La Experiencia de Providencia es sentir la presencia de Dios en nuestra vida. Dios no nos abandona a nuestra suerte sino que acompaña nuestra vida. Esta vivencia genera dos sentimientos:
La providencia nos hace sentirnos cuidados y protegidos por alguien que nos quiere, y que no nos abandonará, al contrario, nos acompaña a lo largo de nuestra vida y está siempre dispuesto a ser nuestra ayuda.
Esta experiencia nos hace sentir que no nos encontramos solos ante las dificultades. Creemos que no contamos solo con nuestras propias fuerzas, sino también con las de alguien que nos quiere. Gracias al cual podemos ser más de lo que podemos ser por nosotros mismos.
La providencia es una invitación a vivir sin miedo. La confianza es una necesidad vital para toda persona que cambia el modo de vivir por completo.
En vez de sentirse amenazado por lo que me rodea, la persona se siente seguro de vivir el presente sin miedo y capaz de afrontar el futuro con creatividad y alegría. Nos hace enfrentarnos a nuestros proyectos con confianza, sabiendo que no estamos solos.