Recorrido 10 - Desde la Plaza de Zabálburu hasta la Avenida de Sabino Arana

La Plaza de Zabálburu se ha convertido en uno de los nudos fundamentales de la circulación viaria de Bilbao, porque une las calles San Francisco, Hurtado de Amézaga y Autonomía, formando un gran eje urbano, al que se conecta la Calle Juan de Garay, entrada y salida a la Solución Sur, que enlaza con las autopistas A-8 y A-68, la Alameda de San Mamés, que enlaza con la Plaza de Indautxu, y la Calle Pedro Martínez Artola, que nos conduce a la Plaza de Toros de Vista Alegre y a los barrios de Iralabarri y Amézola.

En su centro, se instaló en 1.977 una fuente luminosa, que tuvo que ser desmontada en 2.004 ante la necesidad de hacer aparcamientos subterráneos en Bilbao. Y así empezaron las obras en la Plaza de Zabálburu, con una duración aproximada de unos 3 años. A finales de 2.007 se abrió este parking subterráneo compuesto de 4 plantas circulares, con una profundidad de excavación de unos 14 metros. Su capacidad es de 750 plazas, la mayoría para residentes.

Y empezando el 2.008, podemos contemplar ya la nueva Plaza de Zabálburu. Un parque urbano con árboles de diferente tamaño y naturaleza, que ha conseguido reducir a la mitad la zona de circulación viaria. Adornan los espacios peatonales 2 fuente a ras de suelo, al Norte y Sur de la Plaza. Y también existen juegos infantiles.

La noche del 13 de Agosto de 2.008 estrenó las 8 esculturas lumínicas del artista italiano Mario Nanni, unas piezas de 15 metros de altura, que proyectan haces de luz que cambian de color en función de la meteorología.

Ya en el Recorrido nº 1 decíamos que por Bilbao la Vieja, aguas abajo, llegábamos a la Calle San Francisco, considerada como el primitivo Camino de Castilla. Y también decíamos que por esa calle llegábamos a la Plaza de Zabálburu. Pues bien, dado que esta Plaza conecta con la Calle Autonomía, en dirección a Basurto y, más adelante, a las Encartaciones, tenemos que decir que el citado Camino de Castilla era, en una parte, la suma de las calles San Francisco y Autonomía.

También en el Recorrido nº 7, al hablar de la “Quinta Parroquia”, en la Calle Hurtado de Amézaga, comentábamos la proximidad de tal Parroquia a la Plaza de Zabálburu.

Finalmente, en el Recorrido nº 9 hablábamos de la Avenida de Sabino Arana.

Todo esto lo mencionamos para darnos una idea de la necesaria conexión entre los cuatro Recorridos.

Desde esta Plaza de Zabálburu y por la Calle Juan de Garay (uno de los principales accesos a Bilbao desde la A-8, con un tránsito diario de cerca de 40.000 vehículos), podemos llegar a los barrios de Iralabarri (con el Grupo de Torre-Urizar) y de San Adrián, con unos 11.000 y 6.000 habitantes respectivamente, así como a la Urbanización del Monte Miribilla, comentada en el Proyecto nº 14.

Al terminar la Calle Juan de Garay, a mano derecha y en el centro de una isla definida por las calzadas circundantes, se encuentran los restos de la Casa-torre Urízar (también conocida como el caserío Gina), uno de los vestigios de aquellos tiempos de la primera mitad del siglo XV. Su fábrica inicial fue sesgada, en la segunda mitad de dicho siglo, a 8 metros de altura por mandato real. Más tarde, en el siglo XVII, fue objeto de una importante reestructuración.

En los últimos años más próximos ha venido siendo utilizada como un caserío.

Merece la pena dar la vuelta a esta relevante casona y ver las ventanas apuntadas y saeteras, así como unas breves ruinas de lo que antes fuera.

Con fecha 3.4.09, el profesional Jon Mayora nos informa, que el Ayuntamiento de Bilbao va a acometer una reforma integral de esta única Casa-torre que se conserva en la Villa, ya que su situación es lamentable y carece de condiciones de seguridad.

En plena reforma integral, tras derribar el cobertizo y la chabola donde solían encontrarse algunos animales, uno de los operarios encontró unos restos metálicos, que, tras su examen, resultaron ser unas monedas de entre 1.869 y 1.937. Informa Teresa Abajo, con fecha 27.9.09, en la prensa bilbaína.

Al parecer, el rescate alcanzó a la cifra de 270 piezas cubiertas de tierra y escombros, que, inmediatamente, pasaron por un fregado con la manguera. El Área municipal de Obras y Servicios informó a Hacienda y el hallazgo se entregó al Ayuntamiento.

