Si nos preguntamos cual es la evolución que sigue la vida de un cristiano podemos hablar de tres momentos distintos que se van sucediendo en nuestro crecimiento en la fe.
Este primer momento se caracteriza por vivirlo las personas no creyentes, que no conocen aún el Evangelio de Jesús, no tienen Fe y no pertenecen a la Iglesia.
Habiendo conocido el testimonio de los cristianos, viviendo una experiencia que da profundidad a su vida... desde esa semilla de Fe, pide conocer a Jesús en profundidad y pertenecer a la Iglesia.
Comienza por el sacramento del Bautismo por el que empieza a ser miembro de la Iglesia.
Es un momento de aprendizaje en el que el bautizado va descubriendo en profundidad el evangelio y a la Iglesia.
Continua con la primera Eucaristía y llega a su término con la Confirmación. Desde su libertad el joven cristiano confirma su Fe por si mismo, y el Obispo confirma que lo que cree el jóven cristiano es la misma Fe que proclama la Iglesia.
En la Confirmación el cristiano adulto recibe la fuerza del Espíritu Santo para vivir su Vida en plenitud como miembro responsable de su fe y de la Iglesia.
Propios de este momento son los sacramentos de El Matrimonio y la Orden Sacerdotal. Ambos son decisiones fundantes que responden a nuestra vocación como adultos.
También los sacramentos que acompañan nuestra vida cotidiana: La Eucaristía, el Perdón, y en los momentos de sufrimiento y enfermedad: la Unción de Enfermos.
El adulto se siente enviado a anunciar la alegría del evangelio a todo el mundo, especialmente a los que aún no conocen a Jesús.