La Barbacana en Agosto, vista desde el muro de las Capuchinas. (J. Abizanda)
La palabra Barbacana es de origen árabe, formada por dos palabras “bábel-báqara”, y entre otros significados tiene el de “muro bajo que bordea algunas iglesias y también “obra que asegura la defensa exterior de una puerta principal, puente castillo.
En Barbastro hay lugares emblemáticos como la Catedral, la ermita de S. Ramón, el complejo de S. Julián, el Pueyo, pero para los entremuranos que hemos nacido y hemos ido creciendo a la sombra de este pequeña elevación montañosa, tiene connotaciones muy especiales.
El hecho de que aquí estuvo el castillo árabe o alcazaba, llenaba nuestras juveniles cabezas de hechos imaginarios, que nos identificaban en parte, al ir leyendo libros y ver en ellos imágenes de castillos árabes, como la Alhambra de Granada, con aquellos lugares.
La conquista de esta alcazaba por los cristianos, nos hacía escuchar toques guerreros de trompetas y clarines, chasquidos de espadas al chocar, cabalgar de caballos y arqueros disparando sus flechas. En el lugar que hoy ocupan las “escueletas", había entonces un lienzo de muralla de unos cuatro metros de alto, que excitaba nuestra imaginación y nos hacía contemplar toda la Barbacana amurallada.
El Peñón o la Peñeta como algunos la llaman, con su profundo precipicio hacia el río, nos inducía a pensar, lo difícil que habría sido el conquistar la alcazaba, después nos enteramos que la habían rendido por asedio y entonces lo entendíamos mejor. Por ser éste el lugar más elevado de la Ciudad y enterarnos al estudiar la física, de la teoría de los vasos comunicantes, comprendíamos el porque de situar los depósitos de abastecimiento de agua de Barbastro, en la primera década del siglo veinte.
También el convento de las Capuchinas, formaba parte importante de nuestra Barbacana, rodeado de grandes tapias, que nos contaban lo habían construido soldados de un regimiento de caballería, contribuyendo este hecho a ver en toda la pequeña montaña, como un gran fuerte militar de moros y cristianos.
Las cuevas del Pozo del hielo, eran para nosotros las mazmorras del Castillo y más cuando llenos de miedo, penetrábamos en la primera, la del Pozo, que por sus dimensiones, evocaba acontecimientos lúgubres de torturas y verdugos. Poco a poco fuimos perdiendo el miedo y le adjudicamos su verdadera función de guardar el hielo.
La Barbacana fue el lugar de reunión de chicos y mayores del Barrio, sobre todo en las tardes festivas de invierno aprovechando el sol y cuando éste se ocultaba encendíamos hogueretas en las que se asaba para merendar patatas, membrillos, bellotas, que nos sabían a gloria, tal vez porque las habíamos asado nosotros mismos. También era el lugar de apacentar las cabras y alguna oveja, que con fruición mordisqueaban la hierba rala que allí crecía. La leche de las cabras junto con las gallinas y los conejos, eran parte importante de la economía familiar.
En las cuatro eras, las de las familias Pueyo, Maletes y Puente, se trillaban las mieses en época de recolección y en estas mismas eras, se fabricaban adobas con tierra y paja, para pequeñas construcciones caseras de tapiales .A veces la familia Sánchez de la calle de la Peña, confeccionaban “cañizos” de caña, que se empleaban para cielos rasos de habitaciones, colocados entre los maderos. También confeccionaban cuévanos y cestos de mimbre.
Atardecer en la Barbacana con el silo al fondo. (J. Abizanda)
Hoy diríamos que la Barbacana fue el Centro Social del Barrio, donde se contaban y escuchaban los acontecimientos cotidianos de todo tipo, que constituían la vida social del mismo.
Por los años 70 se llevó a efecto una plantación de pino común en las laderas que dan al Campo de San .Juan y de la cual solo queda la mitad. No se cuidaron, debidamente y las sequías y el rebaño de ovejas que pastaba a su aire terminaron con ellos.
Tras muchos años de abandono y desidia, desde que se constituyó la Asociación de vecinos, se ha llamado la atención de los Ayuntamientos que se han sucedido, sobre este emblemático lugar y se sigue revindicando su valor histórico, estratégico y pintoresco que tiene. Por fin, en este año, se van a adecentar sus entradas, por la calle de la Esperanza junto a las escueleta y por el Campo de S. Juan y se va a recuperar el Pozo del Hielo para que pueda ser visitado. También se pretende marcar unas sendas para paseos.
En septiembre del pasado 2000, la Asociación de montañeros de Aragón de Barbastro, colocó un precioso monumento con motivo de cumplirse el cincuentenario de su fundación. Felicísima idea que podría ser la primicia de un Parque de Escultura al aire libre en este panorámico lugar desde el que se contemplan las cumbres pirenaicas.
Quedan por efectuar catas arqueológicas que podrían darnos a conocer mas datos de nuestra identidad de barbastrenses y creo que es una asignatura pendiente que tenemos con nuestra Historia y que no debemos olvidar. Barbacana, Peñón, Capuchinas y Pozo del Hielo, sois los testigos de nuestra memoria colectiva de entremuranos y el lugar mas entrañable de Barbastro para nosotros.
Luis Montes Albajar