Historia breve


Francisco Seeber era un prestigioso empresario del rubro de la construcción, que en 1.885 obtuvo el proyecto de nivelación y construcción de los Muelles de las Catalinas, ubicados en las actuales avenidas Leandro N. Alem y Córdoba.


Dado que el lote era sumamente bajo e inundable, necesitó material de relleno para poder efectuar la obra. Para ello adquirió los terrenos de Cayol, situados unos diez kilómetros al noroeste de los muelles y conocidos como “Lomas Altas”, ya que tenían una altitud estimada en 40 metros sobre el nivel del río.


Seeber hizo que algunos de sus trabajadores, principalmente de origen entrerriano, se instalaran en las cercanías del lugar, donde se extraía tierra y se fabricaban ladrillos. Por eso es que, a principios de 1.887, residían en la zona unas 120 familias. Una vez cumplida la tarea de nivelar los bajos de la ribera, los terrenos ya no eran necesarios y Seeber decidió fraccionarlos para venderlos.


Encomendó al Ing. Emilio Agrelo el trazado de un nuevo pueblo, lo que ocurrió un 2 de octubre de 1.887. Era el origen de Villa Catalinas, la primitiva Villa Urquiza. Los desniveles que se observan tanto en Congreso como en Tomás Le Bretón son el testimonio de los trabajos del fundador del barrio.


En la fotografía, Mercedes Gontier, una de las primeras habitantes del incipiente pueblo de Villa Catalinas, fotografiada en 1.900 en las actuales Pacheco y Mendoza.