SODIO

Del salero en nuestra cocina al pañal de un astronauta.

Lo primero que se nos viene a la cabeza cuando escuchamos la palabra "sodio" es la sal (NaCl) la cual consumimos y que es vital para nuestra salud, o el hidrogenocarbonato sódico (NaHCO₃) que echamos a nuestras tartas para que sean esponjosas, lo cual es cierto, pero tiene muchas diversas aplicaciones que no todos sabemos:

En primer lugar, juega un gran papel en la higiene, el sodio puede absorber los malos olores, en combinación con numerosos ácidos grasos, es efectivo para la fabricación de desodorantes. También se utiliza el hidróxido de sodio para la elaboración de jabones detergentes.

Como todos los metales, es un buen conductor de electricidad, se emplea en construcciones eléctricas. Además, se utiliza para eliminar impurezas en otros metales como el oro, hierro, plata, etc.

También algo que usamos mucho día a día, nuestros amados dispositivos electrónicos, contienen una aleación de plomo y sodio para refrigerar algunos componentes, previniendo que se sobrecalienten.

Otro uso muy curioso, es que, en los submarinos, donde el acceso al oxígeno es bastante escaso, se usan los óxidos que se generan con una combinación de sodio y oxígeno para intercambiar el dióxido de carbono en el aire, regenerando el oxígeno para que puedan respirar bien las personas que están adentro.

Facilita la exploración espacial a los astronautas, que en el despegue y aterrizaje, en la que están ocupados por muchas horas sin poder ir a ningún baño, llevan pañales con poliacrilato de sodio, compuesto que tiene la capacidad de absorber grandes cantidades de agua por periodos largos.

Pese a ser una sustancia que se conoce desde la antigüedad, pues las minas de sal ya se usaban hace miles de años, no se reconoció como tal hasta que Humphry Davy lo obtuvo por vez primera por sí sola en 1807. Actualmente es el metal alcalino que más abunda en la Tierra, pero además, es muy común encontrarlo en las estrellas, es decir, en nuestro Sol y los millones de soles que hay por todo el universo. Así que, si lo piensas, cuando pones sal en tu comida, es como si añadieras un pedacito mínimo de polvo de estrellas.