Juan 7 - 9 La Luz

Juan 7-9: La Luz del Mundo

Introducción

A. Jesús, el Verbo, en el principio era con Dios y era Dios. (Juan 1:1) No solamente el Creador, tenía la vida en él mismo, y la vida era la luz de los hombres.

1. El énfasis está en la vida y la luz que Jesús trajo desde el cielo.

2. La vida es la manera de vivir, la de justicia y verdad que refleja el carácter de Dios, la naturaleza divina. (2 Pedro 1:3-4)

3. La luz es el mensaje que alumbra a los hombres ignorantes que no conocen a Dios, tanto los judíos como los gentiles. La luz instruye en el camino de la justicia que manda Dios en el cielo para el bienestar de todos los hombres.

4. El Verbo fue hecho carne cuando nació Jesús en Belén. (Juan 1:14) Cuando moró entre los hombres, ellos vieron la gloria del Padre mostrado en la vida del Hijo de Dios, Jesucristo, el Hijo del Hombre.

5. La gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. (Juan 1:16-18) El unigénito Hijo de Dios ha dado a conocer al Padre. Por las enseñanzas y por su propio ejemplo, Jesús nos hace conocer al Padre.

B. Jesús explico a Nicodemo el significado de arrepentirse y de ser bautizado. Usó la metáfora de nacer de nuevo, el nacer de agua y del Espíritu Santo. El Espíritu Santo dio el mensaje del cielo que Juan el Bautista predicaba y Jesús enseñaba la misma doctrina: la transformación que comienza con el perdón de los pecados en el bautismo y sigue con la nueva forma de vivir enseñada en aquel mensaje de arrepentimiento.

1. La vida nueva se llama la “vida eterna.” (Juan 3:15)

2. Creer en el Hijo unigénito del Padre significa aceptar el mensaje que descendió del cielo con el Hijo del Hombre. (Juan 3:13) Uno se salva cuando obedece aquel mensaje, porque ha creído en el “nombre del unigénito Hijo de Dios.” (Juan 3:18) El nombre es la autoridad o el mando de Jesucristo que uno debe obedecer.

3. El que obedece a Cristo “practica la verdad,” y “viene a la luz,” que le corrige sus pecados y arregla su forma de vivir para que sea conforme al nombre de Jesús. (Juan 3:19-21) Las palabras de Jesús son del Padre (Juan 3:34), y da vida eterna al que cree en el Hijo porque creer es obedecer. (Juan 3:36, vea la traducción de La Biblia de las Americas)

C. Jesús enseñó a la samaritana que sus palabras eran como agua viva que al tomarla llegaría a ser una fuente de vida eterna. (Juan 4:10-14) Muchos samaritanos creyeron por la palabra de Jesús, v41.

D. Jesús declaró, “El que oye mi palabra, y cree al que me envió tiene vida eterna, y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.” (Juan 5:24-27) La palabra de Jesús es lo que enseña como tener la vida eterna, si uno la oye, la cree y la pone en práctica. Creer en el Padre significa hacer caso del Padre que nos manda desde el cielo por medio de las palabras de Jesús. Nos da vida porque nos enseña cómo vivir. Las palabras del Padre nos juzgan, nos corrigen, y nos advierte del juicio venidero. (Juan 5:27-35; vea también Lucas 3:7-9)

E. En Juan 6, Jesús alimentó a los 5 mil con 5 panes y dos pececillos para enseñarles que no solo de pan vivirá el hombre (Deuteronomio 8:3) sino de todo lo que sale de la boca del Padre por medio de su Hijo. (Juan 6:32-40, 47-51) Dijo, “El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.” (v62-63) Pedro dijo, “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.” (v68)

