Ficha 26 : Convento de la Encarnación y Museo Diocesano de Arte Sacro

Uno de los tres arrabales de la Villa de Bilbao, Ibeni (hoy barrio de Atxuri), fue el lugar elegido por la Orden Dominicana para fundar un Convento femenino. Ya desafectado, las instalaciones del antiguo Monasterio, cobijan la Parroquia de la Encarnación y el Museo Diocesano de Arte Sacro.

Se cuenta que el 11 de Mayo de 1.499, surgió en la Villa, por iniciativa de una joven bilbaína, la Orden de Predicadores. Esta joven se encierra en soledad, se consagra a Dios e inicia una nueva forma de vida evangélica en la Villa, la de las Hermanas de la Tercera Orden de Santo Domingo. En poco tiempo, fue uniéndose a la joven más de una veintena de amigas de las mejores familias de la Villa. Este fue el inicio del Monasterio de la Encarnación del Hijo de Dios que hoy admiramos.

Más tarde, para la atención espiritual de la Comunidad de monjas y el servicio litúrgico del culto, esta joven funda, también, un convento de frailes. Un Convento que, a su vez, fue también colegio, el primero de la Villa. El Latín, la Filosofía y la Teología Moral eran sus tres cátedras principales.

Este Convento de la Encarnación se compone de iglesia y claustro. Y precisamente en este claustro se encuentra el Museo Diocesano de Arte Sacro. Hablaremos de los tres.

Iglesia

Esta Iglesia fue construida, a mediados del siglo XVI, por los frailes de la Orden de Santo Domingo (Padres Dominicos). Pertenece al llamado "gótico-vasco". Podemos ver el parecido de su portada con las de las Iglesias de Begoña y de San Vicente.

El templo, en sus orígenes, estaba formado por una nave central con crucero alineado y varias capillas bajas parceladas por muros. Tiene un desarrollo longitudinal de seis tramos, contando el del crucero y el de la capilla absidial. Los tramos y las naves están determinados por pilares redondos que sirven de soporte a una bóveda gótica con nervaciones. Se respiraba en esta Iglesia el espíritu de los templos conventuales formulados según el sistema de los Reyes Católicos.

Una reforma del año 1.965, cambió esta concepción espacial, transformando las capillas bajas en naves laterales. Se mantiene una capilla a mano derecha, según se entra, y a la izquierda se encuentra la Sacristía.

La luz penetra en el interior del templo por ventanas de medio punto, abiertas en los muros por el Mediodía, el testero y el brazo norte del crucero.

En la fachada se distinguen tres calles: las dos laterales dobladas hacia atrás y la central, mucho más ancha, con un gran arco ojival y, sobre él, la torrecilla de la campana. Dentro de este gran arco podemos ver la puerta de acceso en forma de arco de medio punto, entre pares de pilastras. Y sobre ella, se encuentra la historia tallada de la Anunciación, más arriba un modesto óculo y en el ápice, el escudo de la Orden de Santo Domingo.

La mayor parte del templo fue construido, como ya hemos dicho al principio, hacia los años 1.554 y 1.560, fechas que aparecen en la portada. Sin embargo, la hojarasca tallada en la parte superior de la fachada, sobre el gran arco ojival, el campanario, el relieve de la Anunciación y el escudo, corresponden a finales del siglo XVII.

En esta iglesia hubo unas cuantas sepulturas de vecinos ricos de la zona. Aún se conservan en las capillas laterales de la cabecera, los arcofolios de estilo gótico de las familias Herquiñigo y Arana.

San Valentín de Berrio-Otxoa

Al hablar de esta Iglesia, no podemos dejar de mencionar a este Santo de la Orden de Santo Domingo.

Nació el 14 de Febrero de 1.827 en Elorrio (Vizcaya). En 1.847 ingresó en el Seminario de Logroño.

En 1.853 ingresó en el Convento de Formación de Misioneros de Ultramar de los Padres Dominicos, en Ocaña (Toledo). Y en 1.857 se dirigió a Manila (Islas Filipinas). Una vez allí fue trasladado a Tonkín, región del Norte de Vietnam.

Con fecha 1 de Noviembre de 1.861 fue ejecutado y martirizado.