Entre otras piezas se encontraron: un duro de plata con la efigie de Amadeo de Saboya, 22 del reinado de Alfonso XII y otras que retrataban a Alfonso XIII de niño, con varias caras, a medida que el niño crecía. También aparecieron pesetas del Gobierno Vasco y otras monedas desde 25 céntimos a 5 pesetas.

Y ya, al final, limitando con la Solución Sur y con el Barrio de Iralabarri, ambos ya mencionados, nos encontramos con el Parque de Eskurtze, de unos 50.000 metros cuadrados de superficie. Recorriendo este Parque de Oeste a Este, podemos llegar al Barrio de Rekalde.

Volviendo a la Plaza de Zabálburu, tomaremos la Calle Autonomía, que nos recuerda a los Conciertos Económicos desde 1.878 y, posteriormente, los Estatutos de 1.936 y de 1.979. Y llegando a la Calle General Concha, liberador de la plaza de Bilbao, el 2 de Mayo de 1.874, después del asedio de los carlistas, giraremos a la izquierda para alcanzar, al final, la Plaza de Toros de Vista Alegre.

Esta Plaza de Toros fue ubicada en las afueras de la Villa, rodeada de descampados y cuando las calles, todavía, no habían llegado a sus puertas. Fue obra de Sabino de Goicoechea y se abrió al público el 13 de Agosto de 1.882.

Este ruedo se levantó mediante suscripción popular de acciones y su inauguración satisfizo, notablemente, a la afición bilbaína a la Tauromaquia. Una verdadera afición, grande y profunda. Se trataba del espectáculo rey. Luego llegaría el fútbol.

En el año 1.910, esta Plaza de Toros, totalmente amortizada, empezó a ser explotada por el Hospital Civil de Basurto y La Casa de Misericordia. Ambas instituciones constituyeron, el 4 de Diciembre de dicho año, la Junta para explotar la Plaza.

En la madrugada del 5 de Septiembre de 1.961, quedó completamente destruida por un incendio, cuyas causas no se conocieron. Pero, en un tiempo récord, se levantó, en el mismo lugar, una nueva edificación, en la que se reinterpretó el estilo neomudéjar impuesto inicialmente. Llevó la firma del arquitecto Luis María de Gana y Hoyos y su reinauguración tuvo lugar el 19 de Junio de 1.962.

Las inundaciones de 1.983 también afectaron a esta Plaza.

En su interior se halla, desde 1.995, el Museo Taurino (Ver Ficha nº 21).

Y haciendo historia, parece ser que la primera Plaza de Toros se construyó hacia 1.845 en los terrenos próximos a la Estación de la Renfe (Estación de Abando) y a la Calle José Mª Olábarri, sede actual de la Bolsa. También se cuenta que hacia 1.860 se construyó una segunda Plaza de Toros sustituyendo a la anterior, en los terrenos próximos a Zabálburu y comprendidos entre las calles de Elcano y Fernández del Campo. Pero fue el 13 de Agosto de 1.882 cuando se construyó la Plaza de Toros en el lugar que hoy conocemos.

Son también muy conocidas las pinturas del bilbaíno Manuel Losada, ambientando las corridas de toros que se celebraban antiguamente en la Plaza Vieja, junto a la Iglesia de San Antón y el edificio adosado en 1.680, en donde se encontraban el Ayuntamiento de la Villa y el Consulado.

Con fecha 16.11.08, informa Alfredo Casas en la prensa bilbaína, que este Coso ha sido reconocido como la mejor Plaza de Toros del año. El premio se lo han dado por la calidad de sus carteles, por la categoría de las divisas elegidas, por la presentación de los toros, por el juego que éstos han dado y por la escrupulosa organización de todos los festejos.

Dejamos la Plaza de Toros y por la Calle Machín alcanzamos la Plaza de Amézola. Desde esta Plaza y por la Calle Santiago Brouard, llegamos al Parque de Amézola (Ver Ficha nº 19).

Recorrido este Parque, al otro lado nos encontraremos con la Calle Gordóniz y el Puente del mismo nombre, punto en donde empalma la nueva Avenida del Ferrocarril, una gran obra que ha conseguido cubrir las vías del ferrocarril que hoy forma la Solución Sur de Renfe, entre las estaciones de San Mamés y Amézola. Dejamos ahora esta Avenida por la que pasearemos dentro de un rato.

