A TODOS NUESTROS HERMANOS
DE LA ORDEN DE PREDICADORES,
AMADOS EN EL HIJO DE DIOS
NOS FR. BRUNO CADORE OP
HUMILDE MAESTRO Y SIERVO
DE TODA LA ORDEN DE PREDICADORES
Hace cincuenta años, con una carta fechada el 1 de noviembre de 1968, se promulgó por primera vez El Libro de las Constituciones y Ordenaciones de nuestra Orden. La actualización de nuestras leyes fue la respuesta de la Orden a la llamada del Concilio Ecuménico Vaticano II:
«El modo de vivir, de orar y de actuar ha de estar convenientemente acomodado a las actuales condiciones físicas y psíquicas de los miembros del Instituto y también acomodado en todas las partes, pero, principalmente, en tierras de misión y a tenor de lo que requiere la índole peculiar de cada Instituto y las necesidades del apostolado, a las exigencias de la cultura ya las circunstancias sociales y económicas. También el sistema de gobierno de los Institutos ha de ser sometido a revisión en conformidad con estos mismos criterios. Por esta razón, sean revisados y adaptados convenientemente a los documentos de este Sagrado Concilio las constituciones, los “directorios”, los libros de costumbres, de preces y de ceremonias y demás libros de esta clase, suprimiendo en ellos aquellas prescripciones que resulten anticuadas» (Perfectae Caritatis, 3).
Como explicaba fr. Aniceto Fernández en la carta de promulgación del nuevo libro, tras el Capítulo General de River Forest, la preparación de los textos actualizados supuso un verdadero esfuerzo al que se invitó a contribuir a todos nuestros hermanos. Este proceso, fiel al propósito de nuestro Santo Padre Domingo de la predicación y la salvación de las almas (cf. LCO 1 § I y Constituciones primitivas, pról.), se caracterizó por la participación y la comunión propias del gobierno en la tradición dominicana.
Ya en los años del Concilio, la Iglesia y la Orden se dieron cuenta de los cambios tan significativos y rápidos que acontecían en la sociedad humana. Estos cambios exigían una respuesta en ese momento eclesial fundamental; pero los cambios en la sociedad y la tecnología han seguido, y aún siguen exigiendo una respuesta actualizada. Entre las novedades del Libro de las Constituciones y Ordenaciones estaba la idea de promulgar en un solo volumen las constituciones más estables, «las leyes fundamentales de la Orden, es decir, los principios evangélicos y teológicos, así como las determinaciones sobre la naturaleza y el propósito de la Orden, su forma de vida y su gobierno», junto a las ordenaciones más flexibles, «normas que, teniendo en cuenta las necesidades de los tiempos, se hacen para la aplicación e implementación de las constituciones» (ACG River Forest 1968, 85).
El método así adoptado en el Libro de las Constituciones y Ordenaciones presuponía el desarrollo y la actualización a lo largo de los años, con las respuestas de los sucesivos Capítulos Generales, a los signos de los tiempos y las necesidades del gobierno en la Orden. Para llamar convenientemente la atención de los frailes sobre estas actualizaciones, y para responder a las solicitudes de varios Capítulos Generales (ACG Ávila 1986, 156; ACG Bolonia 1998, 203; ACG Bogotá 2007, 240), los Maestros de la Orden fr. Damian Byrne (1984 y 1986), fr. Timothy Radcliffe (1998) y fr. Carlos Azpiroz Costa (2010) promulgaron ediciones actualizadas del libro.
En los Capítulos Generales de Roma (2010), Trogir (2013) y Bolonia (2016) la Orden ha seguido un proceso de reestructuración. Ya no hay Vicariatos Generales o Regionales, y las normas para los Vicariatos Provinciales y Viceprovincias han sufrido varios cambios (cf. LCO 257-258; 384-389; 477-484). Se han actualizado las normas para la elección por correo (cf. LCO 455-bis) e incluso por medios electrónicos (cf. LCO 455-ter). El procedimiento para la inserción definitiva de las ordenaciones en el Libro de las Constituciones y Ordenaciones se ha acortado (cf. LCO 285). Por lo tanto, parece que ha llegado el momento oportuno para la nueva edición del libro que promulgamos hoy.
Entre los desarrollos técnicos y sociales más significativos de las últimas décadas debe mencionarse, sin duda, el «continente digital», que no solo toca la forma en que la Orden predica la buena noticia (ACG Bolonia 2016, 151-156), sino también la forma en que se lleva a cabo nuestro diálogo dentro de la Orden (cf. ACG Bolonia 2016, 157-160). Incluso nuestras leyes viven en el mundo digital; mientras que en el pasado los Capítulos Generales pedían la publicación de nuevas ediciones impresas del Libro de las Constituciones y Ordenaciones, en tiempos más recientes se hace más hincapié en su publicación electrónica (cf. ACG Cracovia 2004, 241; ACG Bogotá 2007, 240; ACG Roma 2010, 297; ACG Trogir 2013, 272; ACG Bolonia 2016, 338).
