Los ricos tienen problemas, los pobres felices segun Disney. Diario.es i Diari d'Educació

Así explica Disney la desigualdad social: los ricos tienen problemas y los pobres son felices

Un estudio de la Universidad de Duke concluye que las películas de Disney sobrerrepresentan la riqueza, banalizan la pobreza y hacen ver que el ascenso económico depende solo del esfuerzo personal

En 'Aladdin' se pone a la misma altura los problemas del protagonista, que roba comida para sobrevivir, con los de la princesa, aburrida por no tomar sus propias decisiones en su vida palaciega

Una de las autoras del estudio alerta sobre la perpetuación de los mitos desde la niñez gracias a estas populares películas

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21/03/2016 - 17:42h

Foto de la serie 'Princesas caídas' de la fotógrada Dina Goldstein.

En las películas de Disney, de los 67 personajes considerados como principales 38 encajarían en la clase alta, 11 en la clase trabajadora y tan solo tres serían considerados 'pobres', con Aladdin como principal representante de este colectivo en el universo animado. Un estudio publicado por investigadores de la Universidad de Duke hace este análisis sobre representación de la pobreza y desigualdad en estos filmes infantiles. Si nos ciñéramos a lo que vemos en estas películas y lo trasladáramos a la realidad, entenderíamos que: ser pobre no es un gran problema, trabajar es algo que siempre te hace feliz y, si eres una buena persona (o guapa) además de ambiciosa, llegarás a ser rico, porque la clase alta siempre te hará un hueco.

Analizar cómo muestra Disney a la sociedad no es algo nuevo en el mundo académico. Ariel Dorfman, en su libro 'Para leer al Pato Donald' desgrana los argumentos con los que concluye que el universo Disney ayuda -y mucho- al sustento del sistema capitalista, transmitiendo sus mensajes y valores en todos los niveles sin plantear perspectivas alternativas. También se ha relacionado a las películas del gigante de animación con la sociedad heteropatriarcal y la perpetuación de roles de género machistas.

Pero volviendo al enfoque socioeconómico, la sobrerrepresentación de la riqueza en estos cuentos es epecialmente llamativa, con personajes de dinero infinito como el Tío Gilito o princesas en castillos bañados de lujo como la Elsa de 'Frozen'. La coordinadora del proyecto de investigación, Jessi Streib, tiene claro el mensaje que lanzan, y es la idealización de estas situaciones: "la desigualdad es benigna". Streib lamenta que se perpetúen los mitos alrededor de la desigualdad social a través de los ojos de los niños. En España, un 30% de los niños (alrededor de 2,5 millones) viven en "riesgo de pobreza".

Un vistazo a algunas de las películas más emblemáticas de la factoría Disney, de las más antiguas a otras de nuestros días, muestran como en casi ochenta años de historia la percepción de estos amables dibujos prácticamente no ha variado.

Blancanieves y los siete enanitos

En la película de 1938, los pequeños amigos con los que convive la princesa acuden puntualmente a su cita laboral en una mina de diamantes como si fuera una de las tareas más divertidas del mundo. Ver a Gruñón, Feliz, Tímido y Mocoso cavar bajo las órdenes de Sabio mientras canturrean contrasta con la realidad traumática de lo que supone un trabajo así, especialmente en los yacimientos donde realmente hay diamantes: en África.

Por ejemplo, en este reportaje interactivo de la NBC se puede comprobar que la realidad dista mucho de lo mostrado en las historias de Disney. Ahí, los enanitos cada mañana salen cantando y silbando felices para volver de la misma forma sin un ápice de cansancio en sus cuerpos porque, según ellos mismos cantan, "es lo que nos gusta hacer".

El estudio critica esta visión idílica del trabajo, más cuando se trata de uno de los más criticados e inseguros del mundo. Además, es llamativo el contraste entre estos dos mundos, con los enanitos mineros atendiendo a la aristocrática Blancanieves que, encima, es la que tiene un problema por ser buena y bella.

Aladdin

Equiparar los problemas de las personas ricas y personas pobres es otro de los aspectos que señala el estudio como perjudiciales, un mensaje equivocado directo a las mentes de los más pequeños. En Aladdin la comparación es muy clara. El joven protagonista, pobre hasta el punto de tener que robar comida para sobrevivir, se enamora de la princesa Jasmine, aburrida de su vida palaciega.

