La mezquita mayor
La mezquita mayor, aljama, “era edificio muy suntuoso unido a una torre de piedra labrada, que sirvió de campanario hasta su reedificación en el siglo XVI “ según López Novoa en Historia de Barbastro. El historiador ibn Hayyán (988-1076), en Historia de Aragón, La Formación Territorial, dice que en 1064, cuando la ciudad es tomada por la cruzada de Sancho Ramírez, Barbastro llevaba en posesión de los musulmanes trescientos sesenta y tres años, lo que nos remonta al año 701. Esta fecha es poco probable ya que los musulmanes cruzaron el estrecho en 711. Indica sin embargo que Hayyán, además de considerar a Barbastro como "madre venerable", creía que había estado en poder de los árabes desde el principio de la conquista.
La mezquita aljama, desde donde se dirigió la oración de los viernes durante siglos, fue constituida en iglesia catedral en el año 1101, siendo su primer obispo Poncio, que lo era también de Roda. En 1143 fue reducida a parroquia perteneciente al obispado de Huesca. En 1571 recuperó la dignidad de catedral al restituirse a Barbastro la dignidad de obispado.
El edificio ocupaba aproximadamente el mismo lugar que la actual catedral, que es más extensa. En el año 1 500 se destruyó la que había sido antigua mezquita y catedral y se iniciaron las obras de la actual, que duraron hasta 1 533. Parece ser que dirigió las obras el maestro Juan de Lesma. Sin embargo, como nos dijo Frank Baer en una conferencia que impartió en la UNED, "es curioso que la Catedral sea de planta cuadrada, como las mezquitas".
El minarete de la mezquita aljama fue incendiado y parcialmente destruido por las tropas de Bertrand Du Guesclin y las Compañías Blancas el 2 de febrero de 1366, día de la Candelaria. En dicho incendio murieron trescientas seis personas e y que se habían refugiado en su interior con sus bienes. Hay un texto que presencial de los hechos en el Libro de la Cofradía de San Luis de los franceses que se guardaba en el convento de San Francisco. Lo copió Sesé y luego lo publicó Santos Lalueza.
[...] "Año de la Natividad de N.Sor.Xto de 1366 que se celebrava fiesta de Ntra. Sra. Candelaria a 2 de febrero havían llevado guerra el Sor. Rey Don Pedro con el Rey Don Pedro de Castiella X1111 años, assi que el dito Sor. Rey perdio en los ditos XIIII años la metal de Aragón, es assaber, del ebro e de Çaragopa en talló e quasi todo el reyno de Valencia. E apres de aquesto en el dito dio y año en Barbastro entraron e vinieron de las partidas de Francia muytas gentes e muy malvadas e crueles siens de alguna merced en servicio del dito Rey de diversas lenguas et de diversos reynos e naciones contra el dito Rey de Castiella... E de las ditas companyas francesas pasaron una partida por Barbastro el sobredito dia sobado antes que fuesen a Castiella e robaron e destrujeron de todo punto a Barbastro como havian fecho e ficieron en otros lugares de Cataluña e de Aragón assi que tan poca merce havia a las gentes como si fuessen moros e otras gentes infieles, e no res menos, metieron fuego en el campanal de Barbastro do fueron messos e establidos por miedo de las grandes companyas las gentes de Barbastro con gran algo e metieron fuego al campana! e trobose que se cremaron en el dito campana! qualesque trescientas y seis personas que murieron e fueron feítas penipa con todo su algo que alli era. Assi que la destrucio que siguio e por la passada de las companyas fueron persidas las ordinaciones que fueron feitas gran tiempo havia passadas por los cofrares de St Luys. E como de cabo las dieron nombradas fueron nuevamente tales e semblantes ordinaciones feitas" […]
Suponemos que la torre debió ser mínimamente restaurada, aunque no hay constancia de ello. Mientras duraron las obras de la catedral prestaron a la ciudad sus campanas los del convento de La Merced. Sin embargo, la torre quemada continuó en pie hasta que, una vez terminada la nueva catedral, la torre desentonaba. La actual torre de la catedral está edificada alrededor del antiguo minarete de la mezquita, porque al maestro Pedro de Ruesta, que la construyó entre 1610 y 1626, se le impuso la obligación de continuar el caracol viejo, conservar la parte de la antigua torre reparándola, y haciendo dos aposentos para el campanero.
