Juan 12 La Muerte que nos Da La Vida Eterna

La Muerte que nos da la Vida Eterna – Juan 12

-- Anticipación de que Jesús fuera glorificado

-- La Gloria de Jesús, Parte Dos

Introducción

A. Cuando Jesús levantó a Lázaro de la muerte, lo hizo para “la gloria de Dios y para que el Hijo de Dios fuera glorificado por ella.” Juan 11:4

B. Jesús vuelve a Betania en Juan 12 algunos meses después, seis días antes de la fiesta de la Pascua, durante la cual Jesús fue crucificado.

C. Jesús repite la enseñanza anterior que exige la muerte para vivir. El tema es el fundamento de la nueva vida que Jesús enseñó: la vida que Dios tiene, la cual envió a la tierra en las palabras de Jesús su Hijo. Aquella vida también se llama “la vida eterna.”

I. María ungió los pies de Jesús. Juan 12:1-8

A. “La casa se llenó del olor del perfume.”

1. La obra del amor, aunque pequeña, tiene efecto grande. Bendice a todos en la casa.

2. La obra de María fue muy personal. Precioso fue el nardo puro para una mujer. El ungir los pies de Jesús fue muy generoso, pero enjugó los pies con sus cabellos. El cabello de la mujer es precioso a todas mujeres.

B. El ladrón Judas Iscariote no apreció la obra de generosidad y de amor que María hizo porque no amaba a Jesús así y fue avaro. Fue carnal y no apreció la vida que Jesús ofreció al mundo pecador.

1. Los mundanos no aprecian las obras de luz y de vida.

2. Judas habló mal de la obra. Acusó a María y a Jesús a no querer a los pobres.

3. Jesús contestó la difamación por decir:

a. La obra de amor fue sagrada. María había guardado la costumbre para el día de la sepultura de Jesús. El amor puede ser generoso sin culpa. No es mal gastado, no es desperdiciar los recursos cuando se ofrecen a Cristo.

b. Juan 12:8, “Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros, mas a mí no siempre me tendréis.”

-- Los pobres siempre ocupaban un lugar alto en los planes de Jesús. Lucas 6:20, “Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios.”

-- Lucas 14:13, “Mas cuando hagas banquete, llama a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos; 14 y serás bienaventurado; porque ellos no te pueden recompensar, pero te será recompensado en la resurrección de los justos.”

-- Jesús mismo se hizo pobre para hacernos a nosotros ricos, 2 Corintios 6:10; 8:9.

-- Dios escogió a los pobres ricos en fe, Santiago 2:5; 1 Corintios 1:26-31.

-- Sin embargo, Jesús estaba con ellos, el que moría por ellos. No fue hombre sino Dios en la carne, digno de la adoración.

c. Adorar a Jesús nos bendice y nos salva del pecado y de las tinieblas de este mundo. Nos bendice porque el mando de Jesús nos enseña cómo vencer al pecado y vivir la vida eterna. Nos salva de los engaños de Satanás, los engaños de la carne que nos hacen andar como necios, perversos, y muertos.

II. El nombre de Lázaro estaba en los labios de todos los judíos de Jerusalén. Juan 12:9-19.

A. “Gran multitud de los judíos”: Llegaron para ver a Lázaro.

1. La consecuencia de oír de la resurrección de Lázaro y ver a Jesús con él, el muerto ahora vivo, fue que “muchos de los judíos se apartaban y creían en Jesús.” V11

2. ¿Se apartaban de quiénes? Se apartaban de los incrédulos: los sacerdotes, los saduceos, los escribas, los ancianos, y los fariseos. Se acercaban a Jesús y sus discípulos, al Dios de sus padres y del pacto con Abraham.

B. “Grandes multitudes” recibieron a Jesús alabándole, diciendo: “¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel!”

1. Se cumplió la profecía de Zacarías 9:9, “No temas, hija de Sion; He aquí tu Rey viene, montado sobre un pollino de asna.” Tu Rey viene, Jesucristo, el ungido del Señor. Cristo significa ungido con la implicación que Dios había escogido a Jesús y lo ungió para servir como Rey de su pueblo, el nuevo Israel.

