Programul bază al Partidului Popular European (PPE) / Programa base del Partido Popular Europeo (PPE)

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108. Creemos que la libertad auténtica conlleva autonomía y responsabilidad, no independencia irresponsable. La justicia y la solidaridad verdaderas sólo pueden existir cuando la libertad es aceptada por todos como un requisito esencial indispensable.

109. En virtud de esta idea, todo el mundo comparte responsabilidad frente a la integridad del mundo creado. Personas, grupos, comunidades, pueblos, naciones y estados deben, por lo tanto, dar cuenta de sus acciones respecto a todos los seres humanos vivos y futuros, ya que cada uno de ellos constituye un elemento único del mundo creado.

110. Por este motivo, el PPE trata de capacitar a todas las personas para que disfruten, en su existencia diaria, de los inalienables derechos reconocidos para todo ser humano. Esto supone, por una parte, el derecho de las personas a desarrollar y utilizar plenamente sus dones, talentos y habilidades y, por otra, la obligación de ofrecerlos para el bien de la comunidad e intentar en todo momento aplicar los valores de justicia y solidaridad en sus relaciones con los demás.

111. Las autoridades adquieren su legitimidad a partir de la exigencia de crear las condiciones adecuadas para el desarrollo personal de todos los ciudadanos, tanto de manera individual como en el contexto de comunidades. Toda autoridad, ya sea pública o privada, e independientemente de las atribuciones de las que disfrute, debe por lo tanto proteger el interés general y el bien común de la humanidad, prestando especial atención a las personas más pobres y vulnerables en todas las circunstancias.

112. El bien común no debe confundirse con la suma de los intereses individuales. Ahora bien, esos intereses deben ser siempre compatibles con el respeto adecuado de los derechos de cada persona, es decir, los derechos individuales, civiles y políticos, económicos y sociales, religiosos, culturales y colectivos.

113. El derecho de los pueblos a la autodeterminación y al libre ejercicio de sus derechos legítimos no puede ser invocado para denegar a otros el ejercicio y disfrute de sus derechos fundamentales o empujar a los ciudadanos a la violencia.

114. El respeto a la libertad e igualdad a los demás debe, en opinión del PPE, ser también reconocido en el modo en que nos relacionamos, discutimos y comunicamos con los demás, en especial en los debates públicos, con independencia de la opinión y convicciones de otros, y en el modo en que nos referimos a otros grupos, convicciones, minorías e instituciones.

115. Consideramos que es necesario respetar el derecho a la objeción de conciencia.

Dignidad y principio de igualdad

116. Todos los seres humanos disfrutan de igualdad de derechos, ya que poseen la misma dignidad basada en la naturaleza humana. En sus relaciones con terceros, la libertad de cada persona está, por lo tanto, limitada al respeto de la libertad y la dignidad de los demás, que provienen del reconocimiento de dicha igualdad fundamental. A pesar de sus divergencias en cuanto a dones, talentos y habilidades, cada ser humano debe poder lograr su desarrollo personal en libertad e igualdad, independientemente de su origen, género, edad, raza, orientación sexual, nacionalidad, religión, creencias, situación social o salud.

Justicia

117. A partir de la idea de justicia se deriva el hecho que es preciso garantizar en todo momento las condiciones necesarias para que las personas, y sus comunidades, en función de su naturaleza y objetivos, puedan ejercer sus libertades. Una de las características de la justicia es asignar a cada persona sus obligaciones y hacer todo lo posible por lograr una mayor igualdad de oportunidades y vivir en una sociedad basada en el respeto mutuo. Por tanto, es responsabilidad del Estado, de los interlocutores sociales y de la sociedad civil asegurar la justicia social por medio de la legislación, la cooperación y la participación en todos los ámbitos (privado, nacional e internacional).

118. Una de las dimensiones de la justicia es el respeto al Derecho y su aplicación imparcial.

Los ciudadanos deben ser iguales ante la Ley. La legislación evoluciona de forma continua en consonancia con la dinámica de la civilización y el progreso técnico, esto no es óbice para que se respete siempre la dignidad y los derechos humanos, por lo que debe ser libremente aceptada por las personas y las comunidades a las que pertenecen.

119. La legislación debe evolucionar conforme al respeto universal de los derechos fundamentales e inalienables del ser humano, a tenor de lo dispuesto en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, el Convenio Europeo sobre Derechos Humanos y Libertades Fundamentales de 1950 y la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea ratificada en el Tratado de Lisboa del año 2009.

120. La justicia no puede ser arbitraria ni confusa a causa de la dictadura de la mayoría, sino que exige que se respete a las minorías, a las cuales ninguna mayoría puede denegar el libre

ejercicio de sus derechos y, además, exige que se renuncie a la imposición de medidas y políticas que no sean compatibles con los derechos humanos fundamentales.

Libertad y responsabilidad

107. Durante más de veinte años hemos vivido en una Europa más unida y libre que nunca en su historia. En parte, esto se debe al proceso de integración europea, que ha sido mucho más eficaz de lo que se esperaba. Sin embargo, esto también se debe a la liberación de la Europa Central y del Este del comunismo totalitario y de países de la Europa meridional de regímenes autoritarios. La experiencia de poner fin al totalitarismo y la dictadura, así como de la carestía de derechos básicos individuales y políticos y de derechos para luchar por la libertad, poniendo en peligro el bienestar personal e incluso a veces a la vida, ha enriquecido a toda Europa. Nuestra familia política ha logrado consolidar un compromiso irreversible frente a la libertad humana y un rechazo rotundo de los regímenes totalitarios y autoritarios. Incluso tras haber transcurrido veinte años, las iniciativas de los partidos existentes en países anteriormente comunistas, concebidas para llevar a la práctica y mantener los valores democráticos, no pueden, ni deben, relajarse debido a tradiciones autocráticas persistentes y firmemente arraigadas o a una fingida aceptación de los principios europeos por parte de los sucesores de los anteriores partidos comunistas.