F. Ahora vamos a ver en Juan 7-9 que Jesús es la Luz del mundo. La luz de Jesús es la doctrina que enseñó.

I. Juan 7. Jesús ofrece el agua viva en Jerusalén como la ofreció a la samaritana en Juan 4.

A. El contexto de la historia es “la fiesta de los judíos, la de los tabernáculos.” (7:2)

1. Conforme a la Ley de Moisés, el mes séptimo del año religioso, a los diez días fue el día de expiación, cuando afligieron sus almas. A los 15 días comenzó la semana de la fiesta de “sukot,” siete días de vivir en tabernáculos hechas de las hojas de palmas, Levítico 23:42. Fue tiempo de regocijo, Deuteronomio 16:14. “El último y gran día de la fiesta” (Juan 7:37) se refiere al octavo día (Números 29:36) cuando conforme a la costumbre de aquel entonces hubo la ceremonia de derramar el agua.

2. Jesús dijo, “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.” Nos recuerda de lo que Jesús dijo a la samaritana (Juan 4:14), “mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.” Otra vez cuando habló del “pan de vida” (Juan 6:35), “no tendrá sed jamás.”

-- Juan 7:38, “El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.”

-- El lenguaje de Jesús es de las profecías de Isaías acerca de la bendición de las palabras de Dios. Isaías 55:1, “A todos los sedientos: Venid a las aguas, y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche.” V. 3Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David.” V.6, “Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.” V.10-13 “así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.” Otra vez Isaías 58:11, “Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan.”

Hay vida en las palabras de Dios. “Vivirá vuestra alma,” dijo Isaías. “Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová,” porque los caminos y pensamientos son lo que el hombre desobediente usa para justificarse, le justifican falsamente para que siga en sus pecados y en las tinieblas de su corazón. Los judíos andaban en pecado y rebeldía y cuando Jesús les corrigió le acusaron de violar la Ley de Dios porque estaban ciegos, ciegos por causa de sus propias tradiciones, las cuales les justificaban en sus pecados. Jesús les invita recordar la profecía de Isaías que ofrece manantiales en el sequedal.

En el capítulo anterior que argumenta en contra la idolatría también se encuentra esta profecía mesiánica. Isaías 44:1-8, esp. V3, “Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos…”

Volviendo a Juan 7:37-39, v.39 dice, “Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.” La bendición del Espíritu Santo siempre fue la verdad que entregó por medio de las palabras de Dios.

Si no hay entendimiento, no hay “edificación.” Pablo explica muy bien el beneficio de los dones del Espíritu Santo en los tres capítulos de la epístola a los corintios, 12-14. Fíjense en lo que declaró en 1 Corintios 14:1-11, lo que edifica es la “palabra bien comprensible.” Los milagros y las señales podían llamar la atención, pero la profecía predicó la palabra de Dios de una manera comprensible. El poder y bendición están en las palabras del evangelio. Romanos 1:16, “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación…” Romanos 10:17, “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.”

B. Otra vez el contexto es que Jesús trajo un mensaje del Padre Celestial. En capítulo 6 hablando del pan del cielo, dijo 14 veces que el pan o las palabras eran del cielo, eran Espíritu y vida porque descendieron de la mano del Padre. Aquí en capítulo 7 Jesús repite que su doctrina no es de Él sino del Padre. La vida depende de oír y poner en práctica las palabras que con Jesús descendieron desde el cielo.

1. 7:16, “Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió.”

2. 7:17, “El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta.”

3. 7:18, “El que habla por su propia cuenta, su propia gloria busca, pero el que busca la gloria del que le envió, éste es verdadero, y no hay en él injusticia.”

4. 7:28, “A mí me conocéis, y sabéis de dónde soy; y no he venido de mí mismo, pero el que me envió es verdadero a quien vosotros no conocéis.”

5. 7:29, “Pero yo le conozco, porque de él procedo, y el me envió.”

6. 7:33, “Todavía un poco de tiempo estaré con vosotros, e iré al que me envió.”

7. 7:34, “Me buscaréis, y no me hallaréis, y a donde yo estaré, vosotros no podréis venir.”

