Dilemas morales y DD.HH.

Introducción

Hablando en general, un dilema moral es una situación en la que se nos plantea la elección entre dos alternativas y ninguna de ellas nos resulta satisfactoria desde un punto de vista moral. Encontramos razones a favor pero también en contra de cada una de ellas. Ambas alternativas tienen a su favor algunas de nuestras ideas morales sobre lo que es bueno y correcto, pero también encontramos objeciones morales en ambas opciones. Dado que las consecuencias de nuestra elección pueden afectar gravemente a otras personas, no deseamos asumir esa responsabilidad y preferiríamos no tener que tomar una decisión. Caso de tener que elegir, nos quedan dudas sobre si hemos elegido lo correcto o lo mejor para todos los afectados.

Hay dilemas de varios tipos:

    1. Dilema entre dos alternativas, ambas buenas, tienen buenas consecuencias, pero sólo podemos elegir una de ellas, ¿cuál elegir? ¿cuál es la mejor? Por ejemplo, una persona amiga y otra desconocida nos piden ambas ayuda, pero por motivos de tiempo, de dinero o por cualquier otra razón sólo podemos ayudar a una de las dos. ¿A cuál ayudar? ¿Debemos favorecer a nuestro/a amigo/a? ¿Debemos ser imparciales y ayudar al que más lo necesite? Y en caso de no poder comparar las necesidades de la persona amiga y la desconocida. ¿Sería correcto echarlo a suertes?

    2. Dilema entre hacer algo malo, pero que puede tener buenas consecuencias, o bien hacer algo bueno pero que puede tener malas consecuencias. ¿compensa el mal inicial al bien posterior? ¿compensa el bien inicial el mal posterior? Por ejemplo, necesitamos un coche para trasladar rápidamente a una persona herida al hospital, pero el único coche disponible es el de una vecina que no está en casa. ¿Está permitido llevarnos su coche sin su permiso en este caso? Si no tenemos aún carnet de conducir pero podemos conducir, ¿podemos acoger un coche y llevar en él a la persona herida? ¿O es mejor esperar a que llegue ayuda, aunque pueda llegar tarde?

    3. Dilema entre dos males, ¿cuál es el mal menor? Por ejemplo, el uso de un arma de destrucción masiva para asegurar el final de una guerra. ¿Está permitido usarla en este caso? El presidente de EE.UU. Harry Truman se enfrentó al dilema de usar la bomba atómica y acabar la segunda guerra mundial, o no usarla y prolongar la guerra hasta derrotar al enemigo por medios convencionales.

La Declaración Universal de Derechos Humanos enumera una serie de libertades y garantías para todos los seres humanos, sin establecer una jerarquía entre ellas. Todas las sociedades comprometidas con el respeto y promoción de los Derechos Humanos se enfrentan en algún momento a dilemas al tratar de armonizar el cumplimiento de dos o más derechos que, al menos aparentemente, entran en conflicto mutuo. En estos casos, los gobiernos deben hallar el modo de armonizar o equilibrar los derechos en conflicto.

Libertad personal frente a seguridad

En este documento se plantea el dilema entre algunas de las libertades fundamentales y derechos civiles y políticos de los ciudadanos y por otro lado el derecho a la vida y a la seguridad de esos mismos ciudadanos. Los gobiernos deben cumplir las correspondientes obligaciones complementarias: de una parte respetar el ejercicio libre de los derechos y no interferir con la libertad individual, y de otra garantizar positivamente la vida y la integridad de los ciudadanos, defendiéndolos frente a cualquier ataque.

Libertad económica frente a derechos laborales

The Heritage Foundation, uno de los más influyentes think tanks de EE.UU. y prominente defensor del libre comercio y la libertad empresarial a nivel global, define la libertad económica como:

La libertad económica es el derecho fundamental de todo ser humano a controlar su propio trabajo y propiedad. En una sociedad económicamente libre, los individuos son libres de trabajar, producir, consumir e invertir como les plazca. En sociedades económicamente libres, los gobiernos permiten que la mano de obra, el capital y los bienes se muevan libremente y se abstienen de la coerción o restricción de la libertad más allá de lo necesario para proteger y mantener la libertad misma.

Sin embargo, la libertad económica debe ser aplicada con el contrapeso de los derechos laborales y sociales también reconocidos en la DUDH. En la actualidad, empleos como los de repartidor, conductor o camarero sufren una pérdida de derechos laborales y sociales en favor de una mayor libertad económica, una mayor agilidad laboral y una promesa de mayor empleo.

Libertad económica frente a igualdad salarial: salarios mínimos y máximos

En una sociedad en la reinase una completa libertad económica, en la que además cada persona pudiese decidir con total libertad qué contratos firmar y cuáles rechazar, cabe argumentar que no serían necesarios ni salarios mínimos ni salarios máximos. Las leyes de la oferta y la demanda entre el empresariado y la clase trabajadora fijarían por sí solas los salarios justos.

Sin embargo, la mayoría de sociedades tiene establecidos salarios mínimos para cualquier trabajo. En algunos casos y países, se ha planteado también la necesidad de establecer salarios máximos.

Derecho a la propiedad frente a desigualdad heredada

Si todos tenemos derecho a la propiedad de aquello que hemos ganado legalmente, también tenemos derecho a dejar nuestras propiedades a quien queramos. Habitualmente, queremos que nuestros descendientes hereden nuestras propiedades. Cuando la herencia es cuantiosa, coloca a los herederos de personas ricas en clara ventaja frente a quienes heredan poco o nada.

    • ¿Es inmoral heredar una gran fortuna? ¿Debería establecerse un límite superior?

    • ¿O cada persona debe ser libre de dejar todos sus bienes a quien quiera? Aún cuando eso produzca desigualdades de partida en la siguiente generación.