106. El pensamiento y la acción política del PPE se basan en valores fundamentales, interdependientes, igualmente importantes y universalmente aplicables, a saber, la libertad y la responsabilidad, la igualdad fundamental, la justicia, la verdad, la solidaridad y la subsidiariedad. Consideramos que estos valores son universales, y no sólo de Occidente, aunque históricamente hayan surgido en Occidente y hayan evolucionado mediante el diálogo con otras culturas, lo cual, en concreto, hace referencia a la igualdad entre hombres y mujeres, la separación entre las autoridades estatales y las instituciones religiosas, la independencia de poderes, la democracia y el Estado de Derecho.

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Solidaridad

121. La justicia y la solidaridad están indisolublemente unidas. Como todo lo que acontece a una persona tiene repercusiones en otras, la solidaridad implica el conocimiento de la interdependencia y las interrelaciones entre los seres humanos. También supone la existencia de acciones concretas, intercambios y ayudas efectivas, así como derechos y obligaciones en relación con las personas individuales y las comunidades a las que pertenecen.

122. La solidaridad es una responsabilidad común, de modo que el fuerte debe ayudar al débil, que a su vez debe hacer todo lo posible por mejorar su situación conforme a su capacidad personal.

123. Al declarar la unidad de la humanidad en el espacio y el tiempo, consideramos que la solidaridad no solamente tiene una proyección exclusivamente horizontal entre los seres humanos de todas las generaciones y en todos los lugares, sino que también tiene una proyección vertical, esto es, que tiene en cuenta los intereses legítimos de las generaciones futuras e incluye el respeto al mundo creado.

124. La solidaridad comienza en el hogar, en la familia, siendo imprescindible para el logro del bien común de comunidades, naciones y la Unión Europea en su conjunto. El principio de subsidiariedad exige que la solidaridad esté siempre equilibrada con respecto a los conceptos de responsabilidad individual y autorrealización. En la era de la globalización que vivimos hoy en día, la solidaridad y el rechazo de la codicia constituyen la manifestación del reconocimiento de ese bien común mundial. La interdependencia y el destino político común de los Estados miembros de la UE requieren la existencia de una solidaridad europea. No obstante, la solidaridad institucionalizada entre los Estados miembros de la Unión debería

exigir a éstos la asunción de sus responsabilidades jurídicas al respecto.

Respeto a la integridad de la Tierra y al mundo creado

125. Nos oponemos a la explotación irresponsable e injusta de la Tierra, que no respeta el limitado potencial autorregenerativo de la naturaleza. Nuestra idea de lo que es el ser humano exige una administración responsable de la Tierra cuyo propósito sea satisfacer las necesidades justas y mejorar las condiciones y la calidad de vida de todo el mundo,asegurando al mismo tiempo el desarrollo sostenible, para proteger los intereses legítimos de las generaciones futuras. Esto exige evitar políticas y prácticas cuyas consecuencias futuras no podemos controlar, de conformidad con el principio de precaución. Apoyamos el fomento de las nuevas tecnologías, la investigación y la innovación ya que son componentes fundamentales del desarrollo sostenible. La Unión Europea debe desempeñar un papel destacado a dicho respecto.

126. Por consiguiente, debemos ejercer plenamente nuestra responsabilidad personal,

nacional y europea al afrontar el problema del cambio climático, para lo cual debemos

trabajar en todos los ámbitos a fin de mitigar el deterioro así provocado, y adaptarnos a sus

consecuencias.

127. La existencia de normas estrictas en materia social y medioambiental es condición sine

qua non para unas buenas condiciones de vida. Creemos en el juicio firme de los propios

ciudadanos. La legislación debe crear el marco jurídico adecuado para la adopción de

decisiones motivadas y bien fundadas.

Subsidiariedad y diversidad

128. Consideramos que la democracia es condición fundamental para las vidas de los seres

humanos como ciudadanos y la prosperidad de las sociedades. La democracia se basa

siempre en el Estado de Derecho, la independencia de los poderes y las elecciones libres. La

participación de los ciudadanos en la vida pública y en las decisiones que afectan a todos es

un elemento esencial de la democracia. Consideramos que la participación de los

ciudadanos en todos los ámbitos constituye un mecanismo indispensable para el logro de

una auténtica democracia.

129. El principio de subsidiariedad implica que el poder debe ejercerse en el nivel en que sea

más efectivo y próximo al ciudadano, siempre y cuando pueda ser eficazmente ejercido en

dicho nivel. Las políticas, las medidas y los marcos reglamentarios que sean más eficaces en

el ámbito europeo deben transferirse a la Unión Europea, mientras que las actividades que

puedan llevarse a cabo de manera satisfactoria en un nivel inferior no deben transferirse a un

nivel superior. Todos los niveles de gobernanza de la UE deben cooperar con transparencia

a la hora de ejecutar eficazmente dichas actividades.

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130. Los límites impuestos por el principio de subsidiariedad también contribuyen a lograr

una separación concreta de poderes, ya que impiden su concentración. Por ello, somos

partidarios de un claro sistema ascendente o de abajo arriba, que abarque desde los

ciudadanos y las familias debidamente capacitados, así como sus organizaciones, hasta la

Unión Europea, pasando por las comunidades locales, los municipios, las regiones y los

Estados miembros.