2. Aunque fue glorioso, los discípulos no entendieron el significado hasta después de su resurrección, “cuando Jesús fue glorificado, entonces se acordaron de que estas cosas estaban escritas acerca de él, y de que se las habían hecho.” El tema de la gloria se repite. Fue la gloria que se mostró cuando se entregó a sí a la muerte de la cruz y con el glorioso poder de Dios lo resucitó.

-- Fue declarado Hijo de Dios, Romanos 1:1-4: “él había prometido antes por sus profetas en las santas Escrituras, 3 acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne, 4 que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos.”

3. Juan 12:17, “Y daban testimonio la gente que estaba con él cuando llamó a Lázaro del sepulcro, y le resucitó de los muertos.” Glorioso fue el poder de la señal. El público no pudo ignorarla.

-- v18, Por lo cual también había venido la gente a recibirle, porque había oído que el había hecho esta señal.” El motivo de acercarse a Jesús fue la evidencia públicamente demostrada que Dios daba su testimonio que Jesús fue todo lo que decía de sí mismo: el Hijo de Dios y el Mesías de las profecías.

4. Sin embargo, los fariseos con sus ojos cerrados por la envidia y sus ilusiones carnales. Dijeron, “el mundo se va tras él.” No apreciaron la gloria, la luz, y la vida que les ofrecía Jesús. Los fariseos estaban absorbidos en su propia gloria y las alabanzas de los hombres. Mateo 23:5-12, 28, Antes, hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres. Pues ensanchan sus filacterias, y extienden los flecos de sus mantos; 6 y aman los primeros asientos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas, 7 y las salutaciones en las plazas, y que los hombres los llamen: Rabí, Rabí.” … “Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.”

III. Morir para vivir – Juan 12:20-35

A. Ciertos “griegos” (gr.- Hellenés) se refiere a los gentiles, tal vez prosélitos “de la puerta,” es decir, todavía incircuncisos. No eran los judíos que hablaban el griego y habían adoptado las costumbres de los griegos como se encuentran en Hechos 6:1, (gr.- Hellenistón): “murmuración de los griegos contra los hebreos, de que las viudas de aquéllos eran desatendidas en la distribución diaria.”

1. Buscaban ver a Jesús, como los de Persia cuando nació en Belén. Mateo 2:1 “vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.”

2. Llamaron la atención de Jesús de la visión más grande de su propósito. Vino para salvar no solamente a los judíos sino también a todo el mundo. Juan 3:16, “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito…”

-- La profecía de Génesis 22:18 que Dios hizo a Abraham, “En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra.”

-- Anteriormente en Juan 10:16, Jesús había declarado, “También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.”

B. Juan 12:23, “Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado.”

1. ¿Cuál gloria? ¿La gloria de morir? ¿o la gloria de resucitar el tercer día? Puede ser la gloria de llevar mucho fruto a la gloria de Dios.

2. v.24, “De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.” El fruto sería gloria para Dios y para Él mismo. Sin embargo, primero la muerte: fue necesario morir en la cruz, y DESPUÉS la vida, la resurrección. La vida para todos los hombres dispuestos a escuchar su voz y aprovechar el perdón y la nueva vida en Cristo.

3. v.25, “El que ama la vida” significa “el que guarda la vida como si fuera preciosa y rehúsa rendirla a los propósitos de Dios su Salvador y Redentor.”

-- “la perderá” significa “perderá lo que es la vida verdadera.”

-- “y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará.” “Aborrecer la vida” significa “a comparación con amar la vida.” Significa la disposición de querer agradar a Dios más que la vida. Significa querer llevar a cabo los propósitos de Dios que conservan la vida.

-- “En este mundo” significa la vida terrenal, la vida física, la vida la cual cuando nos amenaza con la muerte, tenemos miedo y el miedo nos debilita. Nos caemos en el pecado. Mentimos y traicionamos a los amados. Casi todo pecado de debilidad resulta de querer guardar y mejorar la vida física.

-- “Para vida eterna la guardará.” Significa guardará la vida verdadera para la vida celestial: es decir, la vida santa y justa conforme a “la naturaleza divina.” 2 Pedro 1:3-4, “Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, 4 por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia.”

-- Entonces la vida que Jesús ofrece exige que seamos renovados. Tenemos que quitar las costumbres viejas y aceptar la nueva forma de vivir. Así nos enseña Cristo, Efesios 4:20-32, “… si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús. 22 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, 23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente, 24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.”

