La alianza de Dios con Abraham va pasando a su hijo Isaac, y después de él a Jacob. Los descendientes de Abraham, Isaac y Jacob (Israel) se establecen en Egipto, tal como cuenta la historia de José:
José, uno de los doce hijos de Jacob, es vendido por sus hermanos y acaba en Egipto como esclavo. Allí consigue medrar y hacerse una persona influyente.
Cuando su padre y hermanos pasan necesidad van a Egipto pidiendo ayuda. José, ya establecido, ayuda a su padre y hermanos y los salva.
Allí el pueblo hebreo se establece y crece.