El oráculo de Delfos planteaba el siguiente reto a los que llegaban antes de poder hacer una pregunta a los dioses: Conócete a ti mismo.
Para los antiguos griegos en este empeño se encuentra la clave de la felicidad y la sabiduría. Tarea que dura toda la vida.
Responder a la pregunta ¿Quien soy yo? es el punto de partida para comprender el mundo, incluido el conocimiento de los demás.