Desde la Experiencia de Fe el ser humano es lo más valioso de la creación. La Dignidad Humana quiere expresar esta conciencia de que cada persona es un valor absoluto que ocupa un lugar especial en la creación.
El filósofo Inmanuel Kant destacó la dignidad de los seres humanos al afirmar que el hombre es un fin en si mismo, no un medio para el uso de otros individuos, lo que le convertiría en una cosa.
Frente a todos los que justifican sus injusticias desde una posición de más fuerza, la Dignidad Humana, reconocida a los más débiles, es el único signo de una verdadera humanidad capaz de respetar a todos los seres humanos por igual.
Cada Persona es única, original e irrepetible y debe ser respetada en su singularidad.
Cada individuo posee su dignidad por el simple hecho de existir. Es un valor individual que posee toda persona humana.
Es inalienable. Ningún grupo, institución o poder económico, religioso, político... te la puede dar o quitar.
Tampoco se puede renunciar a ella, negar ni desmentir por la razón que sea.
A la dignidad no se la puede poner precio.
La dignidad reside en todos los seres humanos por igual, con independencia de cualquier otra característica que nos pueda diferenciar:
Raza. Cultura
Hombre/Mujer
Religión. Ideología
Status social. Estudios
Fuerza, poder, capacidad
Influencia, productividad...
Éxito/fracaso
...
Al ser lo más importante exige ser reconocida, respetada y defendida por todos.
Al ser humano no se la puede usar, manipular, desechar, descartar, ignorar, matar, explotar, maltratar, violentar...
Ninguna persona puede ser convertida en un medio para otros fines. Eso nos reduciría a un objeto, a una cosa, lo que no respeta a la persona.
La Dignidad Humana es el fundamento de los Derechos Humanos que tratan de protegerla de los constantes peligros que la amenazan.