonta” de Atilio Della Chiesa, que por ser muy chica y angosta, era celosa. Y aunque no era botero, debemos recordar también a Enrique “Pipo” Godoy que en el mismo lugar alquilaba canoas a los paseantes. 

Muchos creían que era el dueño, pero no: las canoas eran de Héctor Giusto que las construía muy bien; claro traía la prosapia de su padre Don Lázaro, fundador del astillero fundado en 1904.

Y dejamos para el final la figura de uno de los hombres que hicieron historia en nuestro río: MIGUEL ARÉVALO (a) “EL ZORRO”. Fue durante más de 20 años bañero del Neptunia, enseñó a nadar a toda una generación y salvó más de cuarenta vidas rescatándolas de las aguas. De un golpe de vista, percibía cualquier anomalía y actuaba siempre a tiempo, por más llena que estuviera la playa. Tenía una vista de lince: una vez advirtió desde la costa de enfrente, que se estaba ahogando una persona en el balneario y a pitazos y gritos pudo alertar a sus colegas y lograron rescatarlo. Como su casa estaba en el extremo del club más cercana al puente, escuchaba cualquier caída y aunque fuera de noche, corría presto en canoa o nado para salvarlo. 

Pero no todos eran agradecidos: uno lo rajó a putiadas porque la había frustrado su suicidio. Además de bañero era el parquero y cuidador, tan eficiente, que cuando se retiró, hubo que reemplazarlo con dos. Tuvo 7 hijos y algunos le salieron buenos nadadores, como Pepe, al mayor y Freddy recientemente fallecido. Y era tan completo, que lo volveremos a recordar más al final, cuando lleguemos a los bailes de Independiente.

¿Alguno pensará que me olvido de un personaje importante del río? Pero no: a Don Lote le dedicamos la nota de mañana.

Autor: Dr. Gustavo Rivas 

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