8. 7:39, “Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.”

C. La vida que Jesús ofreció fue tal que para recibirla uno tenía que hacer la voluntad de Dios.

1. 7:16-17, “Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió. El quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta.”

2. La razón por la cual fue tan importante creer que Jesús descendió del Padre y fue el unigénito del Padre es que los hombres deben de obedecer a Jesús para recibir el beneficio de su mensaje. Tenemos que obedecer al Señor Jesús para tener la vida, y para que haya ríos de agua que brotan de nosotros.

3. 7:18-19. Los escribas y fariseos con los sacerdotes buscando su propia gloria no se sometieron a la voluntad de Dios. “Ninguno de vosotros cumple la ley.” Romanos 10:3, “Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios.”

-- Mateo 23:5 “Antes, hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres.” V14 “hipócritas! Porque devoráis las casas de las viudas, y como pretexto hacéis largas oraciones; por esto recibiréis mayor condenación.”

-- Juan 12:43, “Porque amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios.”

II. Juan 8 – Jesús, La Luz del Mundo

A. “El que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.”

1. La vida que ofrece Jesús depende de seguir las doctrinas de Jesús las cuales alumbran los engaños de las tinieblas, las falsas doctrinas de los hombres que no conocen a Dios de verdad. La presunción de los hombres que añade sus propias tradiciones a la palabra sagrada no pueden dar vida.

2. Las enseñanzas del mundo, de las naciones, eran las supersticiones y las leyendas de los idolatras. Romanos 1:18-32.

3. Las enseñanzas de los fariseos y los escribas de los judíos también estaban llenas de las tradiciones de los hombres. Mateo 15:1-20, especialmente v. 8-9.

-- En Juan 7:14-17, cuando Jesús enseñaba en el templo, los judíos se maravillaban diciendo, “¿Cómo sabe éste letras, sin haber estudiado?” Jesús les contestó que su doctrina era de aquel que le envió. Entonces añadió, “El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios…” El punto principal siempre fue que todos tenían que obedecer la enseñanza de Jesús porque no era de hombres, sino de Dios.

-- Juan 7:37-39, al hablar de “agua viva” la cual Juan explica se refiere al Espíritu Santo que los discípulos iban a recibir, Jesús llamó la atención otra vez al efecto de escuchar el evangelio, las palabras de Dios que el Espíritu Santo entregaría a los discípulos, los que habían creído en Él.

-- Juan 7:45-53, cuando los alguaciles volvieron a los principales sacerdotes sin llevar cautivo a Jesús, les dijeron: “¿Por qué no le habéis traído?” Los alguaciles respondieron: “¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!” Fíjense en lo que los incrédulos dijeron, “Mas esta gente que no sabe la ley, maldita es.” La verdad es estos líderes del pueblo no sabían la ley. Era ciegos guías de ciegos. No sabían cómo obedecer a Dios. Mateo 15:14, Jesús dijo, “Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo.”

4. Jesús explicó a los judíos que sus palabras eran las que oyó del Padre en los cielos, de donde Él había venido. En capítulo 8, Jesús repitió este concepto 13 veces. Por eso dijo:

-- Juan 8:14, “mi testimonio es verdadero”

-- Juan 8:16, “mi juicio es verdadero”

-- Juan 8:19, “No me conocéis a mí ni a mi Padre.”

B. Jesús usó la terminología de la corte: “Yo doy testimonio.” (8:14) “Yo no juzgo a nadie. Y si yo juzgo, mi juicio es verdadero; porque no soy yo solo, sino yo y el que me envió, el Padre.” (8:15, 16) “El Padre que me envió da testimonio de mí.” En el v. 26, “Muchas cosas tengo que decir y juzgar de vosotros…”

1. Jesús les acusa de no conocer al Padre. Después les condena en Juan 8:21, “en vuestro pecado moriréis; a donde yo voy, vosotros no podéis venir.” Otra vez el lenguaje de Jesús es de Isaías 55:1-3, “las misericordias firmes a David” se ofrecieron a los que inclinarían su oído, y vendrían a Dios. Oirían y vivirían sus almas. Por no oír a Jesús, morirían en sus pecados.

