Un ideal de vida es alguien que tomamos como referencia, al que tratamos de parecernos.
Es distinto de mi. Hay una distancia entre lo que soy pero que quiero llegar a ser.
Lograr realizar un ideal es algo necesariamente lejano. Puede incluso parecer inalcanzable. Aspiras a algo tan grande que requiere mucho tiempo y esfuerzo. Es una apuesta de futuro, algo que solo se puede esbozar en el presente.
Tener una referencia nos ayuda a no sentirnos perdidos o solos. Es un estilo de vida que admiras y a la que tratas de aspirar desde tu situación. Una persona que actúa como nuestro ideal de vida es para nosotros un modelo, un ejemplo a seguir.
En ese ideal depositamos una promesa de felicidad para nuestra vida que perseguimos intentando parecernos a él.
¿Cómo conseguimos alcanzar un ideal de vida? El medio para lograrlo es un proyecto.
Un proyecto es el camino que sirve para recorrer la distancia entre:
Lo que soy (la Realidad)
Lo que quiero ser (el Ideal)
Lo que soy actualmente en el presente, se va trasformando progresivamente en lo que quiero ser en el futuro. El ideal al que se aspira tira de la realidad actual para cambiarla poco a poco.
Todo proyecto requiere para llevarse a cabo dos cosas:
Tiempo
Fuerzas. Esfuerzo.
Un pequeño esfuerzo, mantenido en el tiempo, va transformando la realidad acercándola al ideal perseguido.
Para un creyente Jesús de Nazaret es el ideal de vida. El modelo de vida al que aspira todo cristiano.
La vocación bautismal a la santidad es la llamada a transformar la vida del cristiano y configurarla con la de Jesús. El proyecto de vida de un cristiano es "Ser como Jesús"... pensar, sentir y actuar como Jesús lo haría, vivir en comunión con su persona.
Jesús es el ideal de vida feliz. Identifica su estilo de vida, una vida para los demás, una vida basada en el amor y en el servicio al prójimo, como la alegría, la paz, la felicidad y la vida.