Cuando se conocen y comparten sus historias y los sentimientos que les generan, ambos concluyen que se sienten "atrapados", uno por la pobreza y la otra por el poco espacio para tomar sus propias decisiones como "donde ir y cómo vestir". El estudio critica que se esté poniendo a la misma altura un problema de supervivencia con otro de gestión de la riqueza, minimizando así las dificultades derivadas de las cuestiones económicas.

Lo cierto es que situaciones de desigualdad social extrema como la que se representa en la película Aladdín, acarrean cualquier cosa menos felicidad. Dos investigadores de Oxford y de la London School of Economics han estudiado la relación entre desigualdad y felicidad para concluir que cuando una sociedad tiene brechas tan importantes, es en su conjunto mucho más infeliz.

Frozen

El caso del último gran boom de la factoría Disney sigue el patrón de otras películas que tienen como protagonista común a una mujer de clase alta, en este caso Elsa. Una vez más, desde el personaje principal -siempre con sus joyas- al resto de personajes de Frozen viven rodeados de riqueza, en grandes castillos y con vidas idílicas trufadas por grandes bailes, coronaciones y fastuosos paisajes.

Los problemas que les rodean tienen encaje en su clase socioeconómica, al estilo 'pobres niñas ricas'. Con un estereotipo claramente nórdico, la idealización de estas vidas en las películas suele ser criticada por la falsa imagen que transmiten en países con realidades muy distintas donde se visualizan estos filmes. Al menos, Frozen ha sido declarada como uno de los pocos personajes femeninos no estereotipados en términos de género.

Ratatouille

A todos nos divirtió y emocionó la historia contada en Ratatouille, como la rata Remy cumplía su sueño de ser chef, aunque fuera de una manera algo disparatada manejando a una persona que no se caracterizaba por su habilidad y destreza. No obstante, los orígenes de Remy muestran una familia pobre, que vive en el alcantarillado pero cuyas referencias a la pobreza están basadas solo en la mala calidad y sabor de la comida. De nuevo, la felicidad en el mundo de la pobreza se vuelve a representar como algo habitual, alejado del sufrimiento, de una forma banal.

Sin embargo, como explicaba en este medio el sociólogo Pablo Gracia, "en las sociedades postindustriales el origen social tiene un peso determinante sobre indicadores básicos de bienestar, como son el nivel educativo, la ocupación, el salario o la salud" y es casi imposible salir del estrato social asignado por la familia en la que se nade. "La reproducción de la desigualdad social tiene costes importantes [...] Un país donde los grupos desfavorecidos no tienen las mismas oportunidades que los grupos privilegiados presenta claros déficits democráticos y de justicia social".

Así, la movilidad social se mide por el origen de "cuna" y no por la meritocracia,explican en Piedras de Papel. La exitosa historia de éxito de Ratatouille es casi imposible en la escalera social actual.

Cars

Esta película, en la que los coches toman vida, gira en torno al conocido Rayo McQueen. La desigualdad económica se muestra en el personaje Sally que [ojospoiler] termina enamorada del protagonista. Sally abandona una próspera vida de abogada por el estrés laboral que le produce y se traslada al pequeño pueblo de clase trabajadora, donde se concluye que la vida es mucho más fácil que en la ciudad cobrando una nómina importante. Para las autoras del estudio, surge aquí la equiparación de los problemas de los ricos y los pobres, llegando incluso a insinuar que la vida de pobre es la mejor. La realidad de la mujer en medio rurales mucho menos idílica que la que representa la película.

El Tío Gilito

Un clásico del mundo Disney es el Tío Gilito, familiar del Pato Donald. Nunca ha destacado por su simpatía y, aunque en la factoría de animación nos hayan dicho que para llegar a rico hay que ser buena persona, nada en montañas de dinero que tiene almacenado. El signo del dólar se repite allá por donde va, independientemente del contexto en el que se encuentre y aunque aparezca junto a personajes como su propio sobrino, al que no se puede considerar rico precisamente.