-- Los v. 21-30 hablan de la consecuencia de no hacer caso de los sermones de Jesús, tales como el “Sermón de Monte.” Las parábolas de Jesús también tocan el tema de aquellas consecuencias. Morir en pecado es perder le perdón del pecado y estar excluido de toda bendición celestial.

2. En Juan 8:21, Jesús les excluye del beneficio que ofrece a los que creen en Él. “Yo me voy, y me buscaréis, y moriréis en vuestro pecado; adonde yo voy, vosotros no podéis ir.”

--¿A dónde iba? Repetidas veces Jesús declaraba, “¡Yo soy de arriba!” Aquí en v. 23 dice, “Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba, vosotros sois de este mundo, y no soy de este mundo.” Jesús insiste en que los israelitas terminaran de escuchar a estos falso maestros porque son carnales. Son de este mundo y por lo tanto son mundanos. No son de Dios. No son del cielo como Jesús. Dijo en 7:33 “voy al que me envió.”

-- Jesús dijo, “me buscaréis.” El profeta Amós dijo, “He aquí vienen día, dice Jehová el Señor; en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová. E irán errantes de mar a mar; desde el norte hasta el oriente discurrirán buscando palabra de Jehová, y no la hallarán.” (Amós 8:11-12) También en Proverbios 1:24-33, “Por cuanto llamé, y no quisisteis oír… Por cuanto aborrecieron la sabiduría, y no escogieron el temor de Jehová ni quisieron mi consejo, y menospreciaron toda reprensión mía, comerán del fruto de su camino…” (Hebreos 3:15; Salmo 95:7-8)

C. “Si no creéis que yo soy, moriréis en vuestros pecados.” Juan 8:24

1. La frase, “yo soy,” se repite en v. 26, en v. 28, y en Juan 13:19.

2. En el v. 58, “Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.” Jesús lo hace bien claro que se refiere a lo que Jehová declaró a Moisés en Éxodo 3:14. “Y respondió Dios a Moisés: Yo Soy EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros.” El significado del nombre “Jehová,” es “El SER”.

-- Isaías 41:4, “¿Quién hizo y realizó esto? ¿Quién llama las generaciones desde el principio? Yo Jehová, el primero, y yo mismo con los postreros.” (Isa. 44:6; 43:10 “yo soy”)

-- Apocalipsis 1:4, 8, 17; 21:6; 22:13; “Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.”

3. Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, el YO SOY, como Jehová del Antiguo Testamento.

D. “Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que yo soy…” Juan 8:28.

1. Romanos 1:3-4, “acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne, 4 que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos,” Cuando crucificaron a Jesús, el Hijo del Hombre, fue sepultado hasta el tercer día cuando resucitó de la muerte. Así fue declarado el YO SOY, el Hijo de Dios, con poder por la resurrección de entre los muertos.

2. Dijeron, “¿Tú quién eres?” Jesús le contestó, “YO SOY.”

3. Pedro declaró la identidad verdadera en el primer sermón de Pentecostés, Hechos 2:22-36, “Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.” En la epístola de Pedro, dijo, “nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección e Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible…” (1 Pedro 1:3-9)

4. Pablo predicó a Cristo crucificado. 1 Corintios 1:17-18, 23; 2:2: “Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.” V23, “pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura.” 2:2, “Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado.” 1 Corintios 15:1-8: “Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, … por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos , … Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras, y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras.”

