Ilustres personajes de la Villa

Periódico El Barrio

Algunos de los hacedores que dejaron su huella en la historia del barrio

Los ilustres personajes de la Villa

Destacamos seis apellidos de fuerte raigambre urquicense. Perduran en la memoria colectiva por la trascendencia de su obra y porque le dieron a la zona su fisonomía definitiva, tanto geográfica como cultural. Sabemos que hay muchos otros que merecen integrar esta lista, que es apenas una muestra de la riqueza humana del vecindario.

Si pensamos en dos personas que dejaron su huella en este barrio, sin dudas que Máximo Gasparutti y Felipe Galante tienen un lugar privilegiado en el recuerdo colectivo. Ambos fueron los responsables de que el actual Complejo Cultural 25 de Mayo sea considerado el “Petit Colón”, tanto por su belleza edilicia como su excelencia arquitectónica.

Cuando la hija del constructor del Cine Teatro 25 de Mayo, Martha Gasparutti, visitó la redacción de El Barrio, nos contó lo siguiente: “Mi papá nació en Véneto, Italia, el 2 de enero de 1881. Su verdadero nombre era Maximino. Cuando se instaló en Argentina abrió un estudio con sus hermanos, primero en la calle Altolaguirre y luego en Triunvirato 4544, bajo el nombre Hermanos Gasparutti. Después Máximo se casó con mi madre en 1924 y se mudó a Núñez. En ese momento se separó de mis tíos y cada uno siguió su camino. Angel Gasparutti se quedó en Villa Urquiza y Santiago Gasparutti murió joven, pero llegó a edificar en el barrio”. Martha, recuerda a su padre como un hombre muy tranquilo, que no hablaba de su vida anterior en Italia; de Villa Urquiza decía que la quería. Máximo Gasparutti murió en Buenos Aires en 1950.

El pintor Felipe Galante fue el encargado de decorar el Teatro 25 de Mayo. Nació el 11 de septiembre de 1872 en Italia y se radicó en nuestro país a fines del siglo XIX. Falleció en su casa de Villa Urquiza el 11 de febrero de 1953. Su nieta es la prestigiosa actriz Lidia Catalano. Cuando ella fue convocada por El Barrio para evocar a su abuelo, recordó que su infancia estuvo ligada a la casona de Olazábal 4710, lugar donde él vivía. “Desde chica subía al estudio en donde daba clases -rememoró la protagonista de Televisión por la Identidad-. Me consultaba acerca de la obra que estaba haciendo y yo le respondía, por ejemplo, que ese hombre tenía la piernas cortas”. En esa casona Galante tenía la costumbre de recibir a su amigo Enrico Caruso cada vez que el prestigioso tenor visitaba Buenos Aires.

Todo por hacerse

En los albores de la historia de Villa Urquiza dos familias se comprometieron con el desarrollo de la zona. Con su accionar, los Bardi y los Canicoba configuraron las bases del actual barrio. María Inés Bardi Canicoba recuerda a sus abuelos Manuel Ramón Canicoba (1886-1968) y Santiago Bardi (1855-1951) con orgullo y cariño. Sobre Manuel dijo: “Nos cobijaba a todos. Era una especie de patriarca. Todos vivíamos en esa cuadra de Quesada y Capdevila”. Entre los hitos que dejó Canicoba para Villa Urquiza se destacan promover el asfalto de Triunvirato -con el empedrado que se había dejado de usar en la calle Florida- y Colodrero, gestionar el traslado del monumento al General Urquiza a la Plaza Echeverría y editar el semanario El Independiente, que fundó el 8 de febrero de 1920 y condujo durante veinticinco años.

“Cuando yo nací él ya no tenía más el periódico, pero recuerdo que en la parte de atrás de la casa había un patio tipo español con una habitación muy grande -señaló María Inés-. Con los años comprendí que cuando mi abuelo me llevaba a la administración se refería al lugar en donde funcionó El Independiente. ¿Por qué lo vendió? Tenía un puesto importante en el Jockey Club y el diario era su gran pasión, pero seguramente quiso descansar. Hacer esa vida durante 25 años es mucho tiempo”.

El otro abuelo de María Inés fue Santiago Bardi. Oriundo de Concepción del Uruguay, Entre Ríos, Bardi era amigo de la familia Urquiza producto del estrecho vínculo con José Justo de Urquiza, uno de los tantos hijos del Gobernador entrerriano. Por eso, en 1901, para celebrar el centenario del natalicio del Presidente de la Confederación Argentina, impulsó el cambio de nombre de Villa Catalinas a Villa Urquiza. Agregó María Inés: “La idea fue de él. Con la ayuda de mi otro abuelo convencieron a la gente para que se sumara al pedido”.

Historietas y películas

Si de medios y periodismo se trata, José María “Gogo” Safigueroa y Guillermo Guerrero forjaron su presencia en el barrio a través de la gráfica y la televisión. Ambos fueron colaboradores de este periódico por muchos años.

Gogo nació en Palermo Viejo, el 28 de febrero de 1938, y consideró a Villa Urquiza como barrio con el que se encontraba “plenamente identificado”. Enamorado del cine, inevitablemente analizó el ocaso de las salas barriales: “La desaparición de los cines de barrio fue consecuencia, en primera medida, de la televisión; luego de la progresiva disminución de dinero en el bolsillo. Y luego apareció el video”. Murió en su ley, presenciando el Festival de Cine de Mar del Plata, un 7 de noviembre de 2008.

Nacido en Villa Urquiza el 16 de julio de 1923, Guillermo Guerrero fue uno de los destacados dibujantes argentinos. De su máxima creación, Lúpin, dijo alguna vez: “El personaje es una autocaricatura. Cuando tuvimos que ponerle un nombre apareció Lúpin, castellanización de la maniobra que realiza el avión. En febrero de 1966, con una tirada de 35.000 ejemplares, la revista salió a la calle”. Guerrero recordó cómo su personaje voló por el barrio: “Sí, hay una historieta que habla sobre esto, inspirada en un hecho verídico. En Parque Chas había un lote que se utilizó como aeródromo allá por el año 20. Un amigo de mi papá hizo un vuelo hasta Belgrano u Olivos pagando 20 pesos”. Guerrero murió el 25 de junio de 2009.

No nos olvidamos de Celedonio Flores, Jorge Casal y tantos otros destacados vecinos que tuvo Villa Urquiza. Con la ayuda de nuestros lectores seguramente iremos completando la lista y publicando sus historias.