131. Si los gobiernos violan derechos humanos fundamentales, la comunidad internacional

de Estados es responsable de adoptar medidas preventivas en virtud de los tratados,

convenios, acuerdos y otros textos vigentes, e incluso mediante la fijación de la obligación

legal de intervenir utilizando gradualmente medios cada vez más rigurosos, aunque siempre

apropiados, con el propósito de poner fin a esas violaciones, a condición de que haya un

estricto control democrático e internacional.

132. La razón de ser de la soberanía de los Estados es facultarlos para garantizar el bien

común, el bienestar y desarrollo de sus ciudadanos; defender y reinstaurar el orden

internacional de forma que se respete la dignidad humana. Ahora bien, esto también significa

que los Estados, deben compartir su soberanía con organizaciones internacionales y

supranacionales; de este modo, deben aunar sus capacidades a través de asociaciones y

convenciones internacionales y mundiales.

Nuestra visión de la sociedad

133. Nuestros valores deben servir de guía al poder político, así como a todas las esferas

económicas, sociales y culturales.

134. El desarrollo económico basado en las contribuciones de todos los seres humanos no

es capaz de promover el bienestar ni la paz, salvo cuando sus frutos son compartidos para

mejorar las condiciones de vida de cada persona, así como su propio desarrollo personal.

Por este motivo somos partidarios de la economía social de mercado, que debe apoyar e

implantar políticas sostenibles de solidaridad y responsabilidad.

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135. Es necesario estar alerta con respecto a los peligros que el abuso de poder económico

puede engendrar en lo que se refiere a la limitación de la libertad, la desigualdad o la

injusticia. Por lo tanto, es importante salvaguardar la competencia entre las fuerzas del

mercado así como promover la solidaridad y la justicia social.

136. La subsidiariedad se manifiesta no sólo verticalmente en el sistema político, sino

también horizontalmente en la sociedad, desde la premisa de que la sociedad puede

construirse en libertad. Por consiguiente, las autoridades públicas deben respetar los

derechos humanos y las libertades fundamentales, reconocer y apoyar la autonomía relativa

de los grupos sociales y no usurpar el lugar que ocupa la iniciativa privada, salvo en el caso

de que ésta sea escasa o inexistente. En ese mismo espíritu, el PPE anima al desarrollo de

una sociedad civil dinámica por medio de las actividades de organizaciones no

gubernamentales y la constitución de asociaciones. Asimismo, creemos que la UE debe

fomentar las relaciones directas con asociaciones de productores, consumidores, sindicatos,

cámaras de comercio y otros interlocutores socioeconómicos y sociales.

La economía social de mercado

137. El concepto de economía social de mercado se creó en los momentos más difíciles

vividos por Europa, durante los años 30 y 40 del siglo pasado, como antídoto frente a la

crisis, el totalitarismo y la guerra. Posteriormente, se consolidó a través de ideas y políticas

concebidas en el siglo XIX y las primeras décadas del XX por organizaciones sociales y

religioso. Pero, sobre todo, la economía social de mercado es un concepto enormemente

político ideado para proteger la libertad humana mediante la salvaguardia y el desarrollo del

mercado. Así, ha logrado su expresión más evidente en las políticas adoptadas por los

cristianodemócratas en Europa durante las primeras décadas tras la II Guerra Mundial y es

uno de los principios básicos de nuestra familia política. También constituye un orden

económico y social, ratificado en los Tratados, que concilia la libertad personal, el derecho a

la propiedad privada y la libre competencia de mercado con los derechos sociales, el interés

público y el desarrollo sostenible. Nuestra familia política debe volver a poner énfasis en la

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ética del trabajo y la iniciativa empresarial, que permita que todas las personas sean capaces

de ganar su propio sustento. El PPE se muestra a favor de un diálogo social firme y reconoce

la importante función desempeñada por los interlocutores sociales.

138. Los miembros más débiles de nuestra sociedad merecen ser el objeto de solidaridad,

siempre que no puedan salir adelante por sí mismos. Sin embargo, esta idea no debe

contradecir el principio básico de responsabilidad personal en el contexto de un mercado

competitivo. Tras la experiencia adquirida por la grave crisis económica y financiera mundial,

ahora nuestra principal prioridad debe ser la promoción y el reforzamiento de los principios

de economía social de mercado, tanto en Europa como en el resto del mundo, en una

economía cada vez más global e interrelacionada. Los mercados deben funcionar del modo

más libre posible y es preciso acabar con las prácticas desleales y las medidas

proteccionistas que atentan contra la libre competencia y el libre comercio.

139. Una economía social de mercado, en Europa y el resto del mundo, debe basarse en el

principio de sostenibilidad medioambiental, lo cual exige prestar una atención cada vez

mayor a las fuentes de energía renovable, la eliminación paulatina de la producción de

energía insostenible, la eficiencia energética, la protección de la biodiversidad y la

conservación y regeneración de los recursos naturales (agua, aire y tierra). También significa

que el crecimiento económico debe promover aquellos factores que mejoran la calidad de

vida de los ciudadanos.

Religión y política

140. Nosotros, los partidos miembros del PPE, reafirmamos la unión existente entre los

valores cristianos basados en el Evangelio y la herencia cultural cristiana y los ideales

democráticos de libertad, igualdad fundamental entre todos los seres humanos, justicia social

y solidaridad. Al mismo tiempo, hacemos hincapié en la separación entre la Iglesia y el

Estado y en la necesidad de distinguir entre el papel de la Iglesia y del Estado en la

sociedad, así como entre la religión y la política. El Evangelio no constituye una plataforma

política; ahora bien, la mencionada distinción no debe justificar nunca la exclusión de las

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iglesias del ámbito público ni minusvalorar la necesidad de diálogo e interacción constantes

entre las esferas política y religiosa, ya que creemos que este diálogo debe ser reforzado. El

PPE está satisfecho con lo dispuesto en el artículo 17 del Tratado de Funcionamiento de la

Unión Europea y lo considera una herramienta fundamental, por ejemplo, a la hora de

afrontar el problema de la persecución de cristianos o de otros grupos religiosos en el

mundo. La libertad de religión, dentro del cual se encuentra el derecho a la conversión o a

carecer de religión, es equiparable a cualquier otro derecho humano básico.

