El momento de la Anunciación expresa esa pregunta de Dios que pide entrar en tu vida para preñarla de vida y plenitud. Para traer a Jesús al mundo.
Dios respeta la libertad de la persona. No te invade contra tu voluntad sino que te ofrece cambiar tu vida, si le dejas.
María, una adolescente, dice SI a Dios. Aunque no comprende como, acepta hacer en ella la voluntad de Dios. Dios inicia con María el camino de ser persona, de nacer, vivir y morir como cualquier otro ser humano.
María es la madre biológica de Jesús.
Como cualquier otro niño, María le dió a luz.
María lo cuidó, lo crió, lo alimentó, lo educó, lo ayudó a crecer, lo acompañó durante su vida y estuvo con él hasta el momento de su muerte.
María también es madre en la Fe. María tenía una relación con Jesús que estaba basada en la fe, no en los vínculos sanguíneos o familiares.
María es la que espera a Jesús, la que medita en su corazón. La que dice haced lo que él os diga en la bodas de Caná.
Cuando a Jesús le comunican que sus familia está buscándolo, Jesús contesta que su madre y sus hermanos son los que hacen la voluntad de Dios. Como hizo María.
María estuvo a su lado a lo largo de su vida hasta el último momento, estando con él al pie de la cruz.
María es madre en la fe porque es la primera seguidora de Jesús, y la persona que nos enseña como ser discípulos, como creer en Jesús.
Por eso para nosotros, los cristianos, también es nuestra madre en la Fe.