-- Es la nueva criatura de 2 Corintios 5:14-17, “Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; 15 y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos. 16 De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así. 17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

-- La nueva criatura es el que nace de nuevo, Juan 3:1-5. Es el mismo que es nacido de Dios, 1 Juan 3:9; 4:7; 5:1-2. El que nace de nuevo, nace de Dios y conoce a Dios y es conocido de Dios. Como las ovejas oyen a su pastor, Juan 10, oyen a Cristo y obedecen las Palabras nos dejó. 1 Juan 4:6, “Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error.”

4. Juan 12:26, “Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.”

-- “Sígame”: ¿A dónde iba Jesús en aquel momento? Precisamente andaba rumbo a la cruz, la muerte. Jesús invita a sus discípulos aceptar las consecuencias de seguir a Jesús hasta morir como Él iba a morir. De todos modos nos invita a nosotros considerar a nuestros cuerpos ya muertos a los deseos que impidieran el servicio. Colosenses 3:1-5, Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. 2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. 3 Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. 4 Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.”

-- “Donde yo estuviere” significa que Jesús iba al cielo. Jesús de antemano animaba a sus discípulos pensar en la felicidad al otro lado de la prueba. Dijo además, “mi Padre le honrará.” Es decir, Jesús vivía en el gozo de anticipar la reunión celestial y el poder de presentar sus discípulos al Padre.

5. Juan 12:27-30, “Ahora está turbada mi alma.” La hora de desgracia y vergüenza se acercaba. Es muy difícil contemplar.

-- v28, ”Padre, glorifica tu nombre.” Sería gloriosa la obediencia de Jesús, cuando el Hijo de Dios se rindió al oprobio de la cruz. En Getsemaní, más tarde, dijo Jesús, “Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú …. hágase tu voluntad.” Mateo 26:39, 42. El apóstol Pablo escribió a los filipenses (Fil. 2:5-11), “obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre…” Hubo gloria en obedecer a Dios hasta la muerte para Jesús, y hubo gloria cuando venció a Satanás y a sus seguidores cuando les quitó el botín de los perdidos en pecado. Hubo gloria en la resurrección y en la ascensión y en el establecer su iglesia.

-- “Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez.” ¿Por qué dar gloria al Hijo de Dios? Porque es Dios. Porque es Creador, Todo Poderoso, Sustentador de la Creación, y de los hombres. El Padre glorificó al Hijo por las obras que le dio para hacer: los milagros, los prodigios, y las señales y maravillas. Lo iba a glorificar por resucitar de la muerte el tercer día.

-- Algunos testigos decían que había sido un trueno. Otros decían un ángel le había hablado. La voz misma de Dios dio gloria a Jesús con la fuerza y el carácter de un trueno. Vino la voz por causa de ellos que escuchaban las palabras de Jesús.

6. Juan 12:31-32, “Ahora es el juicio de este mundo (gr. Kosmou, el orden de este mundo); ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.”

-- “El mundo” en Juan: (1:10) “el mundo no le conoció”, (3:16, 17) “amó Dios al mundo”, (4:42) “Salvador del mundo”, (6:33, 51) “da vida al mundo”, (7:7) “el mundo a mí me aborrece”, (8:12) “la luz del mundo”, (12:47)salvar al mundo”

-- “el príncipe de este mundo(Juan 14:30; 16:11) En Efesios 2:2, “el príncipe de la potestad del aire” y Efesios 6:11-12, “Las asechanzas del diablo…” “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en regiones celestes.”

-- “Juicio de este mundo” Jesús juzgaría al mundo por ser el inocente Hijo de Dios condenado a muerte en la cruz por la envidia y por la hipocresía, la justicia fingida. Aquel juicio comenzó cuando el mundo crucificó a Jesús, pero habrá castigo, el resultado del juicio, cuando Jesús regresa para juzgar al mundo. Jesús nos dejó una profecía del castigo de Jerusalén en Mateo 23:37-39 y Lucas 23:28-31. El juicio siempre comienza con la casa de Dios, el pueblo de Dios, pero el último juicio será al fin cuando Dios destruirá todos los elementos de los cielos y la tierra, 2 Pedro 3.

-- Hechos 2:22-23 nos da una breve declaración del juicio del mundo. Dijo que Dios los condenó por levantarle de la muerte, v24, 32, pero también por derramar al Espíritu Santo, v. 33.