Subiendo por la Calle Gordóniz llegaremos a los barrios de Rekaldeberri, Iturrigorri y Peñascal, hacia la izquierda Larraskitu y hacia la derecha Uretamendi y Betolaza, con una población total de más de 23.000 habitantes.

Bajando por la Calle Gordóniz, nos encontraremos con la Plaza de la Casilla y unos 200 metros más con las Plazas de la Guardia Civil y de San Francisco de Asís, separadas ambas por la Calle Autonomía.

La Plaza de la Casilla, en su tiempo, tuvo mucha importancia, ya que fue sede del Ayuntamiento de la República de Abando, antes de su anexión a Bilbao. Y también de la Escuela de Ingenieros Industriales desde 1.901 hasta 1.958, fecha en la que se trasladó a Basurto – Sabino Arana, junto a la Feria de Muestras y el Campo de Fútbol de San Mamés, según se comenta en el Recorrido nº 9.

En su centro se erigía un magnífico kiosko de estilo Modernista y de hierro colado y piedra, que hizo, hasta los años 60, las delicias y placeres de cuantos nos acercábamos a sus romerías y bailes populares.

En el lugar que anteriormente ocupaban el Ayuntamiento y la Escuela citados, hoy se levantan grandes y elevados bloques de viviendas. Y una mitad de la Plaza se ha visto ocupada por el Pabellón Municipal de Deportes. Nos queda, como recuerdo, la otra mitad junto a la calle Autonomía.

Justo detrás del citado Pabellón y próxima a la Calle Gordóniz, se ha colocado una escultura de Mercurio niño sentado, son sus pies alados. Su autor Casto Solano.

En la Plaza de la Guardia Civil, situada en la confluencia de las calles Gordóniz, Calixto Díez y Autonomía, podemos ver, en un pequeño jardín, el busto de Gregorio Balparda y de las Herrerías (1.874-1.936). Nació en Bilbao, en la Calle Santa María, y cursó estudios de Derecho y Filosofía y Letras. Fue Alcalde de Bilbao en 1.906.

En la Plaza de San Francisco Javier, situada en a confluencia de las calles Gordóniz y Autonomía y de la Alameda de Gregorio de la Revilla, podemos ver, en su centro, un estatua pequeña de Mercurio o Hermes, dios del Comercio, sobre una columna.

Si seguimos por la Calle Autonomía hacia Basurto (otro gran barrio de Bilbao), en unos 100 metros nos encontraremos con el Colegio Público de Félix Serrano, construido en 1.918 por el arquitecto Ricardo Bastida. En su época, fue una de las escuelas bilbaínas más grandes, formando parte de un ambicioso plan de modernización educativa, impulsado por las autoridades municipales bilbaínas. Merece la pena ser contemplado en su conjunto y, de una manera especial, el espléndido frontispicio lleno de pequeñas esculturas del clasicismo grecolatino. Presenta una composición horizontal, en un lenguaje clasicista, con una importante mejora en las dotaciones.

Continuamos por la Calle Autonomía y en la misma dirección hacia Basurto. Al de pocos metros alcanzaremos la ya citada Avenida del Ferrocarril y por ella, contemplando la formidable obra de cobertura de vías férreas de la que antes hemos hablado, llegaremos a la Calle Sabino Arana, eje principal del Recorrido nº 9.

Nota

Hasta el día de hoy 14.8.08 (fecha en la que redacto esta nota), se han venido consultando cuantas informaciones sobre el tema (15 en este caso) se han hecho públicas en la prensa bilbaína y que han sido realizadas por los siguientes profesionales: José Mari Reviriego (con 4 informaciones) y con 1 informaciónOlmo, Manuel Montero, Teresa Abajo, María José Tomé, Elena Sierra, Daniel Bacigalupe, Elías Mas Serra, Naiara Baza, Alfonso Carlos Sáiz Valdivielso, Imanol Villa y Jon Mayora.

Fotografías y Paseos virtuales

De acuerdo con lo dicho en el "Prólogo del Autor" y con el fin de que recuerden, en la medida de lo posible, este Recorrido nº 10, les indico que, además de consultar las fotos y los paseos virtuales al pié de las Fichas y Proyectos mencionados en él, pueden acceder, enPaseos virtuales, a 2 visiones panorámicas de la Plaza de Toros y, también, en Fotos de la Villa, a las siguientes fotografías:

.- Año 2.003, 10/02: Escultura homenaje a Santiago Brouard, en el Parque de Amézola.

.- Año 2.004, 26/04: Escultura de Mercurio niño, sentado con sus pies alados, en la Plaza de la Casilla, detrás del Pabellón de Deportes y junto a la Calle Gordóniz.