La palabra cármen, viene del árabe “ Karm “ que significa viña. En Granada, denominan así, a las Quintas previstas de huerto y jardín que datan, en concepto y estructura, del tiempo de los árabes.
Son mundialmente famosos los del Albaicín, esa colina pueblo, que se apretuja de casas blancas, frente a la Alhambra.
En Barbastro, no los denominamos así, ni de ningún modo, pero existen. En el Entremuro, todavía quedan casas con jardín y huerto, de las que es su ejemplo más significativo el Palacio Episcopal, que dispone, en su paree más alta, de una especie de torre, mirador o palomar, tan propio de los cármenes. Casas de tapial, ladrillo y cal; humildes pero íntimas con huertecillos en los que no falta un emparrado con buenas uvas y en el que siempre queda un rincón para la hierbabuena y las violetas.
“Cármenes” del entremuro. (J. Abizanda)
Más que un tipo determinado de finca, el cármen responde a un modo de vida de otro tiempo que poco tiene que ver con el actual. Hoy no vivimos en casas, vivimos en pisos apilados como cajas de cerillas, unos encima de otros, en los que apenas se está, si acaso se duerme; lugares de paso, en los que el pasillo es, por eso mismo, su mejor símbolo.
En las antiguas casas del Entremuro se nacía y se moría y en ella se pasaba el hombre, y no digamos la mujer, la mayor parte de su vida. Formas de vida, abandonadas demasiado alegremente, y hasta despreciadas, pero que hoy son añoradas por muchos.
Seria una pena que estas casas con jardín y huerto del Entremuro, síntesis exquisita de lo rural y lo urbano, lección de correcto urbanismo en palabras de López Jaén, se perdieran. Para evitarlo, se propone la adopción de medidas de conservación en el Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico-Artístico de Barbastro, en tramite de aprobación, que deberán ir acompañadas de ayudas económicas, con el fin de poner en valor estas tipologías y evitar la destrucción de esos jardines-huertos y con ello la pérdida de identidad del Entremuro.
Artículo de D. Antonio Abarca, Arquitecto.
Publicado en el Programa de Fiestas del Barrio en 1992