Ficha 06 : Iglesia de San Vicente Mártir de Abando

Fue fundada a finales del siglo XII. Las obras se iniciaron en 1.190 por el tataranieto del primer Conde de Ayala, señor de Ayala y de Salcedo. Los miembros de esta familia fueron, también, los fundadores de Abando. Uno de sus hijos inició el más antiguo linaje alzado en esta geografía: el de Basurto. Su torre se erguía en los terrenos que hoy ocupa la capilla del Hospital Civil.

En el siglo XVI, allá por el año 1.550, esta iglesia fue ampliada y reedificada conforme al estilo actual. Puede considerarse con un estilo gótico vasco, a pesar de que los pilares centrales acusan formas clásicas y se observen líneas de renacimiento y aún de un gusto churrigueresco.

Tal ampliación y reedificación permitió contar con tres naves con sus bóvedas, ocho pilares, dos capillas, varios altares y unas cuantas sepulturas. La fachada principal podía considerarse como renacentista, con una gran arco central apuntado y una torre incompleta, ya que no se llegó, en un principio, a su debida altura.

En este arco central podemos distinguir dos cuerpos: el inferior con la puerta de entrada en arco carpanel, enmarcado entre relieves de columnas a cada lado, y el superior con una ventana, hoy tapiada, en la altura y, bajo ella, una hornacina que acoge una escultura de San Vicente.

La feligresía de esta iglesia se extendía por un inmenso territorio comprendido entre la ría y Recaldeberri y entre La Peña y Zorroza. En 1.902 se creó la iglesia de San Francisco de Asís y en 1.934 se erigió la parroquia del Carmen. Posteriormente, en 1.947, se erigieron iglesias en Recaldeberri, Zorroza y Olabeaga. Y a partir de la toma de posesión del primer obispo de Bilbao, don Casimiro Morcillo, año 1.950, fueron construyéndose las demás parroquias que hoy conocemos.

En el momento actual, lo más antiguo de esta iglesia es la portada meridional de una de sus naves. Tiene su entrada por el pórtico. Se trata de una portada lateral de estilo gótico muy puro, de líneas sencillas que no van más allá del siglo XIII. Posiblemente, restos del templo anterior a la modificación del siglo XVI. Merece la pena contemplarla.

Juntamente con el Ayuntamiento de Abando, esta iglesia era el centro político, social y religioso de la República de Abando.

En los años comprendidos entre 1.833 y 1.875, durante los cuatro sitios que sufrió la invicta Villa de Bilbao, con motivo de las guerras carlistas, este templo de San Vicente salió bastante maltrecho. Después de la primera guerra no pudo abrirse al público hasta el año 1.842. Y después de la segunda guerra, que fue cuartel de tropas durante 5 años, volvió a abrirse al culto en 1.879.

Por esta época, se llevaron a cabo las obras de la nueva espadaña con su nuevo campanario (último lustro del siglo XIX) y de la casa cural adyacente (1.866), bajo la cual hay un pórtico, que hemos citado unos párrafos arriba, de esbeltas y duras columnatas de arcos de medio punto y simples adornos. Recientemente, en la década de los noventa, se ha cerrado dicho pórtico con unas verjas que cubren todos y cada uno de sus arcos, con sus puertas de acceso correspondientes.

Volviendo sobre el interior del templo, las columnas dan sensación de fortaleza, erguidas cual gigantescas palmeras desplegadas en altura. Y las medias columnas de fuste fasciculado, adosadas a los muros, delgadas y esbeltas, exhiben el mismo ramaje que las anteriores. Las bóvedas, de gusto gótico, están sostenidas sobre arcos de apunte ojival y crucería de tramados iguales. En los diversos macizos se abren recoletos ventanales, centrados entre los contrafuertes exteriores.