E. “No me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada.” Juan 8:29

1. La unidad y la comunión entre Jesús y el Padre fue posible porque Jesús siempre hacía lo que agradaba al Padre. La obediencia a la voluntad del Padre fue el requisito para que el Padre estuviera con el Hijo. Solo así podía Jesús conocer la verdad la cual Él predicaba con fidelidad. Al escuchar estas cosas muchos creyeron en Jesús.

2. Ya que habían creído en él, Jesús hizo la aplicación a los creyentes. V. 31-32, “Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la vedad, y la verdad os hará libres.” Estas palabras serán la base del resto de capítulo 8.

-- Permanecer en la palabra de Jesús significa obedecer las enseñanzas, es decir, poner en práctica los sermones de Jesús los cuales llamaban a todos a que se arrepintieran de todas las malas costumbres que Jesús había corregido.

-- Solamente así podían los discípulos conocer la verdad, la cual les haría libres de la esclavitud del pecado. Sueltos de las prácticas que alejan al hombre de su Dios, podían tener la comunión con el Padre que Jesús ya tenía porque siempre hacía “lo que le agrada.”

F. “De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.”

1. Cuando Jesús dijo, “la verdad os hará libres,” los judíos rebeldes confiando en su parentela física y carnal, “Linaje de Abraham somos,” confiaban en la carne en vez de confiar en la verdad que les condenaba en las palabras de Jesús. Protestaron, “y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres?” ¡Qué mentira! Sufrieron la esclavitud bajo Egipto, bajo Siria, bajo Asiria, bajo Babilonia. Los rebeldes no son honestos sino arrogante. Se sentían ofendidos cuando Jesús intentó corregir los pecados de ellos.

2. Jesús contesta por definir la esclavitud, “todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.” Nada más ni menos. En vez de someterse a las palabras de los profetas del Señor, buscaron ofenderse sobre la implicación de un insulto en contra su raza. El orgullo de la raza de uno cierra los oídos y los ojos.

-- En Lucas 3:8, Juan el bautista había dicho, “Haced frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis a decir dentro de vosotros mismos: Tenemos a Abraham por padre; porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.” El profeta no hacía caso del orgullo de la raza.

-- Mateo 21:23-27, Cuando los sacerdotes y los ancianos preguntaron: “Con qué autoridad haces estas cosas? ¿y quién te dio esta autoridad?” Jesús les preguntó, “El bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿Del cielo, o de los hombres?” Ellos “discutían entre sí, diciendo: Si decimos, del cielo, nos dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis?” Obviamente no creer a Juan implica que no se sometieron ni al bautismo de Juan, ni al arrepentimiento que enseñó. Quedaron esclavos del pecado por causa de su rebeldía. El resto de Mateo 21 explica el gran error que hicieron. Desobedecieron al Padre Celestial.

3. El apóstol Pablo escribió en Romanos 6:16-18, “¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? 17 Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; 18 y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.”

-- Obedecieron el evangelio que Pablo analizó en Romanos 6:1-7. Cuando uno ha sido bautizado en Cristo Jesús, ha sido bautizado en su muerte, sepultado juntamente con Cristo Jesús para muerte por el bautismo, a fin de andar en vida nueva, como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre. El v. 6 dice, “sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.” Dos cosas pasan: el perdón de los pecados pasados (v7, “ha sido justificado del pecado.” Vea Hechos 2:38) y la nueva vida que no sirve más al pecado.

4. Juan 8:36,Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.” Jesús describe sus enseñanzas, las del Hijo de Dios, Hijo del Padre Celestial, quien corrige sus pecados para librarles de la esclavitud del pecado, y así hacerles verdaderamente libres.

-- v. 37 “Sé que sois descendientes de Abraham” Jesús no intentó insultarles y no quiso ofender sus sentimientos por usar aquella terminología, pero la razón verdadera de su ofensa fue “porque mi palabra no halla cabida en vosotros.”