Fue utilizada como prisión en 1634. El 3 de septiembre de 1641 mosén Antonio de Pueyo fue encarcelado en la torre y encomendado a Juan Prados, carcelero y campanero. Fue refugio de conspiradores en 1824. Estuvo en obras de restauración desde 1977 hasta el 22 de noviembre de 1980.
Sabemos con seguridad que fue mezquita la iglesia de Santa Fe o San Juan, como se acredita en el documento de donación a los monjes de Santa Fe de Conques. Se sospecha que la iglesia del Santo Sepulcro fue la mezquita de la zuda, pero no hay constancia.
Había una mezquita de la morería alta según se desprende del documento de 11 de agosto de 1547:[...] "Mossen Johan Valera vende unos patios o corral que solían ser casa vulgarmente llamada la mezquita, son en Barbastro, limitan con casas de Alejandro de Sassa, ferrenales de Caterina Cancer, con casas de maestre Cregenzán Ferrero, con casas de Luis Zatorre, con la calle de Riancho, con calle que sube a Santo Domingo e con demba de Luis Cancer" [...]. Esta mezquita estaba situada entre las escaleras de Santo Domingo y el Riancho.
Por un documento de 1437 sabemos que en el mismo lugar había también un hospital de moros y un obrador de alfarería. Mezquita de la morería baja: en 1491 [...] "Don Johan Dalagón tiene unas casas que afruentan con la mezquita de los moros e con casas suyas mesmas, con almudí e con mercado e con casas de Micer Verdeguer" [...]. Podría tratarse del emplazamiento de la ermita de Santa Ana, en la Plaza del Mercado.
El almudí, edificio que era la sede del almutacaf o inspector de mercados, pesos y medidas, estuvo inicialmente en la Plaza de La Candelaria, donde también estaba el mercado público. Se hallaba, según López Novoa en
Historia de Barbastro la casa que da frente entrando en la plaza de la Candelaria por la calle de los Hornos". Perteneció primero a los Entenza y desde 1526 a la ciudad, "subsistiendo en la citada plaza hasta pocos años ha que se traslado".
López Novoa escribe en 1861, y dice que se trasladó, a la Plaza del Mercado, hacía pocos años. Dice también que la iglesia de la Esperanza había sido antigua mezquita, aunque la orientación del edificio y la presencia de otra muy cercana, el Santo Sepulcro, lo hace poco probable. Según una nota de López Novoa, la ermita de San Julián fue en tiempos mezquita de moros y su construcción idéntica a la bizantina de Santa Fe, llamada después San Juan.
Serra, en 1889, dice que Loreto, extramuros, tenía bóvedas atribuidas a mezquitas árabes. Lo que daría un total de ocho mezquitas en Barbastro.
Según López Novoa en Historia de Barbastro, la ermita de San Salvador se encontraba en la calle de La Peña, cerca de La Barbacana, posiblemente en el lugar en que se hallaba el Estudio Mayor. En la capilla del Estudio debía haber, por condición del Concejo de la Ciudad, una imagen de San Salvador. Había también una capilla de San Salvador en el castillo de Entenza, pero no pueden identificarse una con otra.
La ermita de San Salvador había sido anteriormente sinagoga de judíos. Motis también sitúa la sinagoga en la ermita de San Salvador. Los judíos barbastrenses fueron convertidos al catolicismo a partir de 1413, 1414. En 1415 fundaron una cofradía de San Salvador, en el mismo lugar de la sinagoga, a la que sólo pertenecían conversos.
[...] "Los conversos puyaban a la ermita antigua sinagoga por docenas. Leonart de Santangel traía una Torah de su casa, la cual era un cartapaz de pergamino, unas veces a mediodía, otras a la noche. Los cofrades, entre los que se encontraban Leonart de Santa Fe y lohan Doz, presbíteros, veneraban un banco o cadera que había sido asiento del rabí. También recordaban el lugar donde se colocaba el arón con la Torah" [...].
El 13 de septiembre de 1251 el rey Jaime I firma en Lérida un documento por el cual concede doscientos reales de tributo sobre los judíos de Barbastro, que deben pagar el día de Navidad. Debe emplearse para que un capellán celebre los divinos oficios en Nuestra Señora de El Pueyo en sufragio de su mujer.