-- “el príncipe de este mundo será echado fuera.” El príncipe de este orden, el orden de pecado y muerte, el desorden y rebeldía. La palabra “mundo” (kosmou) significa orden. Satanás es el príncipe de la destrucción que resulta del pecado. La vida que debemos aborrecer es la vida en “este mundo.” (v25) Jesús no es de “este mundo.” (Juan 8:23) No debemos amar al “mundo ni las cosas que están en el mundo” las cuales son “los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.” (1 Juan 2:15-17) Satanás es príncipe de la carnalidad, de los pecados de la codicia. Será “echado fuera” es decir, iba a perder su influencia por medio del triunfo de Jesús y de su glorioso evangelio. Hebreos 2:14-15, triunfo sobre el temor de la muerte. Colosenses 3:1-5 triunfo por medio de la disposición de cristianos de morir a los deseos pecaminosos. Romanos 6:1-18 triunfo por medio de la muerte de Jesús en quien somos bautizados en agua para el perdón del pecado y el compromiso de pasar una vida nueva. Los santos de la profecía de Apocalipsis 12:11 triunfaron por medio de (1) la sangre de Jesús, (2) el testimonio que mantuvieron, y (3) porque menospreciaron sus vidas hasta la muerte. (vea Juan 12:25)

IV. Juan 12:32-36 Levantado de la tierra

A. v.32, “Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo.”

1. Juan 3:9-15. Jesús dijo a Nicodemo, “De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio… Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él creen no se pierda, mas tenga vida eterna.” Aunque Jesús presentó la verdad del cielo, los hombres respetaron tal verdad como fue. Dios reconoció aquella debilidad de los hombres y para hacer posible la fe en el mensaje del cielo, levantó a Jesús en la cruz.

2. Juan 8:25-29. Le preguntaron a Jesús, “¿Tú quién eres?” Les contestó como en Juan 3 que fue enviado por el verdadero Dios con un mensaje que juzga los pecados de los hombres. Jesús andaba entre ellos como un mensajero fiel comunicando precisamente lo que oyó decir el Padre. Les da otra vez la profecía de que cuando lo levantaría al Hijo del Hombre (Cristo Jesús), conocerían que Jesús es Jehová y que todo lo que había hecho fue hecho porque el Padre le enseñó.

3. Juan 6:44-45 (41-51) “viene a mí.” El Padre les enseñaba por medio de las palabras que Jesús. Las enseñanzas de Jesús eran el “Pan de Vida” que desciende del cielo, o sea, del Padre. Al conocer la verdad, vendrían a Jesús para seguirle y obedecerle. Este es lo que significa “cree en mí.”

B. v.33, “Y decía esto dando a entender de qué muerte iba a morir.”

1. “Levantar a Jesús” significa clavarlo en un madero (cruz) y ponerlo en alto en lo que se llamaba, “crucifixión.” Fue una manera de matarlo lenta y vergonzosamente, con el máximo de humillación, afrenta y dolor. Solamente así pudo Dios soltar el gran poder del evangelio para salvar a los hombres (Romanos 1:16). Los hombres se rinden a sus propios deseos y sueños. “Cristo crucificado” (1 Corintios 1:23-24) es el único mensaje suficiente poderoso para transformar al hombre conforme a la imagen de Dios (2 Corintios 3:18; 2 Pedro 1:3-4).

2. Los discípulos todavía no querían aceptar la muerte del Amado Cristo. Ni siquiera los apóstoles estaban listos para aceptar la cruz. (Malentendían Isaías 9:6, 7; Salmo 89:36; 110:4; et.al.)

-- Juan 12:35, “Entonces Jesús les dijo: Aún por un poco está la luz entre vosotros; andad entre tanto que tenéis luz, para que no os sorprendan las tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe a dónde va.” Jesús les enseñaba “la verdad,” el entendimiento que todavía les faltaba: la verdad acerca de la muerte del Cordero de la Pascua verdadero, la verdad acerca del Rey y su Reino, no de poder físico, sino del poder de la justicia, la santidad, la fe, de la naturaleza divina.”

-- Juan 12:36, “Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz.” Aunque no entendiera, la fe nos hace obedecer y seguir a Él en quien creemos. Para no tropezar en la oscuridad de nuestra ignorancia, debemos seguir escuchando su voz. Debemos poner en práctica todo de lo que nos enseña a pesar de las voces contrarias del mundo en derredor.

