Los Maravillosos

Años 50

Nota Nº 23

 Algunas Innovaciones tecnológicas

En aquellos años llegaron algunas, que si bien como novedades, no eran exclusivas de Gualeguaychú, trataremos de contarlas con un toque local.

Por ejemplo los discos “Long Play”. Hasta ese entonces sólo conocíamos los antiguos discos de pasta que giraban a 78 vueltas por minuto. Dado que a ese régimen, el disco se terminaba de pasar más rápido, apenas entraba un tema en cada lado. O sea que un disco traía en total, dos canciones. Tenían otro inconveniente: como generalmente se usaban en las viejas vitrolas a cuerda, con movimiento puramente mecánico sin electricidad, su brazo más pesado, y el mayor tamaño de la púa, hacían que se rayaran con facilidad. 

El "Long Play", en cambio, que llegó en 1955, giraba a 33 rpm y, siendo mayor en tamaño, admitía 5 o más temas por cada lado. También cambió el material, ahora eran de policloruro de vinilo, más liviano y flexible, lo que los hacía más resistentes a las roturas. Los legendarios “Wincofón”, ya eran eléctricos, tanto para su movimiento giratorio como para la reproducción del sonido, por lo que el brazo era liviano y la púa mucho más pequeña. 

La Casa Betolaza en calle 25 de Mayo

Casi al mismo tiempo, llegó otra innovación: el brazo automático, que terminado de pasar un disco, se levantaba solo, esperaba que cayera el siguiente disco (que se colocaban apilados) y volvía a bajar para posarse en el inicio del disco siguiente. 

Lo observábamos con asombro y admiración; sin saberlo, asistíamos así a una de las primeras manifestaciones de la naciente robótica. La "Casa Betolaza", fundada por Enrique Betolaza en 1912, vendía los combinados, llamados así porque eran pasadisco y radio a la vez. 

Eran marca "Winco" y los armaban en un lujoso mueble de estilo francés con especie de puerta-libro horizontal seguramente supervisado por Don Enrique, que en su juventud había sido carpintero. 


En 1953 llegaron los primeros televisores, obviamente en blanco y negro, es decir, al año siguiente del inicio de la televisión argentina y de su primera emisora, el viejo canal 7 que funcionó en el Edificio “Alea” de Buenos Aires. Recuerdo que la primera vez que vi televisión, fue un domingo a la tarde en la vidriera de "Casa Betolaza". Aunque pudimos ver muy poco: tenía tanta “lluvia” (por el granulado, que hacía difusa la imagen) que no sabíamos dónde estaba la pelota en el partido de fútbol que transmitían. 

Los pioneros fueron: la citada casa, y Alberto (Tito) Van Den Dooren que tenía la representación de Phillips y también de las máquinas de escribir Olivetti, en su negocio de 25 y España ángulo noreste. También Armando (Monyo) Mettler tuvo que ver en los inicios y especialmente en la forma de captar la señal por antena y luego fue pionero en al país y Sudamérica en materia de antenas comunitarias y difusión por cable.

Armando Mettler y la primera TV

Volviendo a "Tito" Van Den Dooren, en su negocio vi y usé por primera vez otro invento recién llegado: el "grabador magnetofónico". 

Era un aparato grande y pesado marca “Geloso”, que tenía dos amplios carreteles de cinta magnética. 

Recuerdo que Pedro uno de sus hijos, me hizo grabar alguna estrofas del "Martín Fierro", y cuando las escuché, recién me di cuenta por qué me cargaban tanto por mi voz de pito. 

Otra novedad de aquel entonces, fueron los frenos de aire. Los vimos por primera vez en un camión Mercedes Benz 312 0km. modelo 1954 adquirido por Andrés R. y Agustín Rivas, que por entonces transportaban la nafta "Esso" hasta Monte Caseros, Corrientes. 

No entendía qué era ese estornudo que largaba el motor a cada rato. Me lo terminó de explicar Mario Costa, lo mejor en frenos de toda la zona, en su taller de Chacabuco y Bolívar ángulo noroeste.

Autor: Dr. Gustavo Rivas 

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