Los orígenes del cristianismo están recogidos en el libro de los Hechos de los Apóstoles. En este relato se ofrece una descripción de la vida de la primera comunidad de cristianos en Jerusalén.
Inicialmente, los cristianos de Jerusalén siguen practicando las normas y costumbres judías: templo, sábado, comidas... Se sentían herederos de la tradición judía.
En el relato de los Hechos, cuando se habla de los cristianos se utiliza la palabra griega Ekklesía que significa asamblea.
Palabra que se utilizaba para describir la reunión del pueblo de Israel en el desierto. Lo que indica que los cristianos se consideran el nuevo pueblo de Dios. Son una comunidad nueva.
De la palabra Ekklesía se deriba la palabra Iglesia.
Aunque para el resto de los judíos era un grupo más entre los demás sectores religiosos, la nueva comunidad tenía unas características que la distinguían:
Enseñanza de los Apóstoles
Escuchan la enseñanza de los apóstoles, también llamada catequesis.
Eucaristía
En las casas, no en el templo, se celebra, acompañada de una comida, la fracción del pan.
Caridad
Ponían en común lo que tenían para repartirlo entre los necesitados. Mostraban unidad, tenían un alma y un solo corazón.
Oración
Practicaban la oración constante.