141. Al reconocer las raíces grecorromanas y judeocristianas de nuestra civilización y la

Ilustración como fuentes de inspiración, declaramos que, en lo esencial, somos un partido de

valores sin obligaciones confesionales. Esto es aplicable tanto a los que creen en Dios como

fuente de verdad, justicia, bondad y belleza, y que creen que la humanidad está llamada a

contribuir a la labor de Dios de creación y libertad, como a los que no comparten esta fe pero

respetan los mismos valores universales aunque provengan de otras fuentes.

142. Si el PPE rechazase, olvidase, desatendiese o atenuase sus valores, no sería más que

un instrumento de poder, sin alma ni futuro, y a la vez perdería la naturaleza universal y

original de su mensaje, que se basa en la apreciación general de la complejidad irreducible

de todo ser humano y de la vida en sociedad.

Parte II - Los nuevos retos de nuestras sociedades

201. El proyecto europeo, del cual los partidos miembros del PPE fueron sus precursores y

su fuerza motriz, no ha sido finalizado todavía. Tras la guerra, Europa fue reconstruida, de

modo que aquella se ha convertido en una lejana amenaza; además, se han detenido los

avances del totalitarismo, y el continente casi se ha unido y convertido en un lugar pacífico y

más próspero que nunca. Sin embargo, no existen motivos para la autocomplacencia.

202. El siglo XXI no sólo ofrece oportunidades nuevas y asombrosas, sino que también

plantea retos y amenazas. La globalización exige dar una respuesta que abarque múltiples

facetas, pero a la vez la respuesta europea debe ser coherente y contundente. Los enormes

cambios de poder que se han dado en el ámbito económico y geopolítico exigen un nuevo

esfuerzo común hacia la innovación y la competencia, basado en valores y en una visión y

estrategias a largo plazo. La evolución demográfica, el cambio climático, las amenazas a la

seguridad alimentaria, la reducción de la biodiversidad y las nuevas escaseces hacen que

sean inevitables cambios de gran alcance.

203. Creemos que los cambios mundiales acaecidos durante las últimas décadas han

reafirmado los principios básicos del modelo social europeo, así como la necesidad de seguir

desarrollándolo para mantener la competitividad.

Retos globales

204. Tras haber acabado con el totalitarismo y haber creado las condiciones necesarias para

la reconciliación y la prevención de la guerra en Europa, debemos ahora afrontar un enorme

cambio en las relaciones de poder en todo el mundo, así como la emergencia de un nuevo

panorama mundial. Esto va estrechamente ligado a cambios demográficos y económicos de

gran relevancia. Además, las limitaciones culturales y financieras reducen la capacidad de

asumir mayores responsabilidades por parte de Europa. El fin de la guerra fría y la eficaz

lucha contra la pobreza y el subdesarrollo en muchos países brindan nuevas posibilidades a

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una cooperación internacional pacífica y al fortalecimiento de la gobernanza mundial. Sin

embargo, también existen nuevas y crecientes amenazas provenientes de las inseguridades

regionales, los Estados en descomposición, la búsqueda de recursos naturales, las disputas

territoriales sin resolver, el terrorismo y las nuevas y antiguas armas de destrucción masiva

en manos de grupos estatales y no estatales. En este nuevo panorama político, Europa debe

ser consciente que puede perder fácilmente su hasta ahora importante influencia en los

asuntos mundiales, a causa del cambio de perspectiva de su aliado más importante, Estados

Unidos, hacia otras zonas del mundo. Estas oportunidades y amenazas en el campo de las

políticas internacionales y exteriores exigirán una respuesta con visión de futuro,

comprometida, firme y creativa de la Unión, de manera que a la vez proporcionen una nueva

justificación para continuar e intensificar la integración europea.

205. La globalización y la sociedad de la información incrementan las dependencias y los

riesgos de contagio entre los países y las regiones económicas y, por lo tanto, pueden

provocar cambios económicos negativos en plazos más breves que en el pasado. La

globalización y la creciente interdependencia también han generado inminentes amenazas y

grandes oportunidades a la economía europea. El aumento del poder adquisitivo en muchas

zonas del mundo y el creciente comercio mundial han brindado nuevas oportunidades a la

exportación europea de bienes y servicios, y al mismo tiempo la división mundial del trabajo ha

reducido el coste de muchos productos básicos para los consumidores europeos. Se han

creado millones de nuevos puestos de trabajo. Por otro lado, esa misma nueva división del

trabajo ha provocado grandes pérdidas de empleos en nuestro continente. Asimismo, la

competitividad mundial de Europa se ve amenazada de manera nunca vista hasta ahora, en

especial en lo que atañe a nuestra estructura demográfica, educación, ritmo de investigación y

desarrollo y falta de movilidad geográfica. Y por si esto fuera poco, se ha hecho evidente muy

a nuestro pesar en nuestros actuales modelos de excesivo gasto público y privado basados en

el crédito y el endeudamiento son insostenibles, no sólo con respecto a las generaciones

futuras, sino también a corto plazo. La creación del euro sin duda ha impulsado las economías

de los Estados miembro, y por lo tanto este proceso es irreversible, o bien sólo podría

desaparecer con consecuencias gravísimas e incontrolables. La cuestión fundamental que se

plantea a ciudadanos y políticos es determinar si estamos preparados y tenemos la voluntad

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suficiente para afrontar todas las consecuencias económicas, financieras e institucionales

derivadas del hecho de poseer una moneda única. Por consiguiente, nosotros, los partidos

miembros del PPE, nos enfrentamos al triple reto siguiente: tener que realizar una amplia e

intensa reforma y modificación de nuestras economías para adaptarnos a las exigencias de la

competencia mundial, reequilibrar nuestros ingresos públicos y privados con respecto a

nuestros gastos sin por ello provocar una recesión económica ni incrementar el desempleo de

manera generalizada, y llevar a cabo reformas institucionales esenciales para la protección de

la moneda común.

