Emociones
Emociones básicas
Junto con nuestra inteligencia y nuestra personalidad, nuestras emociones son un ingrediente importante a la hora de tomar decisiones. Pueden influir en nuestras decisiones y, en ocasiones particulares, llegar a ser tan intensas que se vuelven capaces de dominarnos. Por eso, es importante conocerlas y controlarlas. En esta sección veremos dos emociones muy poderosas: el miedo y la ira. Hay seis emociones básicas:
Miedo
Ira (Furia)
Tristeza
Alegría
Asco
(Repugnancia)
Sorpresa
Ejercicio 5.1
Mira estos seis emoticonos. ¿Qué emoción expresa cada uno de ellos?
Escribe el nombre de cada emoción en el lugar correspondiente de la siguiente tabla:
Elementos de la emoción
¿Qué es una emoción?
Es una reacción que se produce ante un estímulo (lo que nos ocurre, lo que hace otra persona, si nos gusta o no un objeto, etc, por ejemplo: un beso de mi padre, un león, un tropezón) que cuenta con dos elementos:
Una alteración en el cuerpo (de la respiración, de la actividad del corazón, de la tensión muscular, etc.). Ej. Nuestra respiración se relaja con el beso, se acelera frente al león.
Una valoración de la situación (¿es positiva o negativa? ¿placentera o desagradable?). Ej.: pensamos que si nos besan nos quieren, que un león nos puede hacer daño, etc.
Ejercicio 5.2
Elige una emoción básica frecuente en ti o que te llame la atención y analiza sus elementos:
Miedo
El miedo es una emoción básica. Es innato y juega un papel importante en nuestra supervivencia, se encarga de indicarnos el límite entre lo seguro y lo peligroso.
El miedo provoca en nosotros una de dos reacciones: huir o luchar.
Innato
Algo es innato cuando lo tenemos desde que nacemos.
Nuestro tipo de sangre (A, B, AB, O) es innato: lo tenemos desde que nacemos.
Nuestra capacidad de reír es innata: no tenemos que aprenderla, nacemos con ella.
Cuando estamos en peligro real, el miedo nos mueve a refugiarnos, a huir de una situación peligrosa. A este tipo de miedo lo podemos llamar miedo racional: es racional sentir miedo cuando un perro gruñe y muestra los dientes o cuando el médico nos dice que tenemos una enfermedad grave.
Pero hay otro tipo de miedo, el miedo irracional. El miedo irracional no es el resultado de una situación peligrosa, no hay ningún peligro real involucrado, sino solo un peligro imaginario. Hay muchos ejemplos de miedos irracionales, pero la mayoría de ellos caen en uno de los siguientes casos:
Cuando trasladamos un miedo racional a una nueva situación que no es peligrosa. Caer desde una gran altura es muy peligroso y lo tememos. Algunas personas temen a los ascensores porque piensan en caerse. Pero los ascensores son máquinas seguras.
Cuando creemos que las historias de fantasía, como las de las películas o los programas de televisión, pueden volverse reales. Algunas personas le tienen miedo a los lugares oscuros porque son lugares donde suceden cosas horribles en las películas de terror. Otras personas temen a las arañas, incluso a las pequeñas, porque exageran las historias de terror de arañas que atacan a las personas.
Cuando no estamos seguros de algo e imaginamos que sucederá lo peor. Tenemos miedo de ir al médico porque imaginamos que podemos estar gravemente enfermos. Tenemos miedo de decirles a nuestros padres que hemos suspendido un examen porque imaginamos que nos van a castigar.
Algunos de nuestros peores miedos irracionales son el resultado de una combinación de estos tres mecanismos. Por ejemplo, algunas personas temen a los animales salvajes incluso cuando están en un zoológico. Esto puede deberse a que los animales salvajes son realmente peligrosos (y trasladan su miedo racional a una nueva situación que no es tan peligrosa). Pero también porque es posible que hayan visto películas de terror que ocurren en zoológicos (historias de fantasía). Y finalmente porque los accidentes a veces ocurren en los zoológicos y se imaginan que les pasará lo peor.