López Novoa en Historia de Barbastro dice que la sinagoga estaba en la calle del Palacio número 6, y sus vestigios se habían conservado hasta hacía poco tiempo, en 1861. Según algunas informaciones, parece que en 1287 los judíos de la quinta judería de Aragón, Barbastro, estaban edificando una nueva sinagoga. Es probable que hubiera dos.
Según M. A. Motis, la judería se hallaba en el castillo de la zuda. Se basa en un documento de 1271 por el cual se autoriza a la aljama a practicar un tren-que o puerta en las murallas, en el camino de Huesca, con la suficiente holgura como para que las bestias de carga y demás jumentos pudieran transitar. Se comprometen a la conservación y mantenimiento de los muros. El mismo autor afirma que la primitiva sinagoga fue derribada en torno a 1287, construyendo una nueva en su lugar. Alfonso III ordena la supervisión de las obras para que no fuera más grande que la anterior.
En 1320 se reunió en el Sur de Francia una multitud incontrolada a la que se denominó "pastorelli" cuyo objetivo era organizar una cruzada contra los musulmanes de Granada. Dieron muerte a muchos judíos en Toulouse, Jaca y montclús. Esta última judería fue totalmente destruida por la complicidad del capellán García de Bardají. Parece ser que también asaltaron la judería de Barbastro. Cuarenta de los cabecillas fueron ahorcados en Huesca. El resto de la expedición se dirigió a Navarra.
Francisco Cantera, en el libro Sinagogas Españolas dice que Konrad Euber publicó una serie de órdenes de Benedicto XIII de 27 de abril de 1415, entre las que se incluía una sobre la transformación de la sinagoga de Barbastro en iglesia porque todos los judíos de la aljama se habían convertido al cristianismo a consecuencia de la Disputa de Tortosa.
En 1418 se firma el testamento de Gracia Santángel, cristiana nueva, que
manda ser enterrada "en la yglesia de sant salvador de la poblacion de los cristianos nuevos". Nombra heredero universal a su hijo Leonart Santángel, y a sus hijas María de Exea, mujer de Pedro de Exea, y a Leonor Doz, mujer de Guillén Doz, les deja la legítima y sus ropas.
En 1458 la cofradía se reunía en la puerta del templo convocada por el prior Juan Ram y los mayordomos Luis de Santángel y Pedro Eximenes para elegir "ciertos freyres viengan astar et abitar a la dita yglesia".
El día de San Lorenzo de 1473 se reunieron "dentro de los coberticos de la dita iglesia". Era prior Antonio Santángel, y mayordomos Juan de Abella y Luis Boyl. Acordaron, considerando los buenos merecimientos de Leonart de Santángel, concederle: [...] "y es a saber la frontera de la paret que esta entre dos arquos dentro en la yglesia, en la cual esta la predicadera, en la qual paret podades fazer capiella et podades en aquella soterrar vos e los vuestros" [...], con la obligación de hacer un retablo a cambio.
Dice Federico Balaguer que en 1478 se casó Juan Falcón, hijo de Sperandreu Falcón y de Catalina Diez (de Sariñena) con Antona Santángel, hija de Leonart de Santángel y de Leonor (de Barbastro), y añade que eran ascendientes de los Argensola. Uno de los firmantes de las capitulaciones, Ferrando Díaz, de Barbastro, es posible que fuera el mismo Fernando Díez, que fue quemado en 1488.
El 17 de septiembre de 1485 fue asesinado en Zaragoza Pedro de Arbués, canónigo e inquisidor. Según Lanuza en Historia eclesiástica y secular de Aragón, los judíos habían celebrado varias reuniones encaminadas a este fin en Barbastro.
Al final se designaron a cinco de ellos para llevarla a cabo. Vidal de Uranso le dio una cuchillada y Juan de Abadía otras dos. Parece ser que éste último fue ejecutado por decapitación en Barbastro y su cabeza fue reproducida en piedra y engastada en una pared en "las cuatro esquinas", lugar que ha perdido su nombre tradicional. Es una pequeña plaza que se encuentra en la confluencia de las calles San Ramón, Romeo –aunque ahora se llame "Romero" por error–, y Escuelas Pías. El busto de piedra tampoco se conserva.