En 1.902 se abrió, en Roma, la causa de beatificación, que culminó en 1.906, siendo nombrado Beato por el Papa Pío X. El 19 de Junio de 1.988, el Papa Juan Pablo II le ensalzó a la santidad.

Lienzos e imágenes del Santo pueden verse en esta Iglesia de Padres Dominicos, orgullosos de tenerle como Santo, a quien, además, le tiene mucha devoción la feligresía de esta Parroquia.

Claustro

Es claustro está muy renovado. No obstante, conserva dos crujías de la época con arcadas de piedra de medio punto. Este pórtico soporta las salas superiores, ampliadas con voladizos de madera vista, que, desde 1.995, contienen los fondos del Museo Diocesano de Arte Sacro.

Este claustro se encuentra a la derecha de la Iglesia.

Museo Diocesano de Arte Sacro

Por acuerdo de la Diputación y del Obispado, se creó, en 1.961, este Museo, en principio como almacén. Fue en 1.995 cuando, tras un acuerdo entre Ayuntamiento, Diputación y Diócesis, se abrieron las puertas del Museo en la Plaza de la Encarnación, del bilbaíno barrio de Atxuri.

Son ocho siglos de historia reflejados en las obras expuestas en el Museo, largo período de experiencias religiosas y de acumulación de piezas y objetos aplicados al culto. Se habla de una colección de 500 piezas y alguna de ellas con 800 años de antigüedad. En su mayor parte proceden de las iglesias de la Diócesis de Bilbao, y casi todas estaban, en la actualidad, apartadas del culto.

Pero hay también significativas aportaciones de la Diputación y del Museo Arqueológico, Etnográfico e Histórico Vasco de Bilbao.

Los fondos se han distribuido en dos plantas del citado Claustro y dentro de cada una de estas plantas, se han distribuido en varias salas y secciones, atendiendo a sus géneros.

En la primera planta se encuentran cuatro salas:

1.- La Platería y su función litúrgica

2.- La Platería en Bilbao.

3.- La Platería en Bizkaia.

4.- Vestiduras sagradas.

Y podemos ver Cruces procesionales, Custodias, Copones, Cálices, Vinajeras, Navetas, Crismeras, Palmatorias, Candelabros, Patenas, Campanillas, Atriles, Ambones, Púlpitos y Sagrarios. Casi tres centenares de piezas desde la Edad Media hasta nuestros días.

En cuanto a las Vestiduras sagradas, podemos ver Capas pluviales, Dalmáticas, Casullas, Amitos, Cíngulos, Manípulos, Albas, Cubiertas de Cáliz y Paños de Altar. Estos ornamentos, con su variedad de colores, formas y materiales, los tenemos desde el Renacimiento hasta el siglo XX.

La segunda planta está dedicada a diversas manifestaciones del arte religioso, a través de la historia y de los estilos, predominando piezas de escultura y pintura.

Destaca un recuerdo para las “Andra Maris”, con una considerable selección de imágenes de la Virgen y el Niño desde los siglos XII al XV.

También se exponen piezas de madera, piedra y alabastro, tallas, muebles y pinturas de diferentes procedencias, con una iconografía muy variada desde la Edad Media has el Renacimiento.

El Barroco de los siglos XVII y XVIII está reflejado en pinturas sobre lienzo, destacando una serie de lienzos sobre la vida de Cristo, obra del pintor barroco Lucas Jordán.

Por último, podemos ver algunas obras del Neoclasicismo y de épocas más modernas y recientes.

Las visitas a este Museo están aumentando. Así en 2.001 fueron 6.509 personas las que acudieron a verlo y en 2.002 han sido 7.615, un 17% más.

Durante el año 2.003 este Museo completó su exposición permanente con la instalación de una sala dedicada al arte religioso contemporáneo.

Según datos de Agosto de 2.005, el número de visitas va creciendo lentamente y, la media anual, se aproxima a las 10.000 personas.

Nota

Hasta el día de hoy 21.8.05 (fecha en la que redacto esta nota), se han venido consultando cuantas informaciones sobre el tema (6 en este caso) se han hecho públicas en la prensa bilbaína y que han sido realizadas por los siguientes profesionales: Eugenio Rodríguez Condado (con 1 información), Elías Mas Serra (1), Oskar L. Belategui (1), María Jesús Cava Mesa (1), Imanol Villa (1) y Yolanda Veiga (1).