Nuestro Señor nos dice, «todo escriba que se ha hecho discípulo del reino de los cielos es semejante al dueño de una casa que saca de sus arcas lo nuevo y lo viejo» (Mateo 13,52). Esta edición del Libro de las Constituciones y Ordenaciones, actualizada con todas las modificaciones de los Capítulos Generales hasta el de Bolonia de 2016, se presenta tanto de una forma antigua como de una forma nueva. Este libro es un verdadero códice impreso, con la estabilidad que esto significa. Nuestros hermanos que hacen o reciben la profesión lo sostendrán en sus manos como un signo visible de nuestro compromiso de seguir a Cristo tras los pasos de santo Domingo. Pero ahora el texto se imprime con la nueva tecnología de «impresión bajo demanda», que permite una actualización rápida y económica después de cada Capítulo General. Al mismo tiempo, todo el texto está disponible en la página web de la Orden, www.op.org. Así, todos los frailes, que estudian y predican el reino de los cielos, pueden acceder fácilmente a este tesoro legislativo que guía nuestro propósito común.
En esta nueva edición se adoptan principios y una metodología similares a las ediciones promulgadas por fr. Damian Byrne en 1984 y 1986, por fr. Timothy Radcliffe en 1998 y por fr. Carlos Azpiroz Costa en 2010. Por lo tanto, tiene sentido repetir las mismas palabras utilizadas en esas ediciones anteriores: «Aunque la edición presentada podría haberse realizado de diversos modos, la intención era dar lugar a un libro que fuera práctico. Por esta razón, en esta edición el texto se divide en dos partes. En la primera parte se encuentran las leyes en vigor, es decir, todas las constituciones y ordenaciones que actualmente obligan... En la segunda parte se encuentran los textos que, si bien no tienen carácter de obligación, podrían ser asumidos nuevamente en nuestra legislación; esto puede deberse a que son constituciones suspendidas por una incoación o aprobación con una ordenación, o porque son ordenaciones para las cuales se ha propuesto y aceptado otro texto». Los cambios en las constituciones (incoaciones y aprobaciones) que aún no están vigentes también se señalan en la segunda parte.
Del Capítulo General de Walberberg (cf. ACG 1980, 184) en adelante, «se han introducido ciertos cambios que no afectan a la sustancia de la ley (cf. LCO 276 § I). Esto se ha hecho bien para adaptar el texto a la nueva legislación eclesiástica, bien para armonizar el texto con otros números, o para aclarar el texto. Incluso en la redacción de esta edición se han realizado algunos cambios por esos motivos. Estos cambios se han insertado sin referencia a los Capítulos respectivos, pero se pueden encontrar en las actas de estos Capítulos, o se pueden entender como cambios meramente materiales» (es decir, cambios técnicos).
Como siempre, una nueva edición del Libro de Constituciones y Ordenaciones de la Orden de Predicadores es el resultado del intenso trabajo de los sucesivos Capítulos Generales, al servicio de la comunión y la misión universal de la Orden. La presente edición integra en particular la reorganización que procura adaptar de la mejor manera, según los contextos contemporáneos, las estructuras de nuestra vida para el propósito que nos une de «llevar al mundo el nombre de Nuestro Señor Jesucristo» (LCO 1 § I).
La tradición que se nos ha transmitido desde santo Domingo significa que nuestra Orden está organizada por sus leyes de tal manera que cada fraile se compromete a asumir plenamente su parte en la constitución de esta «comunión de predicación». Esta misma tradición ordena la predicación organizando la vida evangélica y apostólica de los frailes, de las comunidades y de las estructuras apostólicas, de modo que la búsqueda de la verdad que nos libera pueda estar en el centro de nuestra responsabilidad apostólica común en favor del servicio de la Iglesia y de la salvación de las almas. Confiando en esta tradición, nosotros, humildes mendigos y predicadores de misericordia, hacemos profesión de obediencia.
Dado en Roma, en nuestra Curia General en Santa Sabina, el día noveno de abril, solemnidad de la Anunciación de Nuestro Señor Jesucristo, en el año de la encarnación del mismo Señor de 2018.
Fr. Bruno Cadoré OPMaestro de la OrdenFr. Jean-Ariel Bauza Salinas OP Secretario Prot. n° 50/18/241 LCO