Dos hechos notables han protagonizado nuestra actividad como Asociación, ambos de vital importancia para el Barrio. La instalación del nuevo alumbrado publico y la remodelación de la Plaza de la Candelera. El primero, por la necesidad de vernos las caras y descubrir nuestro Barrio en esas horas que el sol descansa. El segundo, para adecentar y ordenar, lo que para nosotros es el centro neurálgico de este como lugar de encuentros.
La gestión de ambos, sin embargo, ha seguido caminos bien distintos y marean la diferencia entre lo debe ser una colaboración activa, positiva y lo que no debería ser.
Pasare a comentar una serie de puntos que a mi parecer debería seguir cualquier tipo de actuación en nuestra Placeta.
No hay que olvidar que se esta actuando en pleno centro histórico Sabemos de la complejidad que esto significa y nunca se ha pretendido encontrarnos de la noche a la mañana con una solución maravillosa. Por eso, la necesidad del proyecto, para saber lo que se quiere y hacia donde se camina. ¿que no hay dinero suficiente?, pues se va realizando por etapas a medida que éste se consiga. Lo que no se puede aceptar en este tema, son las rebajas de verano, pues los más de mil años, que los vecinos del barrio venimos pagando los impuestos, bien se merecen una Plaza acorde con el entorno y con la Historia del mismo.
La actuación presente en el corazón del Barrio, en lo que otrora fuera centro de la Ciudad, no se puede plantear como algo ajena a ésta. Su sentido, lo encuentra en la vocación de eje transversal de la Ciudad que uniendo el centro comercial nos condujera, pasando la Placeta hacia la cima de la Ciudad, la Barbacana. Esta cualidad, latente en su estructura, debería ser potenciada, para en un futuro próximo, llegar a ser efectivo.
El diseño de la Plaza no deberá estar en función de actividades temporales que se puedan realizar en ella. Por ejemplo: no se puede diseñar una Plaza en función de unas fiestas que duran tres días al ano. Asimismo no deberá diseñarse sólo en función de recreo para unas escuelas, pues imaginemos por un instante que estas desaparecieran. Entonces, ¿que se hace con el recreo?. Un buen diseño se podría juzgar por la capacidad de adecuación a estas necesidades temporales a las que está sometida, sin negar nunca otras posibilidades.
Esto, en apariencia difícil, se cumpliría, si se respetaran las permanencias intrínsecas, que de siempre han estado configurando el espacio.
Una de estas características de la arquitectura popular del Barrio es la adecuación al entorno y no podría ser de otra manera si pensamos en la época que procede la trama y los medios artesanales de las construcciones.
El dominio visual de la Plaza desde cualquier punto, es otra de las características más importantes y toda actuación sobre ella, debería recoger este criterio. Esta sensación no fácil de definir, es precisamente la visión que nos la hace diferenciar de otros espacios. Dicho de otra manera cualquier actuación debería plantearse la eliminación de las barreras visuales.
Este tema de la unidad visual es fundamental para conseguir la unidad espacial y no caer en el error de compartimentar el espacio y formando una serie de subplazas sin ningún sentido. Esto no sólo sería grave de por sí, sino por las consecuencias que traería aparejadas. La inmediata aparición de nuevos materiales totalmente ajenos al contorno, como serían los elementos metálicos, véase barandas de protección y que la experiencia ha demostrado que en el correcto funcionamiento de la Plaza, éstas, han sido innecesarias.
Habrá que tener mucho cuidado en la elección de materiales, eligiendo aquellos que se adecuen al entorno del barrio, además de trabajarlos correctamente. Se trataría de conseguir la unidad de la Plaza, mediante la utilización de un material base. No hacer una mezcolanza de éstos porque sí fomentando aquellos colores propios del Barrio y tratar de remarcar mediante la utilización de elementos verticales, por ejemplo, farolas, el anteriormente mencionado eje transversal.
Estos son los puntos básicos, que debería contener, a mi parecer, cualquier actuación sobre la Placeta. El comentario pretende aportar una sen! de argumentos para un mejor y más correcto juicio a nivel general. Estas intenciones quedaron plasmadas, en un proyecto realizado, en colaboración con un arquitecto local, y cualquier parecido de la obra ejecutada con la
propuesta, es pura casualidad. Es una pena que, quizá en un día próximo, tengamos que arrepentirnos de lo que podría llegar a ser orgullo del Barrio y de la Ciudad por no hacer las cosas como se debiera.
Artículo de Francisco Sánchez, Arquitecto
Publicado en el Programa de Fiestas del Barrio en 1981.