Salvar el proyecto europeo a la vista de todos estos retos exigirá poseer visión de futuro y

altos conocimientos expertos.

206. La revolución industrial, el crecimiento de la población, las capacidades tecnológicas y,

sobre todo, el enorme aumento de la producción y del consumo se enfrentan ahora a los

límites de lo que la Tierra puede reproducir y absorber y que, además, en numerosos casos

han superado su propia capacidad. Volver a encontrar un equilibrio con respecto a lo anterior

representa un problema de auténtica supervivencia de la humanidad y uno de los retos

fundamentales de esta generación y de las futuras. Además, nuestras economías ya empiezan

a sentir las limitaciones de las escaseces que se avecinan, en especial en el campo de la

energía. Por ello, es inevitable que haya grandes cambios en nuestras pautas de producción y

consumo, que el calentamiento del planeta hará que sean aún más urgentes.

Por otro lado, las tecnologías actuales y el desarrollo de otras nuevas no sólo pueden generar

alternativas a las tendencias insostenibles de nuestras economías y modos de vida, sino

también ofrecer nuevas y prometedoras perspectivas de cambio, innovación, empleo y

crecimiento. La adopción de un enfoque ecologista en nuestras economías ofrece nuevas

oportunidades (nacional, regional y mundialmente) para nuevas iniciativas empresariales y

para encontrar soluciones audaces a los problemas de escasez. También puede ser una

nueva fuente de ingresos, tanto para las sociedades modernas como para las que hasta ahora

eran menos desarrolladas. Al mismo tiempo, este tercer reto fundamental constituye un

indispensable nuevo motivo para la cooperación europea, ya que los retos medioambientales

exigen soluciones que traspasan las fronteras nacionales. La mayoría de estos retos requiere

un planteamiento mundial en el cual la defensa de las visiones de futuro y los intereses de

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Europa sólo podrá ser efectiva si se adoptan políticas y prácticas firmes, unificadas y con

amplitud de miras.

Sociedad y cultura

207. Europa siempre ha sido un referente en cuanto a la cultura, la racionalidad, el progreso,

el conocimiento y el humanismo. Nosotros, los partidos miembros del PPE, creemos que

existe una inconfundible cultura común europea en el contexto de la globalización. Por

consiguiente, somos partidarios de reforzar una estructura de sociedad en la que haya lugar

para las familias, las comunidades locales, las asociaciones de ciudadanos, las regiones y

las naciones. Otorgamos un enorme valor a la responsabilidad personal de los ciudadanos, a

la búsqueda del equilibrio entre las iniciativas comerciales y las sin ánimo de lucro, dentro de

las cuales se incluyen las actividades culturales, y entre el compromiso retribuido y el

voluntario, de modo que consideramos que las políticas públicas deben apoyar este

planteamiento.

208. El fomento de un marcado sentimiento de identidad europea, como condición previa

indispensable para el logro de una Unión dinámica, debe estar basado en la diversidad

social, cultural y espiritual de nuestro continente. Esta diversidad también incluye la

contribución de religiones distintas al Judaismo, el Cristianismo y el Islamismo.

209. Al mismo tiempo necesitamos contar con la protección y promoción de las lenguas

oficiales locales y regionales y el derecho a la educación en la lengua materna en un número

adecuado de centros de enseñanza, así como a la educación multilingüe, ya que permite a

los ciudadanos de Europa comunicarse fácilmente entre sí.

210. Consideramos que es sumamente necesaria la protección y el fomento de valores que

no estén sujetos a intereses puramente comerciales, así como el desarrollo de expresiones

culturales contemporáneas en el ámbito de los medios de comunicación, incluidos los nuevos

medios, la arquitectura y la planificación espacial, las artes, la literatura y la protección de

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nuestro patrimonio cultural y su enriquecimiento a través de la promoción de intercambios

culturales y la movilidad.

Familia y demografía

211. Según se dispone en el artículo 16 de la Declaración Universal de Derechos Humanos,

«La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la

protección de la sociedad y del Estado». La familia es una institución básica insustituible en

la que el amor y la caridad, la compasión y la solidaridad humana son valorados e

inculcados, de modo que sirven de lazo de unión entre las generaciones. Es la institución en

la que los padres y los hijos asumen responsabilidades y practican la solidaridad entre sí. La

existencia de familias sólidas en también una condición sine qua non para el logro de un

mejor desarrollo demográfico.

212. Somos conscientes de la necesidad de lograr nuevos equilibrios en nuestras sociedades

entre el trabajo asalariado y profesional, por un lado, y el cuidado familiar, por otro, con el

objeto de intensificar la solidaridad entre generaciones. Al mismo tiempo, los retos

demográficos a los que nos enfrentamos requieren una participación cada vez mayor en el

proceso laboral y más tiempo para el cuidado y la educación de los hijos, también en forma

de prestación de servicios de guardería infantil y otros servicios sociales, así como de una

reconfiguración de la organización del trabajo que tenga en cuenta la conciliación entre la

vida laboral y familiar. Hacemos hincapié en la necesidad de reconocer la labor de los padres

como educadores en el marco de las políticas sociales. Creemos que las políticas fiscales

deben apoyar a las familias y fomentar la solidaridad entre generaciones.