-- v. 38 “Yo hablo lo que he visto cerca del Padre” Jesús conoció al Padre de cerca, porque era el Hijo de Dios. Sin embargo, ellos procuraban matarle. El motivo de los judíos fue, “vosotros hacéis lo que habéis oído cerca de vuestro padre.” Jesús escuchaba a su Padre Celestial, pero ellos escuchaban “cerca” a otro padre. ¿Quién sería?

G. ¿Quién es su padre? Juan 8:39-47

1. No dijeron, “Nuestro Padre es Dios,” sino “nuestro padre es Abraham.” Entendieron que Jesús hablaba de su padre en términos más allá que lo físico porque acaba de reconocer que era descendientes de Abraham. Su mala conducta fue por causa de la influencia de otro padre. El Espíritu Santo los dirigía a ver la mala condición en la cual se encontraban. Se jactaban de ser hijos de Abraham, pero no hacían lo que harían tales hijos.

2. Jesús dijo, “Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais. Pero ahora procuráis matarme a mí, hombre que os he hablado la verdad, la cual he oído de Dios; no hizo esto Abraham.” La espada de dos filos ahora alcanzaba la conciencia de ellos. ¿Podían ellos negar que las palabras de Jesús eran “la verdad”? ¿Por qué querían matar a Jesús? Cuando Dios mandó a Abraham hacer algo, ¿alguna vez se enojó?

3. Jesús volvió a decir, “Vosotros hacéis las obras de vuestro padre.” Otra vez la pregunta, ¿quién es el padre que les hace procurar matar al Hijo de Dios?

4. “Entonces le dijeron: Nosotros no somos nacidos de fornicación; un padre tenemos, que es Dios.” El concepto es carnal, parecido a la doctrina del pecado original. Una persona nacida del pecado será pecaminosa, y por lo tanto mala, haciendo obras malas. Ya que no eran nacido de fornicación, nacieron limpios, justos, e hijos de Dios. De esta forma de pensar, tendrían que olvidar las profecías de Oseas que llama a sus padres fornicarios. Oseas 4:18, “fornicaron sin cesar.”

5. Jesús no les condena por lo que hicieron sus padres, sino por lo que ellos mismos hacían. Juan 8:42, “Jesús entonces les dijo: Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que él me envió. ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra.” Nos recuerda de Mateo 13:13-17, “viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden… Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyen pesadamente, y han cerrado sus ojos…” No es que nacieron de fornicación, sino no querían oír.

6. ¿Quién les hizo cerrar los oídos y los ojos? Juan 8:44-47, “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.” La verdad es más que doctrina. La verdad es la manera de vivir. Es el comportamiento de la persona: la integridad de sus palabras y de sus hechos.

7. “El que es de Dios, las palabras de Dios oye” Juan 8:47.

-- 1 Juan 4:6,Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error.”

-- Juan 8:45, “Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis.” Hacían caso solamente de los que les apoyaban en sus pecados y errores.

-- Juan 8:46, “¿Quién de vosotros me redarguye de pecado? Pues si digo la verdad, ¿por qué vosotros no me creéis?” Jesús les ofreció la oportunidad para quitarle la razón. Ya fue el momento para condenarle por algún pecado. Fue el momento para hallar falta en sus palabras o en sus hechos. Si Jesús no fue ni pecador ni mentiroso, ¿por qué no creyeron a Él?

III. Jesús, el Gran Yo Soy, Juan 8:48-59

A. Jesús invitó a los incrédulos a que le redarguyera de pecado, a Él mismo. Aparentemente no pudieron encontrar pecado en Jesús, porque dijeron: “¿No decimos bien nosotros, que tú eres samaritano, y que tienes demonio?”

1. No hay pecado en nacer samaritano. Otra vez buscaban pecado en la parentela de otra persona en vez de llamar la atención al pecado que hizo. Intentaron difamar a Jesús por decir que cuando negó que Abraham y Dios eran “Padre” de los judíos, hablaba como los enemigos de ellos, los samaritanos.

