La Estación de Ferrocarril

La construcción. de la estación de ferrocarril se autorizó por Decreto del 7 de noviembre de 1888 y la denominación, que se le adjudicó fue "Estación Las Catalinas", de la línea del ferrocarril de Buenos. Aires a Rosario o "Ferrocarril Poblador". Fue librada al público el 13 de abril de 1889, a los dos años escasos de haberse constituido el pueblo (2 de octubre de 1887).

El paradero, estaba donde se encuentra hoy, entre las calles 1, 6, Saavedra y 8, es decir: Guanacache, Bucarelli, Monroe y Triunvirato, ocupando dos manzanas aproximadamente. Constaba de dos andenes, terraplenes, galpón de madera como depósito, con sus techos de cinc. Fue prirner jefe don Luis Márquez, que, decían, era muy enérgico.

La estación impulsó notablemente el avance del naciente poblado, ya que con anterioridad la única salida hacia la ciudad consistía en llegarse hasta Belgrano y allí tomar el tren, lo que significaba, caminar 25 cuadras a través de baldíos y algunas quintas, por caminos que podían ser polvorientos o verdaderos bañados, casi ínfranqueables. Desde el 7 de noviembre de 1862 corrían trenes desde la ciudad hasta Belgrano (Estación Alsina) con ocho trenes diarios entre las siete de la mañana y las 19.30. Los pobladores de las quintas de esa época tenían poco que elegir: adecuarse a tales servicios o si no optar entre caminar y galopar. En los principios de siglo, ir de Villa Urquiza hasta Belgrano, significaba cruzar campos abiertos, donde se encontraban las escasas viviendas de los que fabricaban ladrillos o los tamberos. Sólo se encontraban al salir del pueblo, las casitas de Villa Mazzini -una población más antigua que Villa Urquiza- y las quintas de Manuel Rocca, Rabazíni, Sebastiani, Cincuneguí, Liliedal y Pasadores. En los terrenos vecinos, más precisamente en la esquina de Bucarellí y F. D. Roosevelt, quedan, como testigos de aquellos tiempos, dos gigantescos árboles, con troncos de un diámetro de 1,20 metros. Nos refería el señor Canessa, que muy cerca había unos corrales, donde se encerraba el ganado que llegaba por ferrocarril. Los muchachos -con gran alegría- ayudaban en lo que hiciera falta y eran premiados con suculentos asados ...

He aquí un horario de trenes correspondiente a octubre de 1889, es decir, a los seis meses de librarse al servicio.

Los trenes de la Estación Central, a San Martín, circulaban con estas frecuencias:

Central: Entre 6.20 Y 11.20

Retiro: Entre 6.28 y 11.20

Parque Tres de Febrero: Entre 6.40 y 11.39

Belgrano: Entre 6.48 Y 11.47

Catalinas: Entre 6.53 y 11.52

San Martín: Entre 7.05 y 11.52

Observamos que de Retiro (6.28) a Villa Urquiza (6.53) se empleaban 25 minutos.

Por la tarde, de Retiro a Catalinas, corría la misma cantidad de trenes y el último llegaba a las 22.55.

Los trenes que llegaban desde San Martín, empezaban a arribar a Villa Catalinas a las 5.36 y el último lo hacía a las 19.26. Entre la villa y San Martín no había entonces paradas intermedias.

Este texto ha sido extraído del libro "EL BARRIO DE VILLA URQUIZA" escrito por Diego A. del Pino.

Correspondiente a la colección Cuadernos de Buenos Aires.

Publicado en 2009. Revista Comisión Permanente Centenario de Villa Urquiza