Ejercicio 5.3
Escribe un ejemplo original de cada uno de los tres tipos de miedo irracional explicados anteriormente:
Controlar nuestros miedos irracionales
Los miedos irracionales pueden hacernos tomar decisiones equivocadas fácilmente. Pero podemos controlar nuestros miedos irracionales.
Estas son algunas de las cosas que podemos hacer para controlar nuestros miedos irracionales:
Admite que tienes miedo. Esto es lo primero que tenemos que hacer. En lugar de fabricar excusas, primero debemos admitir que tenemos miedo.
Sé racional. Nuestro miedo irracional es probablemente uno de los tres tipos anteriores, por lo que deberíamos pensar en el origen de nuestro miedo. ¿Nuestro miedo es el resultado de un miedo racional transferido a una nueva situación? ¿Es el resultado de una historia o una película? ¿O es porque no estamos seguros de algo?
Busca apoyo. La familia y las amistades pueden ayudarnos a ver las cosas con claridad. Su apoyo es clave para enfrentar nuestros miedos irracionales.
Habla contigo mismo/a. Además de con familiares y amistades, cuando no están disponibles, podemos superar nuestros miedos hablando con nosotros/as mismos/as, animándonos.
Finalmente, estar en buena forma física nos da confianza, por lo que también ayuda a vencer nuestros miedos irracionales.
Ejercicio 5.4
Regresa a tus tres ejemplos de miedo irracional.
¿Cómo podrían ser derrotados?
Aplica una de las técnicas presentadas aquí a cada ejemplo.
Furia (ira)
La ira es otra emoción innata y muy poderosa.
A veces la ira es bienvenida, nos mueve a la acción cuando vemos algo injusto, como cuando ves que maltratan o golpean a alguien.
Pero fácilmente perdemos el control cuando sentimos ira o enfado, por eso es muy importante controlar nuestra ira.
Existen diferentes técnicas para controlar nuestra ira:
Respira profundamente y espera un momento (“cuenta hasta diez”) antes de hacer o decir algo.
Da un paso atrás, pon algo de distancia con la persona o la situación que te causa el enfado.
Expresa tu enojo, comunica tu disgusto a las personas involucradas en lugar de dejar que crezca y se transforme en una furia incontrolable.
No sigas expresando tu malestar cada vez con más fuerza. Trata de olvidar o apartar la situación que te produjo el enfado hasta que estés más tranquilo para analizar qué ocurrió.
Ejercicio 5.5
Reflexiona sobre una situación que te produzca furia o enfado.
Emociones y decisiones
Como hemos visto con los ejemplos del miedo y la ira, es muy importante recordar que:
Las emociones influyen en gran medida en nuestra toma de decisiones y, en general, influyen en la forma en que nos comportamos y tratamos a las personas que nos rodean.
Tenemos que aprender a identificar nuestras emociones como primer paso para controlarlas.
Tenemos que expresar nuestras emociones en lugar de reprimirlas. Pero con las emociones negativas como el miedo y la ira, también tenemos que ponerles límites y apartarlas del centro de nuestra atención después de expresarlas, de lo contrario podemos quedarnos estancados/as con el miedo o el enfadado por mucho tiempo.
Nuestro pensamiento y nuestros hábitos nos ayudan a controlar nuestras emociones.
Ejercicio 5.6
Aunque el miedo y la ira suelen ser emociones negativas porque provocan fácilmente la toma de decisiones equivocadas, en ocasiones también pueden impulsarnos a tomar buenas decisiones.
Por otro lado, aunque las emociones positivas suelen movernos a tomar buenas decisiones, en ocasiones también nos mueven a tomar decisiones equivocadas.
Completa la siguiente tabla con decisiones incorrectas y correctas provocadas por cada una de las siguientes emociones: