La palabra Laico proviene del griego Laïkós, significa del pueblo, público. Coloquialmente se suele utilizar dentro de la iglesia para referirse a los bautizados que no son ordenados sacerdotes ni consagrados religiosos.
También se suele utilizar, con el mismo significado, la palabra Seglar, que significa Siglo, perteneciente al tiempo, a un siglo, al mundo o la vida terrenal.
Los fieles laicos están llamados a la santidad como todos los bautizados.
Los ambientes propios de los fieles laicos donde desarrollar su vocación están en su Vida Cotidiana:
La Familia
El Trabajo
La vida social (tiempo libre, ciudadanía, vida política...)
Es en el tiempo y en el lugar donde vive cotidianamente donde debe desarrollar su vocación bautismal.
Es propio de la vocación laical, la ordenación de todas las realidades temporales según Dios.
El fiel laico, con su acción, debe transformar todas las realidades del mundo para ordenarlas según lo que Dios quiere para el ser humano.
La vocación laical busca la configuración personal con Cristo. Pensar, sentir y actuar como lo haría cristo en los distintos ambientes, compartiendo sus misma condiciones y dificultades.
La vocación laical es también una llamada a compartir la vocación en una vida en comunidad y en una vida asociada, a tener un presencia pública junto a otros.
El fiel laico también está llamado a participar y colaborar en la acción pastoral de la Iglesia.