Vista del interior de la Catedral (HuescaLaMagia.es)
El 4 de octubre del año 1100, Pedro I conquista definitivamente Barbastro. La mezquita Mayor del Barbastro musulmán queda convertida y consagrada sede episcopal al trasladarse a ella S. Poncio a la sazón obispo de Roda. La iglesia cristiana se dedica en honor de Sta. María y los santos Vicente, Cornelio, Esteban, Calixto, Cosme y Damián, el día 5 de Mayo del año 1101.
Por avatares históricos a los 40 años de su consagración, deja de ser Catedral y pasó por ser parroquia y colegiata. Entre los siglos XIII y XIV hubo un intento de devolverle su rango de Catedral (se da el título de Catedral cuando tiene Obispo) y por dos veces fueron nombrados, pero no llegaron a ocupar su sede. Por fin el 18 de junio de 1571 cl Papa S. Pío V a instancias del rey Felipe II, le devolvía el rango de Sede Episcopal.
Años más tarde en 1851 la diócesis era de nuevo suprimida y anexionada a Huesca. La sede volvió a estar vacante por espacio de 38 años. En 1893 la Santa Sede nombró el primer obispo Administrador Apostólico al que siguieron 8 prelados más con este título. En 1950 fue de nuevo elevada al rango de Sede Episcopal, que han ocupado 5 obispos más hasta la fecha. (Manuel Iglesias Costa).
Algunos restos arquitectónicos atestiguan la existencia de una iglesia románica construida a mediados del siglo XII. También hay vestigios de otra construcción gótica en el siglo XIV.
Esta última construcción gótica fue demolida para construir la actual Catedral. Esta se compone de tres naves paralelas, litúrgicamente orientadas y encabezadas por ábsides poligonales. Se subdivide en cuatro tramos perpendiculares al eje central, demarcando espacios que se ajustan al asiento de tres pares de columnas de plinto circular y fuste fasciculado, para el apeo de su abovedamiento. (Manuel Iglesias). La sacristía de trazo pentagonal, en vuelve el ábside de la nave central. Continuando la sacristía y rodeando el ábside de la nave lateral derecha se encuentran el vestuario de los canónigos, el locutorio y la sala capitular. En el piso superior de estas dependencias se expone el museo Diocesano.
La Catedral tiene dos entradas, una a oriente y otra a occidente. La de oriente es la más artística, de piedra tallada, en arco de medio punto, ador nado con angelitos y rosetas y tres hornacinas hoy vacías, todo ello coronado por el escudo de la Ciudad sostenido por querubes y en dos medallones a ambo lados los rostros de 5. Pedro y S. Pablo hoy borrado por la erosión.
La puerta de poniente. En tiempos pasados existieron tres entradas una para cada nave que fueron cegadas para construir las capillas de S. Carlos, que hoy guarda los restos del Beato Florentino obispo y un pequeño museo del citado beato. La otra puerta se cegó para construir la capilla del Sto. Cristo de los milagros, donde estuvo el Baptisterio.
Si esta puerta central entrada es sencilla y sobria, al traspasarla de
tras un pequeño atrio, el visitante queda deslumbrado por la majestuosidad de su interior de 50’25 m de largo por 23 m. de ancho y las seis columnas de 18 m. de altura que sostienen la bóveda nervada, adornada de florones de distintos tamaños. Esta distribución del espacio interior, tiene el efecto de las ”iglesia en planta de salón”, con sistema de iluminación lateral y un rosetón situad sobre la puerta de entrada. Los florones del techo fueron encargados a los artistas aragoneses Gil Bravante, Juan de Mloreto y Nicolás de Orliens. De los mismos artífices es también el gran letrero que recorre la altura de los muros y que reza así traducido del latín: “Toda hermosa eres amiga mía y en tí no hay defecto. Señor, tu casa esta perfectamente asentada sobre roca firme... Año 1531... Nos recuerda año tras año el día de la dedicación de tu santo templo y por los sagrados misterios nos preservas de la desgracia. Oye las preces de tu pueblo y concede que quien entre en este templo, para implorar tu favor, se alegre por obtener cuanto hubiere pedido. Por Cristo Señor Nuestro. Así sea.“
A principios del Siglo XVI, Barbastro vivía un momento de pujanza económica. La antigua colegiata estaba vieja y había que construir una nueva. Se emplearon cuatro años de 1512 a 1516 para decidir definitivamente la obra. Se nombró al Prior de Jurados Luis de Oncinellas para que se encargara de buscar al constructor. La elección recayó en el maestre Santacruz, el cual se comprometía a levantar la obra por la suma de 72. 000 sueldos.
En septiembre de 1518 continúa las obras Juan de Sariñena, que trabajó en ella hasta 1522, dejando construida la caja del edificio y las columnas.