El conjunto es notable por la belleza de sus justas y austeras proporciones. Rompe, sin embargo, la equilibrada armonía del interior, un enorme arco postizo abierto en el muro lateral izquierdo, ideado exclusivamente para dar solemnidad al monumento del Jueves Santo. En este arco se aprecian dos partes:

A.- En la superior se encuentra, desde el día 24.10.08, un retablo del pintor bilbaíno Iñaki García Ergüin, en el que se representa la "Cena del Señor". Tiene 8,5 metros de altura y 5,5 metros de anchura. La originalidad de la obra consiste en que podemos ver una mesa en forma vertical, en lugar de horizontal, que va transformándose en la figura de Cristo, acompañado por los 12 Apóstoles en la "Última Cena". Es una información de Luis Gómez, con fecha 25.10.08, en la prensa bilbaína.

B.- En la inferior, una pila bautismal, con un relieve en la pared sobre el bautizo de Jesús.

Tras el duro antepecho del alto coro, se asoma el órgano de esta iglesia, que es del siglo pasado, aunque, posteriormente, ha sido reformado.

Traspasado el umbral del templo, por su entrada principal, pueden verse, tanto al frente como en los laterales, un conjunto de retablos dorados e inmensos, adornados con esbeltas columnas. El más antiguo es el del Altar Mayor, de forma neoclásica, con algunos brotes barrocos, iniciado en 1.860 y concluido en 1.864. Consta de dos cuerpos: el primero contiene una Purísima, talla del siglo XVIII, y el segundo la imagen de San Vicente, una de las primeras obras del famoso escultor Garamendi.

A ambos lados del Altar Mayor y sobre el presbiterio, se encuentran sendos ambones que anteriormente fueron púlpitos, en los que pueden verse el escudo de la anteiglesia de Abando y, a su vez, de la Casa Basurto, ya citada en el primer párrafo de esta ficha, por proceder del linaje de los Salcedo.

A la derecha e izquierda del retablo central hay dos retablos más pequeños: el primero dedicado a San Antonio de Padua y el segundo al Sagrado Corazón de Jesús. Y en los muros laterales se hallan otros dos retablos: el de la derecha dedicado a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y el de la izquierda a la Virgen Milagrosa.

Dos capillas tiene la iglesia, adosadas a la parte derecha e izquierda de su cabecera. En la primera se conserva un Cristo yacente, obra del escultor Quintín de la Torre, bilbaíno de nacimiento, y una Dolorosa que puede ser, también, de él. En la segunda se encuentra la Virgen del Carmen.

La Sacristía, de planta rectangular y grandes ventanales que dan al Oriente, fue inaugurada en 1.916. En su techumbre y paredes acoge varios óleos.

Son interesantes algunas otras imágenes esparcidas por los otros retablos menores de los muros: San Roque con el lebrel y la calabaza de caminante; San Isidro el labrador, por los muchos labradores que había en esta anteiglesia y San Ramón Nonato, entre otros.

En la fachada del ocaso, en donde se halla la puerta principal, se asienta el Coro. Y debajo de él pueden verse dos bonitas vidrieras: una del Bautismo de Jesús (izquierda) y otra de la expulsión de los mercaderes del templo de Jerusalén (derecha). Junto a la primera se halla el acceso, en escalera de caracol y con troneras, al Coro y al Campanario. Y junto a la segunda, reposan los restos del idílico cantor del Pais Vasco, don Antonio María de Trueba y de la Quintana, trasladados aquí desde el cementerio de Mallona, en 1.920, con motivo del centenario de su nacimiento.

En la lápida puede leerse:

"Dicen que el cisne cuando muere canta,

y hoy tanto de mortal mi dolor tiene,

que acaso es la del cisne mi garganta.

La voluntad de Dios es pura y santa.

¡Hágase en mí, Señor, lo que ella ordene!".

Fue un gran escritor y poeta, nacido en el barrio de Montellano, de Galdames (Vizcaya) en 1.819 y murió en 1.889 en su casa de Ibáñez de Bilbao, nº 8, muy próxima a esta iglesia. En los Jardines de Albia, entorno de esta iglesia, existe un monumento a Trueba, erigido en 1.895. Es obra del escultor valenciano Benlliure.

Paseos virtuales

De acuerdo con lo dicho en el "Prólogo del Autor" y con el fin de que recuerden, en la medida de lo posible, su visita al contenido de esta Ficha nº 6, les indico que pueden acceder al Paseos virtual que hace referencia a una visión panorámica de la Iglesia de San Vicente Mártir.