Uno de los pilares sobre los que se asienta la promoción de la salud en la escuela es la alimentación saludable: unos hábitos alimentarios adecuados, junto con actividad física habitual, inciden directamente en evitar la obesidad y el sobrepeso, motivo de alarma y preocupación a nivel mundial en la actualidad.
Así pues, la adquisición de hábitos alimentarios apropiados en la etapa de Educación Primaria contribuye a la prevención de enfermedades, permitiendo el desarrollo físico, psíquico y social de las criaturas.
En este sentido, aunque la familia desempeña un papel clave en la configuración de patrones y hábitos alimentarios, durante la etapa escolar el entorno social de los menores se diversifica y el profesorado, los y las compañeras, así como otras personas del entorno escolar y comunitario adquieren mayor importancia en las decisiones que respecto a la alimentación adoptan las y los escolares.
La revisión bibliográfica recoge que las iniciativas mediante las que se han logrado resultados interesantes en esta materia, aúnan las siguientes variables: un enfoque escolar integral; el vínculo con las familias respecto al tema que nos ocupa; la coherencia entre lo abordado en el aula y los menús escolares ofertados en el centro; la larga duración del programa y aportaciones regulares a los contenidos.
Es en esta línea en la que se plantea el material didáctico que se presenta: una programación estructurada con una serie de objetivos, contenidos y dos actividades por curso escolar adaptadas al momento evolutivo de los niños y niñas: desde la identificación de alimentos saludables en las etapas iniciales a la concienciación sobre la huella ecológica en los niveles superiores, se pretende avanzar en la adquisición de hábitos alimentarios saludables.