V. La Incredulidad de los Judíos, Juan 12:37-43

A. Jesús se ocultó del público. No le vieron más hasta el arresto de Jesús.

B. “Pero a pesar de que había hecho tantas señales delante de ellos, no creían en él.” V.37

1. Eran testigos de la gloria del Hijo de Dios, Juan 1:1-14.

2. En la visión de Isaías 6:1-10, el profeta vio la gloria de Dios en su trono. Cuando Dios le dio su llamamiento de profeta, declaró que los oyentes no iban a hacer caso de su mensaje. Como los judíos de Jesús, no podían creer. Dios cegó los ojos de ellos y endureció su corazón, como hizo a Faraón en Egipto, por presentar el mensaje que no querían oír. El que no ama la verdad rechaza las palabras de Dios.

-- Dios le ayuda ignorar y malentender. Dice 2 Tesalonicenses 2:10-12, “y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. 11 Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, 12 a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.

C. Juan 12:42-43, “Con todo eso, aun de los gobernantes, muchos creyeron en él; pero a causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga. 43 Porque amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios.”

1. Aunque vieron su la gloria de Dios en Cristo Jesús y lo creyeron, buscaban más la gloria de los hombres y los honores que ofrecen. La mayoría no anda en el camino que Jesús ofrece. “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella.” (Mateo 7:13)

2. No le convenía confesar a Jesús, porque los hombres deshonraban a los que confesaban a Jesús. Dijo Jesús, “porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.” (Mateo 7:14)

VI. Resumen de la declaración de Jesús. Juan 12:44-50

A. Creer en Jesús (v44) es ver a Jesús. Jesús es la luz que alumbra la vista, porque Jesús enseña la verdad que quita la ignorancia de lo que el la voluntad de nuestro Creador y Juez Eterno. Cuando Jesús dice, “ver,” quiere decir escuchar sus enseñanzas y hacer caso de lo que se oye, obedecer y convertirse en el nuevo hombre. (Efesios 4:20-24) “Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo,21 si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús.22 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, 23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente, 24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.” Permanecer en las tinieblas es continuar en la práctica del pecado y la rebeldía de no hacer lo que Dios quiere que hagamos y continuar en el engaño que justifica el error.

B. Juan 12:47 “Al que oye mis palabras y no las guarda” significa el que oye pero no se arrepiente de las costumbres que Jesucristo corrige en sus enseñanzas. Se refiere también al oyente que no sigue fiel en la obediencia de los principios del nuevo hombre, tanto en el culto que se ofrece al Señor como en las prioridades de la vida cotidiana. Este es el hombre que no “nace de arriba.”

1. 1 Juan 3:4-11, “Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley. 5 Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él. 6 Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido. 7 Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo. 8 El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. 9 Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. 10 En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios. 11 Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros.”

2. Los conceptos de nacer de nuevo, creer en Cristo, conocer a Cristo, ver a Cristo, y ser justo – todos aquellos conceptos significan la misma cosa, obedecer las enseñanzas de Jesús. No hay vida en el pecado. No hay vida en ignorar las Escrituras de Dios. La vida eterna está en el poner en práctica lo que Jesús enseñó en las Sagradas Escrituras.

C. Juan 12:48, “la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero.”

1. 2 Corintios 5:10 “ante el tribunal de Cristo.” (Romanos 14:10)

2. Apocalipsis 20:11-15 “el libro de la vida”

D. Juan 12:49-50, “el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir…”

1. v. 50, “su mandamiento es vida eterna.” La fuente de vida eterna es el mandamiento que el Padre mandó con su Hijo desde el cielo. La vida estaba en el Padre y en el Hijo (Juan 1:4) y “la vida era la luz de los hombres.” La luz obviamente se refiere al mensaje que Jesús trajo al mundo, el cual predicó en el Sermón del Monte y en todas las enseñanzas después. Al escuchar aquel mensaje y poner en práctica aquella verdad, uno conoce a Dios, anda en luz, y tiene la vida que tiene Dios, la vida eterna.

2. Por lo tanto, fue importante que Jesús hablara exactamente lo que Dios le había dado para hablar. “Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho.”