213. El PPE se niega a considerar que el aborto sea un método de planificación familiar.

Somos partidarios del establecimiento de programas e iniciativas de apoyo con el fin de

ayudar a los padres y las familias para dar la bienvenida a la llegada de un nuevo hijo, en

particular cuando surgen dificultades o embarazos imprevistos. No debe ejercerse ningún

tipo de presión social sobre los padres que deciden aceptar a un hijo con discapacidad.

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214. El hecho de que esté aumentando la esperanza de vida de los europeos, debido al

progreso tecnológico y médico y a unos hábitos de vida más saludables, constituye sin duda

un importante logro. Ahora bien, este hecho tiene unas consecuencias en los sistemas de

pensiones y de asistencia sanitaria que deben ser tenidas en cuenta. La evolución de la

proporción entre población activa y personas jubiladas va a hacer que la situación sea cada

vez más difícil. El aumento de la productividad sólo puede compensar parcialmente dicha

evolución y, por lo tanto, es preciso aumentar el tiempo de trabajo medio total durante la vida

de una persona. Cada vez es más necesario fomentar modos de vida más saludables y

sistemas de atención sanitaria preventiva. Hacer que las personas estén sanas y activas

durante más tiempo tendrá un efecto positivo en la productividad y la competitividad. Al

mismo tiempo, Europa debe invertir más en educación y formación, en las que se incluyen

los idiomas, la movilidad laboral y el fomento del espíritu empresarial entre los jóvenes.

Educación y juventud

215. La educación y el conocimiento son fundamentales para Europa, por lo que deben

seguir siendo objeto de atención. Durante los últimos años Europa ha hecho frente al reto de

convertirse en una economía y una sociedad basadas en el conocimiento. Por otro lado, los

objetivos de competitividad y de potencial científico sufren los problemas derivados de la fuga

de cerebros y las crisis financieras. Por otro lado, la educación constituye la piedra angular

para que las personas se conviertan en profesionales de éxito.

216. Creemos que la educación y la formación forman parte de la vida cotidiana de las

personas y se han convertido en un recurso, por lo que los europeos dependemos de ellas

ahora más que nunca. En un mundo de cambios tan rápidos, los jóvenes tienen la

responsabilidad específica de conformar el futuro de Europa. Un reto aún mayor es

ofrecerles una buena entrada en el mundo laboral mediante la educación.

Inmigración e integración

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217. La movilidad en la Unión Europea y la inmigración proveniente de otras regiones y países

son hechos reales, que durante muchos siglos han enriquecido a Europa. La economía

europea desea atraer a personas altamente cualificadas de otros lugares del mundo, pero la

inmigración no debe ser la única respuesta a los retos demográficos. Al mismo tiempo, debe

impedirse la fuga de cerebros. La competencia en cuanto a las decisiones relativas al acceso

a los mercados laborales nacionales sigue correspondiendo a los Estados miembros. Por otra

parte, siempre será necesario ofrecer asilo a las personas que sufren persecución en otros

lugares. Los inmigrantes y los refugiados deben ser tratados de tal forma que se respeten los

derechos humanos.

218. Creemos que es imprescindible discutir también los problemas que han surgido a

consecuencia de la falta de integración y debido a la inmigración ilegal, en especial con el

surgimiento de «sociedades paralelas» de inmigrantes en las que los valores fundamentales

consagrados en nuestras Constituciones son ignorados, tal como ocurre con las libertades

individuales y la igualdad entre hombres y mujeres ante la Ley. Los derechos humanos, la

libertad y la tolerancia deben respetarse en todas las comunidades culturales o religiosas de

Europa. En la Unión Europea no debe haber lugar para santuarios de ordenamientos

judiciales sectarios.

219. Los inmigrantes deben conocer o aprender los idiomas de los países receptores, así

como la historia y las características de su nuevo entorno, aceptar y actuar conforme a la

legislación y respetar su patrimonio cultural y valores subyacentes, además deben asumir las

obligaciones y los derechos cívicos de sus respectivas comunidades locales y nacionales.

Por otro lado, el PPE luchará contra todo tipo de discriminación contra los inmigrantes. Las

personas tienen derecho a practicar su religión y cultura, a condición de que la Ley sea

respetada. El surgimiento de guetos de grupos étnicos debe ser una cuestión a solventar. El

hecho de tener oportunidades laborales constituye un aspecto importante de la facilidad de

integración en la sociedad. También deben promoverse sistemas de cooperación y de

encuentro entre los inmigrantes y sus familias con sus conciudadanos de los países de

acogida.

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220. El establecimiento de una política de asilo común es un objetivo que todos los Estados

miembros de la UE han apoyado. No obstante, esa política común debe basarse en la

normativa vigente en materia de política de asilo de la Unión. Dicha política también debe ser

solidaria con los Estados miembros que sufren presiones específicas y desproporcionadas

en sus regímenes de asilo nacionales, debido en particular a su ubicación geográfica o su

situación demográfica. En los casos de guerra, de desastres naturales o causados por el

hombre, la UE y sus Estados miembros deben facilitar la recepción de las personas que

necesitan protección internacional. También debemos promover el regreso a sus países una

vez que las condiciones lo permitan.