2. Además, al decir que Jesús tenía demonio, blasfemaron al Espíritu Santo que moraba en Él. Los demonios quitaban de los hombres su sanidad mental. Cuando Jesús echó fuera el “Legión,” hallaron al hombre de quien habían salido los demonios, sentado a los pies de Jesús, vestido, y en su cabal juicio…” (Lucas 8:35) Los judíos decían que Jesús hablaba como un loco.

B. Juan 8:49-51. “Yo no tengo demonio, antes honro a mi Padre; y vosotros me deshonráis. 50 Pero yo no busco mi gloria; hay quien la busca, y juzga. 51 De cierto, de cierto os digo, que el que guarda mi palabra, nunca verá muerte.

1. No había nada de locura en los sermones de Jesús los cuales levantaban la vida de los hombres al nivel de Dios. Jesús honraba a su Padre. Cuando deshonraron a Jesús, fue una ofensa en contra Dios. Hechos 2:22-24, “Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis; 23 a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole; 24 al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella.”

-- Hechos 2:36, “Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.”

-- Él que los judíos deshonraron no se glorifica a sí mismo. Es el Padre que le glorifica y juzga a los que le deshonran. Juan 12:23, “Jesús les respondió diciendo: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado.” V.26, “Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.”

2. Juan 8:51 “El que guarda mi palabra nunca verá muerte.” Ante decía, “El que cree en mí, tiene vida eterna.” Juan 6:47; 3:15-16, 36. “El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna…” Juan 6:54. El guardar la palabra de Jesús es igual a creer en Jesús. Es el significado de la figura de comer la carne de Jesús y beber su sangre.

C. Juan 8:52-53 “¿Quién te haces a ti mismo?”

1. Los ciegos cuestionaron la metáfora de la muerte. En realidad, no aceptaban las enseñanzas de Jesús.

2. Ridiculizaron la grandeza de las palabras de Jesús por poner más altas las palabras de Abraham y los profetas quienes ya hacía tiempo murieron. Jesús también iba a morir y sus discípulos en el sentido físico, pero la vida eterna permanece después de la muerte. Mateo 10:28, “Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.”

3. No podían imaginar lo que Jesús estaba al punto de declarar: nada menos que la preexistencia eterna de sí mismo.

D. Juan 8:54-59, “Mi Padre es el que me glorifica.”

1. No escucharon la voz que clamaba en el desierto, Marcos 1:1-4.

2. No escucharon la voz, “Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.” Marcos 1:9-11.

3. Por tanto, no conocieron al Padre, “el que vosotros decís que es vuestro Dios.” Juan 8:54.

4. Al contrario Jesús conocía al Padre y guardaba su palabra, v 55.

5. Abraham, junto con todos los santos de Dios, se gozó de que había de ver el día de Jesús; “y lo vio, y se gozó.” (1 Pedro 1:10-12) “cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles.”

E. “Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.”

1. Burlándose de Jesús, dijeron, “¿has visto a Abraham?”

2. Para contestarles, Jesús se les presentó como “Jehová,” el Gran Yo Soy. “De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.”

-- No hay ninguna verdad más importante.

3. Los ciegos judíos, en vez de arrodillarse delante de Dios, “Tomaron entonces piedras para arrojárselas…”

Conclusión

A. Juan 9 nos presenta el ejemplo entre muchos de la sanación de un ciego.

1. Jesús es “la luz del mundo.” Juan 9:5.

2. El mundo está llena de las tinieblas. Los incrédulos, aunque tienen ojos, son ciegos.

3. Esta es la triste historia del debate entre el ciego que recibió su vista y los rebeldes incrédulos quienes tenían ojos, pero no podían aceptar la verdad frente a ellos.

B. La condenación de aquellos judíos se encuentra en Juan 9:41, “Jesús les respondió: Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; mas ahora, porque decís: Vemos, vuestro pecado permanece.”