La peste en el Entremuro

La guerra de Secesión de Cataluña aliada con Luis XIII de Francia contra Felipe IV de España 1635-165, hizo vivir a Barbastro, unos de los peores años de su historia.

 

Los francocatalanes llegaron hasta Tamarite, Albalate y Monzón, poblaciones a las cuales sometieron, e hicieron temblar a Barbastro por su proximidad y el miedo de sufrir sus calamitosas consecuencias si llegaban a atacar a la Ciudad. El primer aviso que de la proximidad del peligro tuvo, fue el once de Mayo de 1641. Al cebo de dos días se tuvo aviso desde Monzón de que el enemigo se retiraba hacia Binéfar.

 

Pasado un tiempo sin ocurrir nada notable en mayo de 1642, el ejército francocatalán se dirigió contra Tamarite y Albalate ocupándolas y come tiendo en ellas toda clase de vandalismo. A continuación, cayó Monzón tras de heroica resistencia en su Castillo y en sus calles.

 

Creyendo el Rey Felipe IV necesaria su personal intervención en esta guerra y para dar moral a las tropas, se dirigió a Aragón con un respetable ejército, para atacar a la ciudad de Lérida, llegando a Barbastro a primero de Mayo de 1644, donde permaneció cuatro días. Gracias a esta intervención real, Barbastro se vio libre del enemigo.

 

Pero otro enemigo peor estaba acechando: La Peste.

 

En los últimos años de esta guerra, Aragón se encontraba extenuado por los esfuerzos físicos, morales y materiales que soportaba. La miseria en que habían quedado muchas familias por los tributos de la Guerra y las malas cosechas, hizo que se propagara la epidemia mas rápidamente.

 

La Peste, penetra en Aragón el año 1648 introduciéndose por el Bajo Aragón, procedente de Valencia. Parece ser que fue Argel su lugar de procedencia (1). La epidemia fue subiendo al Alto Aragón y en Marzo de 1653 y hubo en Barbastro algún caso, llenando de pánico a la población. La mala quiso que se cebara solamente en el Entremuro, respetando al resto de la Ciudad, por este motivo el Concejo, mandó que todos los vecinos comprendidos desde la Plaza de la Candelera hasta el Convento de la Trinidad (situado al otro lado del puente de las Capuchinas), abandonaran sus casas y se trasladaran al termino de la Boquera. Así se hizo, mandando construir barracas para las 109 personas, a quienes tocó la mala suerte de vivir en esa zona del Entremuro.

 

Así se evitó el mayor contagio de la Ciudad y se fue retirando la peste. Esta, que asoló todo Aragón, en la provincia de Huesca, costó la vida a un 26% de la población. (2)

 

Extractado del tomo I de “Historia de Barbastro”

de Saturnino López Novoa.

(1) y (2): Del libro “Historia de Aragón” de Angel Canellas López.