El Tío Gilito, cuya existencia se basa en acaparar más y más riqueza, guarda paralelismos con las grandes fortunas españolas que aumentan año tras año, llegando a cifras mareantes. Aunque en cierta forma en Disney -que no se caracteriza por un humor especialmente irónico- parodian esta acumulación de riqueza, es una de las cuestiones que más problemas está causando en la sociedad actual. ONG como Intermón Oxfam llevan años advirtiendo de las graves consecuencias de la acumulación de riqueza en unos pocos, y organismos como el FMI avisan de que este desigual reparto lastra el crecimiento.

http://www.eldiario.es/economia/Disney-engana-riqueza-desigualdad-pobreza_0_495900841.html

Així explica Disney la desigualtat social: els rics tenen problemes i els pobres són feliços

Un estudi de la Universitat de Duke conclou que les pel·lícules de Disney sobrerrepresentan la riquesa, banalitzen la pobresa i fan veure que l'ascens econòmic depèn només de l'esforç personal

Moha Gerehou - eldiario.es

22.03.2016 - 11:50

A les pel·lícules de Disney, dels 67 personatges considerats com a principals, 38 encaixarien en la classe alta, 11 en la classe treballadora i tan sols tres serien considerats ‘pobres’, amb Aladdin com a principal representant d’aquest col·lectiu en l’univers animat. Un estudi publicat per investigadors de la Universitat de Duke fa aquesta anàlisi sobre representació de la pobresa i desigualtat en aquests films infantils. Si ens cenyíssim al que veiem en aquestes pel·lícules i ho traslladéssim a la realitat, entendríem que: ser pobre no és un gran problema, treballar és una cosa que sempre et fa feliç i, si ets una bona persona –o guapa– a més d’ambiciosa, arribaràs a ser ric, perquè la classe alta sempre et farà un forat.

Analitzar com mostra Disney la societat no és una cosa nova en el món acadèmic. Ariel Dorfman, al seu llibre Para leer al Pato Donald desgrana els arguments amb què conclou que l’univers Disney ajuda –i molt– al sosteniment del sistema capitalista, transmetent els seus missatges i valors en tots els nivells sense plantejar perspectives alternatives. També s’ha relacionat a les pel·lícules del gegant d’animació amb la societat heteropatriarcal i la perpetuació de rols de gènere masclistes.

Però tornant a l’enfocament socioeconòmic, la sobrerepresentació de la riquesa en aquests contes és especialment cridanera, amb personatges milionaris com l’Oncle Gilito o princeses en castells banyats en el luxe com l’Elsa, ‘Frozen’. La coordinadora del projecte d’investigació, Jessi Streib, té clar el missatge que llancen, i és la idealització d’aquestes situacions: “la desigualtat és benigna”. Streib lamenta que es perpetuïn els mites al voltant de la desigualtat social a través dels ulls dels nens. A Espanya, un 30% dels nens (al voltant de 2,5 milions) viuen en “risc de pobresa”.

Un cop d’ull a algunes de les pel·lícules més emblemàtiques de la factoria Disney, de les més antigues a altres dels nostres dies, mostren com en gairebé vuitanta anys d’història la percepció d’aquests amables dibuixos pràcticament no ha variat.

Blancaneu i els set nans

En la pel·lícula de 1938, els petits amics amb els quals conviu la princesa acudeixen puntualment a la seva cita laboral en una mina de diamants com si fos una de les tasques més divertides del món. Veure en Rondinaire, en Feliç, en Mudet i l’Esternuts cavar sota les ordres d’en Savi mentre centen contrasta amb la realitat traumàtica del que suposa ua feina així, especialment en els jaciments on realment hi ha diamants: a l’Àfrica.

Per exemple, en aquest reportatge interactiu de la NBC es pot comprovar que la realitat dista molt del que mostren les històries de Disney. Aquí, els nans cada matí surten cantant i xiulant feliços per tornar de la mateixa manera sense ni una mica de cansament en els seus cossos perquè, segons ells mateixos canten, “és el que ens agrada fer”.

L’estudi critica aquesta visió idíl·lica de la feina, a més quan es tracta d’una de les més criticades i insegures del món. A més, crida l’atenció el contrast entre aquests dos mons, amb els nans miners atenent l’aristòcrata Blancaneu que, a sobre, és la que té un problema per ser bona i bella.

Aladdin

Equiparar els problemes de les persones riques i persones pobres és un altre dels aspectes que assenyala l’estudi com a perjudicials, un missatge equivocat directe a les ments dels més petits. A Aladdin la comparació és molt clara. El jove protagonista, pobre fins al punt d’haver de robar menjar per sobreviure, s’enamora de la princesa Jasmine, avorrida de la seva vida palatina.

Quan es coneixen i comparteixen les seves històries i els sentiments que els generen, tots dos conclouen que se senten “atrapats”, un per la pobresa i l’altra pel poc espai per prendre les seves pròpies decisions com “on anar i com vestir”. L’estudi critica que s’estigui posant a la mateixa altura un problema de supervivència amb un altre de gestió de la riquesa, minimitzant així les dificultats derivades de les qüestions econòmiques.