Se paran las obras por falta de recursos y se retoman en 1528 y es Juan de Segura el que construye la bóveda. Al contemplar su maravilloso encaje de nervaduras se pensó en decorarlo con los florones o rosas que la adornan, firmándose el contrato para hacerlos en 1531. En 1533 se terminó el contrato de Juan de Segura; a él se debe también el ”caracol” o escalera que da acceso a la bóveda de la Catedral, con un eje retorcido en soga y que por encargo especial lo llevó a cabo en 1543.
Los tres ábsides, por la parte interior se ornan con tres retablos, dedicadas el central y más majestuoso a la Asunción de María y los laterales a Pedro y S. Ramón obispo de Barbastro, respectivamente. El central tiene un basa mente de alabastro de Damián Forment y su discípulo Juan de Liceire. La parte superior del retablo es de madera policromada y sus autores fueron, Pedro de Aramendía, Miguel Orliens y Pedro Martínez. Este retablo se hizo entre 1600 y 1602 a expensas del obispo de Barbastro D. Carlos Muñoz Serrano.
En la nave sur destacan la capilla del Pilar, primeramente dedicada al apóstol Santiago construida a expensas del Obispo Juan Moriz de Salazar, muy debato del apóstol, entre 1604 y 1616. A continuación se encuentra la capilla de la Asunción o de la Dormición de la Virgen. La manda construir con si peculio el Deán de la Catedral D. Pedro Pillarte entre 1618 y 1621. La imagen de 1 Virgen dormida es de madera, tallada por el escultor catalán Enrique Monjó que la talló en 1946 y el retablo es obra de los talleres Albareda de Zaragoza, colocado en 1950. La sillería es parte de la que estuvo en el centro de la Catedral, cuando el Coro se encontraba allí; el resto de la sillería se halla en el presbiterio, actual Coro. La capilla siguiente esta vacía, con el paso del descendimiento en el centro y diversos Santos en un lateral. Fu des mantelada en el 1936. Estaba dedicada a S. Francisco Javier. Sólo queda de ella unas pinturas en el fondo, consistentes en un cortinaje y dos santos: S. Dionisio y S. Francisco de Borja. Esta capilla fue de la Familia Pueyo de Barbastro que la tomó bajo su protección en 1651. Su escudo de armas está en el arco de entrada y dentro en los muros laterales.
Al fondo de la nave sur se abre la capilla del Sto. Cristo de los Milagros cuya descripción hacemos extensamente en este libro.
Al fondo de la nave lateral norte se abre la capilla de S. Carlos Borrar o, hoy de D. Florentino Asensio, obispo y mártir. Su entrada es de estilo barroco churrigueresco como la del Sto. Cristo de los Milagros y se construyó a expensas del obispo D. Carlos Alamín y Ferrer en trance de muerte en 1739. En la portada y en las pechinas que sostienen la bóveda se ven las armas y el escudo de dicho obispo. Continuando por esta nave se encuentra la capilla de S. José en el lugar que ocupó el antiguo claustro. Se debe al patrocinio de José de Segura y Mendiolaza y se terminó en 1636. La cúpula de esta capilla, muy profusa es barroca y en las pechinas de ésta se puede ver el escudo de José de Segura Mendiolaza. El retablo que hoy preside esta capilla, procede del ¡9onasterio de S. Victorián de la Fueva. Es el mejor retablo de la Catedral si exceptuamos los tres centrales que la presiden. Lo preside S. Victorián en una tabla pintada casi de tamaño natural, pieza gótica del siglo XV y se atribuye a la escuela de Bartolom4 Bermejo. Las otras tablas del retablo son pinturas de diferentes autores y de buena calidad.
Continuando las capillas llegamos al la del Rosario. Esta la mando construir D. Juan de Lune en 1595 y se dedicó al Santo Ángel Custodio y en 1747 se dedicó a Ntra. Sra. del Rosario. Su retablo pero hoy no hay nada en ella. AI retirar el Coro del centro de la Catedral, se ubicó a la entrada de esta capilla el órgano. La última capilla de esta nave es la capilla de El Salvador de los Reyes magos y esta unida a la puerta este de la Catedral. La mandó construir en el siglo XIII D. Dominqo Tolla y su esposa Urraca para ser su panteón. Hoy esta en esta capilla la pila bautismal, y su único adorno es un cuadro que representa la Adoración de los Reyes, obra de Roland Mois, natural de Bruselas y que trabajó en Zaragoza en 1559.
La torre de la Catedral es de planta octogonal, exenta unos metros, y es la atalaya de la ciudad. Su altura es de 50 m. y consta de tres cuerpo de piedra sillar y termina en un antepecho en el cual esta el chapitel de remate. Es posible que sea el minarete de la antigua mezquita mayor. Su forma actual data de 1626 y fu encargada por el obispo Moriz de Salazar.
Luis Montes