El ermitaño Martín de Aviego, en 1488, cuenta que en la ermita había una cadiera de madera, bajo la pila del agua bendita, en la que se decía se había sentado el rabí a circuncidar. En la ermita había también escritos en hebreo en uno de sus muros. Martín quitó la cadiera y raspó las escrituras de la pared. Los cofrades le enviaban a Barbastro a comprar turrón y vino y se encerraban en la iglesia, pero pudo ver cómo los conversos tocaban la cadiera con tres dedos y luego los besaban. También se volvían hacia la pared, frente a la tribuna, donde había rótulos hebreos y bajaban la cabeza haciendo la obediencia. También dijo que allí no había ninguna imagen de Cristo ni de ningún santo, y que los conversos le echaron de la iglesia cuando le vieron raspando las pinturas de la pared. Declaró que ningún cristiano viejo pertenecía a la cofradía de San Salvador, tan sólo los conversos. Declaró que los judíos forasteros entraban en la iglesia, y que recordaba el nombre de uno de ellos, el judío de Monzón Cordoni (Faym). A consecuencia de esta denuncia fue detenido el presbítero Juan Doz, que fue sometido a tormento y declaró haber adorado la cadiera por Leonart Santángel, "pues él era rabí y había perdones". También declaró que Leonart de Santángel subía la Torá que guardaba en su casa y la colocaba en la hornacina antigua, oculta por el retablo, unas veces por la noche y otras al mediodía. Juan Doz decía misa algunas veces, y los conversos subían cada día de diez en diez.
En 1489, en el proceso contra Sperandeu de Sant Ángel se dice que [...] algunas veces puyando a la hermita de San Salvador..., los judíos tocaban una cadiera y la besaban y facían reverencia en aquel lugar que le decían la Antigüedat... la dicha cadiera era del tiempo de los judíos guando la dicha hermita era sinagoga" […]
En el proceso contra Sperandeu Fajol, en 1489 dice otro testigo: [...] "se acuerda este desposante que estando de hermitaño en la hermita de San Salvador de Barbastro la qual había sido sinagoga de jodíos y aún al dicho tiempo había quedado en la dicha hermita una cadiera donde el Rabí circuncidaba a los jodigüelos"[...].
Las acusaciones contra los judíos conversos por parte de la Inquisición solían ser siempre las mismas: pronunciar palabras heréticas, judaizar en secreto, cambiarse de ropa y bañarse el sábado, cocinar con aceite de oliva y no con grasa de cerdo, no comer tocino o cocinarlo en olla aparte, y guardar el descanso sabático. Algunos conversos, para demostrar su catolicismo solían llevar siempre un trozo de tocino encima, con el que se untaban las barbas a la menor sospecha de que seguían siendo judíos. Por esa razón los llamaron "marranos", del árabe "muharram" o "mahram", que significa "cosa prohibida" o "cerdo".
Por otro lado había una feroz competencia entre el vino elaborado por los judíos, de gran pureza, y el elaborado por cristianos, al que añadían yeso para darle más "cuerpo" y para que se conservara durante el verano, a pesar de que estaba prohibido. El 5 de agosto de 1350 el rey Pedro IV, tras petición de la ciudad, concede a todos los habitantes de Barbastro poder echar yeso "en uvas, brisas, pisas y vino, si bien templadamente".
Hay un documento de 1620 (ó 1627) que habla de iglesia y capellanía Real de San Salvador.
Se dice que hubo otra sinagoga en la que fue iglesia de San Bartolomé, hoy edificio Entrearcos, pero no hemos podido comprobarlo.
Al bautizarse, muchos judíos barbastrenses adoptaron apellidos que incluían el "San" como prefijo. Muchos de ellos se llamaban Santángel. Parece ser que uno de ellos, al que apodaban "el Valenciano", y que procedía de Barbastro, tuvo algo que ver con el préstamo a Cristóbal Colón para su viaje a las Indias. Colón, por su parte, incluyó en su tripulación a un intérprete que hablara yidish por si en su viaje encontraba a las once tribus perdidas de Israel.
En cuanto a la localización de San Salvador en la calle de La Peña hay algunas novedades. En la confluencia de las calles La Peña, Esperanza y Mirador hay una pequeña manzana de casas de forma triangular. Al derribar una de ellas apareció un arco de piedra de yeso de buenas dimensiones. Se nos ha dicho que dentro de las casas restantes hay otros que formaban parte de un único edificio. Entre la familia de los propietarios existe la tradición oral de que allí hubo una ermita. Posiblemente era San Salvador.
Arco de piedra entre las calles La Peña, Esperanza y Mirador (J. Abizanda)