La veritat és que situacions de desigualtat social extrema com la que es representa a la pel·lícula Aladdín, impliquen qualsevol cosa menys felicitat. Dos investigadors d’Oxford i de la London School of Economics han estudiat la relació entre desigualtat i felicitat per concloure que quan una societat té bretxes tan importants, és en el seu conjunt molt més infeliç.

Frozen

El cas de l’últim gran boom de la factoria Disney segueix el patró d’altres pel·lícules que tenen com a protagonista comú una dona de classe alta, en aquest cas Elsa. Una vegada més, des del personatge principal –sempre amb les seves joies– a la resta de personatges de Frozen viuen envoltats de riquesa, en grans castells i amb vides idíl·liques trufades per grans balls, coronacions i paisatges fastuosos.

Els problemes que els envolten tenen encaix en la seva classe socioeconòmica, a l’estil ‘pobres nenes riques’. Amb un estereotip clarament nòrdic, la idealització d’aquestes vides en les pel·lícules sol ser criticada per la falsa imatge que transmeten en països amb realitats molt diferents on es visualitzen aquests films.Almenys, Frozen ha estat declarada com un dels pocs personatges femenins no estereotipats en termes de gènere.

Ratatouille

A tots ens va divertir i emocionar la història explicada a Ratatouille, com la rata Remy complia el seu somni de ser xef, encara que fos d’una manera una mica absurda dirigint una persona que no es caracteritzava per la seva habilitat i destresa. No obstant això, els orígens d’en Remy mostren una família pobra, que viu al clavegueram però les referències a la pobresa estan basades només en la mala qualitat i el gust del menjar. De nou, la felicitat en el món de la pobresa es torna a representar com una cosa habitual, allunyada del sofriment, d’una manera banal.

No obstant això, com explicava en aquest mitjà el sociòleg Pablo Gracia, “en les societats postindustrials l’origen social té un pes determinant sobre indicadors bàsics de benestar, com són el nivell educatiu, l’ocupació, el salari o la salut” i és gairebé impossible sortir de l’estrat social assignat per la família en la qual es nedi. “La reproducció de la desigualtat social té costos importants […] Un país on els grups desfavorits no tenen les mateixes oportunitats que els grups privilegiats presenta clars dèficits democràtics i de justícia social”.

Així, la mobilitat social es mesura per l’origen de “bressol” i no per la meritocràcia, expliquen a Piedras de Papel. La història d’èxit de Ratatouille és gairebé impossible en l’escala social actual.

Cars

Aquesta pel·lícula, en la qual els cotxes prenen vida, gira entorn del conegut Rayo McQueen. La desigualtat econòmica es mostra en el personatge Sally que [atenció spoiler ] acaba enamorada del protagonista. La Sally abandona una pròspera vida d’advocada per l’estrès laboral i es trasllada al petit poble de classe treballadora, on es conclou que la vida és molt més fàcil que a la ciutat cobrant una nòmina important. Per a les autores de l’estudi, sorgeix aquí l’equiparació dels problemes dels rics i els pobres, arribant fins i tot a insinuar que la vida de pobre és la millor. La realitat de la dona en el medi rural és molt menys idíl·lica que la que representa la pel·lícula.

L’Oncle Gilito

Un clàssic del món Disney és l’Oncle Gilito, familiar de l’Ànec Donald. Mai ha destacat per la seva simpatia i, encara que en la factoria d’animació ens hagin dit que per arribar a ric cal ser bona persona, ell neda en muntanyes de diners que té emmagatzemat. El signe del dòlar es repeteix per allà on va, independentment del context en què es trobi i encara que aparegui al costat de personatges com el seu propi nebot, al qual no es pot considerar ric precisament.

L’Oncle Gilito, l’existència del qual es basa en acaparar més i més riquesa, guarda paral·lelismes amb les grans fortunes espanyoles que augmenten any rere any, arribant a xifres marejants. Tot i que en certa forma a Disney -que no es caracteritza per un humor especialment irònic- parodien aquesta acumulació de riquesa, és una de les qüestions que més problemes està causant en la societat actual. ONG com Intermón Oxfam porten anys advertint de les greus conseqüències de l’acumulació de riquesa en uns pocs, i organismes com l’FMI avisen que aquest desigual repartiment llasta el creixement.

Aquest és un article publicat a eldiario.es

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Foto de la sèrie ‘Princeses caigudes’ de la fotógrada Dina Goldstein.