Cuando se leer los evangelios una de las cosas que se observa fácilmente es que la narración de los últimos días de la vida de Jesús, ocupa una parte importante del relato.
Tanto por la extensión como por la culminación del evangelio, se advierte en los evangelistas la intención de detenerse en estos momentos de la vida de Jesús de forma especial, para contemplarlos en su totalidad y dotar de sentido a los acontecimientos vividos esos último días.
Así los evangelios parecen dividirse en 2 partes:
La vida de Jesús
Los últimos días de Jesús.
Contendría los relatos de la infancia, la predicación y milagros en Galilea y Samaría hasta la subida a Jerusalén.
Contendría todos los momentos desde que Jesús entra en Jerusalén, la predicación en el templo, la última cena, Getsemaní, la traición y el prendimiento, los juicios, la crucifixión, la sepultura de Jesús hasta el sepulcro vacío.
La zona de Galilea se encontraba al norte de Israel. Era una zona donde se encontraban la cultura hebrea con la cultura helenista.
Alejados de Judea, y el templo de Jerusalén. Su vida rural se articulaba en torno a la agricultura, la pesca, y el comercio.
Allí se encuentra el Mar de Galilea, un lago interior, llamado de Genesaret del que surge el rio Jordán.
Alrededor, poblaciones como Carfarnaum, Betsaida, Magdala o la ciudad de Tiberiades. Un poco mas alejados Caná, el Tabor, o Nazaret.
La ciudad de Jerusalén se encontraba al sur de Israel, en la zona de Judea. Era la capital económica y religiosa de Israel.
La presencia del Templo, epicentro religioso de Israel, convertía a la ciudad en un lugar bullicioso repleto de peregrinos, viajeros, comerciantes y personas que vivían alrededor del templo.
La ocupación romana también se hacía presente en la ciudad.
Llamamos PASIÓN a los últimos días de la vida de Jesús.
La palabra pasión se refiere al acto de padecer, al sufrimiento. También tiene el significado de un deseo o entusiasmo muy vehemente, muy fuerte. Alguien apasionado sería alguien que se deja arrastrar desenfrenadamente por algo o por alguien. La pasión que siente es lo más importante, estando dispuesto a todo por ello, salvo a renunciar.
En Jesús este amor compasivo por el que sufre, esa obediencia a la voluntad de Dios le llevan a ser capaz de enfrentarse a todo (incomprensión, traición, abandono, desprecio, sufrimiento...incluso la muerte) por no renunciar a Amar.
Esos últimos días de la vida de Jesús hacen patente esa pasión, el amor compasivo, que movió a Jesús toda su vida y la confianza total en su padre Dios. Y en boca del centurión romano responden a la pregunta ¿Quién es Jesús?
37Y Jesús, dando un fuerte grito, expiró. 38El velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. 39El centurión, que estaba enfrente, al ver cómo había expirado, dijo: «Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios».
(Mc 15,37-39)