La inclusión de los artículos de D. Santos Lalueza Gil, en este libro sirvan de homenaje y agradecimiento a su persona y obra.
Ilustración del libro “Historia de barbastro” de S. López Novoa. Color por J. Abizanda
Se entienden las ubicadas dentro del “muro viello”. Del auténtico Entremuro.
Según todos los datos, el Entremuro parece de orinen árabe. Primero un castillo. Una Alcazaba, vanguardia de los moros frente a los condados cristianos de Sobrarbe y Ribagorza. En Naval comenzaba Sobrarbe y en Estada Ribagorza.
Después una Medina. Esto es, un poblado junto a la Alcazaba, protegido por un fuerte muro. Este, según fuentes árabes, comenzó a construirse en 918. Nacía el Entremuro.
Pese a los poquísimos vestigios que tenemos, puede reconstruirse su perímetro con bastante aproximación. Desde el convento de Capuchinas, por la Barbacana, calle de la Peña, Rollo, Sur de la Catedral, calle de la Seo hasta Capuchinas otra vez. Tenía sus puertas. Solo sabemos de la Traviata o Traviesa que “estaba entre la esquina de la casa de Pueyo(Hermanitas) y la esquina de has casas del Sr. Obispo” y comunicaba con la calle de la Peña, Hornos y Plaza de Sta. María. La puerta principal era la de Huesca, a la altura de Capuchinas. Y otra, entre la Catedral y la calle de La Seo, puerta que después se llama Portón del Coso. Las demás, que las había, sin documentación para localizarlas. En este primitivo Entremuro, llegó a haber hasta cinco iglesias.
En 1001 la mezquita mayor de los moros es convertida en Catedral. Del templo árabe, que debió de ser hermoso, queda el interior del campanario actual. Así lo afirman Sesé y otros y los confirman los recientes trabajos de restauración. Sobre terrenos de la antigua rnezquita, se edificó entre 1500 y 1533, el actual Templo Catedralicio.
Dentro de él reviste especial interés, para el Entremuro, la capilla del Cristo de los Milagros. La vieja imagen desaparecida era una bella talla, datada por los entendidos entre los siglos XIV y XV. Pero ¿donde estuvo esta imagen, hasta que se construyó, en 1722, la nueva capilla?. Indudablemente recibió culto en una mini-capilla, existente en la entrada de la actual de San Carlos. Allí un espacio muy reducido era compartido por las cofradías de San Ramón de “Passio Imáginis”, propietaria esta de la venerada imanen.
En lo más alto de la Peña. De ahí Peña del Sepulcro. Conquistada Barbastro, la alcazaba pasa a ser castillo cristiano y la pequeña mezquita de la alcazaba iglesia del castillo. En 1156 ya se habla de la iglesia de “Santo Sepulcro in Zuda”. Pedro I la donó al Prior de Alquézar. Pasó después a los Obispos de Tortosa. Alguna relación debió de tener esta iglesia con los Caballeros del Santo Sepulcro, pero no tenemos datos. En 11418, desde allí ”se esconjuran las malas nubes”. En 1618, aparece como capilla Real, con su beneficio fundado por el Rey. Todavía está abierta al culto en tiempos del Obispo Padilla (1711). , Hoy no queda ni rastro,
No hay documentación de esta pequeña iglesia, muy cercana a la anterior con la que algunos la identifican. Pero no, porque tanto el obispo Moriz (1606), como Royo (I674) y Padilla (1711), hablan de dos iglesias distintas.
La imagen actual de la titular, tallada en madera, procede de los restos de un retablo del viejo Seminario.
Así en plural. Por la sencilla razón de que las puertas eran dos: Una sobre el “muro viello”, a la altura de Capuchinas y otra sobre el “nuevo” a la altura de Sta. Bárbara. Junto a la primera estaba la iglesia de San Miguel. Mencionada en el siglo XIV, da nombre a la calle principal del Entremuro. Allí se reagrupaba la romería del Pueyo. Tenía una cofradía que, en 179O, murió de inanición. Los das únicos cofrades que quedaban, decidieron incorporarla a la de San Vicente de la Claustra de la Catedral.
Nada o casi nada se sabe de ella, a pesar de haber llegado casi a principios de este siglo Desde que desapareció la iglesia de San Miguel, la procesión del Pueyo pasó a Loreto, hasta que se abrió la carretera de
Huesca y el viejo camino que había visto pasar reyes y obispos quedó solo para paseo de los canónigos. Esta pequeña ermita estaba al final de la calle de D. Guillén de Castelnou.
La más joven. En 21 de Agosto de 1729 se colocó la primera piedra. Comenzó la obra el maestro Sophí de Huesca y la termin6 el también maestro Joséph Francín, de Caspe.
Se inauguró el 18 de mayo de 1738. Entre los cooperadores notables, figuran Don Phelipe Ricardos, Mayor del Regimiento de Malta y la “mayora” doña Leonor Carrillo de Albornoz. También los Duques de Montemar, padres de ésta última.
A estas cinco iglesias pueden añadirse des más que andaban entre las dos puertas. Eran:
O San Cosme y San Damián, conventa de Trinitarios, fundado en 1560 por Fray Gerónimo García, quien después fue Obispo de Bosa, en la Isla de Cerdeña. Iglesia y Convento desaparecieron en I846 y sus piedras fueron a parar a la construcción de la alcantarilla mayor. Están debajo del Coso.
Del convento quedaron por algún tiempo los nombres de las calles de la misericordia y de la Trinidad.
Era la capilla del castillo de Entenza. Desaparecido éste, sobre sus ruinas, se edificó una pequeña ermita: Santa Bárbara.
Un recuerdo para aquellos viejos creadores y moradores del Entremuro que ya pasaron pero que también sintieron su Barrio con sus muros, con sus puertas, con sus calles, con sus iglesias. . .
Artículo de D. Santos Lalueza, publicado en el
Programa de Fiestas del Barrio en 1980