Cohesión económica, social y territorial

221. Una de las características que mejor definen a la Unión Europea es la cohesión, tanto

social, como territorial o económica. Con ella se trata de llevar a la práctica el principio de

solidaridad y del convencimiento de que la paz social no es posible cuando las diferencias

son demasiado grandes o perdurables. Fomentar la cohesión implica reducir las divergencias

entre países, aumentando la cooperación territorial y transfronteriza, y entre las regiones de

los propios países, pero también exige solventar las diferencias en nuestras sociedades, ya

sean por motivos de clase, etnia, origen nacional o edad. La cohesión está viéndose

enormemente dañada hoy en día, ya que aumentan las desigualdades y la pobreza, lo quel a

menudo va unido a un incremento del desempleo, sobre todo entre los jóvenes.

222. En la actualidad el reto de detener la aparición de una nueva clase social marginada es,

en gran parte, de carácter nacional. La cohesión social en nuestras sociedades se ve

especialmente amenazada cuando el desempleo, la falta de educación y las poblaciones

inmigrantes se concentran en un lugar concreto, lo cual casi siempre provoca el

empobrecimiento de su entorno vital, la radicalización, el consumo de drogas, la violencia y la

criminalidad. Además, algunos fenómenos, como el de la pobreza incluso entre las personas

que tienen un empleo y entre las de más edad, exigen una mayor atención por parte de las

autoridades públicas y los interlocutores sociales. Pese a que este cometido recae

principalmente en los gobiernos nacionales y las autoridades locales pertinentes, con el

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apoyo de las iniciativas de la sociedad civil y los grupos de apoyo mutuo, la UE puede ayudar

a solucionar tales problemas creando las condiciones necesarias para que haya empleo y

crecimiento económico y utilizando sus atribuciones de coordinación en el campo de la lucha

contra la delincuencia y el tráfico de drogas.

223. La tercera dimensión de la cohesión, aparte de la económica y la social, es la territorial,

que apuntala la mejora de la competitividad entre los países y las regiones.

224. El PPE también tiene el propósito de prestar más atención al problema del abandono

escolar y falta de educación de las generaciones más jóvenes. En este ámbito, la UE

desempeña un importante papel subsidiario con respecto al Estado miembro afectado, por lo

que, por ejemplo, debe otorgar ayudas a los programas de educación, movilidad y

aprendizaje permanente.

225. El PPE reafirma su compromiso de promover el derecho humano a la educación y la

libertad de los padres a la hora de elegir la educación para sus hijos.

Intensificación del debate ético

226. La tecnología tiene un papel cada vez más importante, en especial al inicio y al término

de la vida humana. Las consecuencias morales de nuestras decisiones añaden nuevas

dimensiones a nuestras preferencias políticas, sociales e individuales. Al mismo tiempo, las

nuevas capacidades para evaluar las implicaciones de nuestras conductas y decisiones en

las próximas generaciones, exigen llevar a cabo una consideración sin precedentes de las

consecuencias actuales frente a las futuras.

227. El PPE confirma su postura con respecto a la persona humana, la vida humana y el

mundo creado, tal como se declaraba en nuestro Programa Básico de Atenas de 1992 y en

nuestra Declaración de Berlín de 2001 denominada «Una Unión de Valores». Ahora bien, en

esos documentos no se mencionaban todas las áreas de desarrollo tecnológico ni los retos

éticos que planteaban. Éste es el motivo por el cual, basándonos en los principios

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subrayados en tales documentos, las nuevas tecnologías deben seguir siendo

constantemente evaluadas. Debemos seguir promoviendo un debate ético sistemático que

acompañe a las innovaciones técnicas en dichos campos. La UE no debe otorgar fondos a

aquellas tecnologías que sean claramente contrarias a los valores mencionados en los

antedichos documentos, y en otras áreas especialmente delicadas la financiación de la UE

debe ir acompañada de investigación de los aspectos éticos relacionados con ellas.

228. La vida humana debe protegerse desde su inicio hasta su fin natural. La intervención

genética en el inicio de la vida humana debe limitarse a aquéllas destinadas a curar

enfermedades. La creación artificial y la selección de embriones humanos con objeto de

investigar o comercialización deben ser prohibidas en toda la Unión. Asimismo, debe

prohibirse la publicidad sobre el aborto o la eutanasia.

Papel de los partidos políticos

229. Los partidos políticos constituyen una institución imprescindible de la democracia

representativa. Desempeñan una función crucial en cuanto que representan los intereses

generales, particulares y difusos de los ciudadanos, hacen que las instituciones de gobierno

rindan cuenta de sus acciones, integran a los ciudadanos en el proceso político y promueven

ideales democráticos. Por lo tanto, los partidos políticos deben fomentar la igualdad entre

hombres y mujeres, así como la diversidad, en todas sus listas electorales y órganos

internos. Los partidos políticos nacionales y europeos deben organizarse y funcionar de

conformidad con las normas de la democracia interna. Además, deben mantenerse alerta

respecto a las ideologías y agrupaciones que pretenden destruir el legado de cooperación

política pacífica y de democracia conseguido en Europa.

230. Los partidos políticos desempeñan un papel clave a la hora de acercar los ciudadanos a

los gobiernos. La democracia representativa es precisamente el puente que une a los

ciudadanos con los gobiernos. Lo mismo ocurre en el ámbito europeo, ya que son

indispensables para acercar la Unión a sus ciudadanos y asociar el proceso europeo de toma

de decisiones a la participación ciudadana. A partir de una variada fuente de aportaciones

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voluntarias y de la financiación de la UE, los partidos europeos deben contar con los medios

necesarios para realizar sus propios estudios a través de grupos de expertos independientes,

a fin de llevar a cabo campañas electorales europeas y poder acceder a los medios de

comunicación.

231. Debido a la creciente importancia del proceso decisorio en Europa, la integridad, la

transparencia y la independencia de los políticos y parlamentarios europeos deben ser

promovidas y controladas. En todos los casos, las aportaciones financieras deben ser

transparentes.

232. El propio PPE va a poner en marcha un proceso permanente de fortalecimiento y

creación de confianza en los ciudadanos por medio del diálogo, la presencia, la transparencia

y la responsabilidad. El PPE aspira a lograr una mayor integración con sus partidos afiliados

en función de la subsidiariedad, al tiempo que intenta aprovechar todo el potencial del

sistema institucional de toma de decisiones que le brinda la UE. Asimismo, para

aprovecharse de los cambios que se están produciendo en zonas próximas a la Unión, el

PPE debe continuar apoyando a las fuerzas políticas de los países vecinos que comparten

sus valores fundamentales.

233. El PPE promueve y apoya la acción de sus grupos parlamentarios en todas las

organizaciones europeas, a saber, la Unión Europea, el Consejo de Europa, la OSCE y la

OTAN.

Protección de las minorías nacionales

234. Las minorías nacionales autóctonas y las minorías tradicionales a las que aquí nos

referimos constituyen grupos que han residido en la misma zona durante muchas

generaciones a pesar de que las fronteras nacionales hayan cambiado. Sus derechos e

intentos de proteger tradiciones culturales propias y hablar en sus propios idiomas deben ser

respetados y promovidos por los Estados nación, al igual que las minorías deben respetar el

orden constitucional de sus países. La Unión Europea, que posee claros compromisos de

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solucionar los problemas de modo cooperativo, tanto por las minorías como por los gobiernos

nacionales, debe ayudar a resolver esta complicada cuestión, que muchas veces ha sido el

origen de conflictos en la historia de Europa.

235. Creemos que la Unión Europea puede elaborar gradualmente un conjunto de principios

comunitarios jurídicamente vinculantes y de normas para la protección de las personas y

comunidades pertenecientes a minorías, a la vez que promover acciones positivas y

herramientas políticas con objeto de poner en práctica la protección a las personas y los

grupos minoritarios. El principio de intercambio de mejores prácticas subyace en una

estrategia concreta y eficaz de la UE a favor de las minorías nacionales autóctonas y las

minorías tradicionales.

Importancia de las regiones

236. El PPE apoya las contribuciones del Comité de las Regiones como asamblea política y

órgano institucional de la Unión Europea que defiende los intereses de las regiones y de los

municipios. El Tratado de Lisboa ha reforzado el cometido de las regiones y las autoridades

locales de la Unión Europea y ha intensificado el papel institucional del Comité de las

Regiones en todo el proceso legislativo. El PPE favorece y promueve que las regiones sean

uno de los componentes fundamentales de la Unión Europea para responder a la imperiosa

necesidad de reducir el déficit democrático de la UE. Las regiones desempeñan importantes

funciones económicas, culturales y sociales, que a veces trascienden las fronteras de los

Estados miembros respectivos. Consideramos que la promoción de las regiones y

autoridades locales y su cooperación en muchos ámbitos representan un valor añadido en el

proceso de integración europea.

Libertad en la era de internet

237. Los recientes avances de las tecnologías de la información y la comunicación, en

especial en lo que atañe a las redes sociales en internet, han empezado a cambiar nuestras

vidas y sociedades de manera nunca vista hasta ahora. A ello ha contribuido el surgimiento

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de una sociedad civil global y ha incrementado nuestras capacidades de crecimiento

económico a través de la innovación y del establecimiento de un Mercado Único Digital,

libertad de expresión y acceso sin límites a la información. Al mismo tiempo, han surgido

nuevas amenazas con respecto a la propiedad intelectual, la privacidad individual y la

integridad personal. El PPE es partidario de buscar un equilibrio razonable entre la libertad

individual y la máxima creatividad y reglamentación, con objeto de luchar contra la

delincuencia en la red y la perniciosa utilización de las tecnologías digitales, incluidas las

violaciones de los derechos de propiedad intelectual, al tiempo que promueve firmemente la

creación de nuevos modelos de negocio en el entorno digital. Los derechos humanos

también deben ser respetados en internet, lo cual incluye el derecho personal a la protección

de datos. La protección de datos personales en internet sólo puede ser transgredida en los

casos que conlleven actividades delictivas.

238. Los progresos tecnológicos están teniendo una enorme repercusión en el proceso

político. Al combinarse con los avances sociales, han contribuido a acelerar los

acontecimientos políticos de una manera sin precedentes, reducir las fidelidades partidistas a

largo plazo de los votantes y, por lo tanto, provocar una mayor volatilidad e imprevisibilidad,

así como un debilitamiento de los grandes partidos populares. El PPE y sus partidos afiliados

deben tomar esto en consideración y mejorar constantemente sus capacidades para utilizar

las tecnologías, al tiempo que mantienen la comunicación personal con los votantes y

acercan la política a los ciudadanos. La comunicación debe ser de doble sentido, y en

especial debe mejorar la posibilidad de los ciudadanos para comunicarse con las altas

jerarquías de los partidos. Pero no hay nada que pueda sustituir a la democracia electoral

multipartidista basada en el Estado de Derecho. El PPE va a animar a sus miembros a

aprovechar al máximo el potencial de internet como herramienta para abrir el proceso político

y acercarse a los ciudadanos que anteriormente no se implicaban, para lo que las redes

sociales tienen un importante papel que desempeñar

Vease tambien: European Platform on Combating Homelessness / Plataforma europea de lucha contra la falta de vivienda / Platforma europeană de combatere a existentei persoanelor fără adăpost