Al igual que Epicuro, Aristóteles también se interesa por la felicidad. Todos estamos de acuerdo en que la felicidad es aquello que perseguimos, aquello que más deseamos.
Pero ¿qué es la felicidad? Si preguntamos a distintas personas obtendremos distintas respuestas, Aristóteles estudia varias:
Las riquezas, el dinero, dan la felicidad. Aristóteles está de acuerdo en que sin cierto grado de riqueza no se puede alcanzar la felicidad. Aquel que no tenga nada y no pueda siquiera comer no puede ser feliz. Pero ¿cuánto dinero es necesario para ser feliz? Además, no son las riquezas las que nos hacen felices, sino lo que logramos con ellas. Es decir, el dinero por sí mismo no nos hace felices, lo que nos hace felices es lo que conseguimos con él. Y depende de qué compremos, seremos felices o infelices. Por tanto, concluye Aristóteles, la respuesta felicidad = riqueza es insuficiente, necesitamos seguir investigando para saber en qué emplear nuestras riquezas para ser felices.
El placer es la felicidad. Aristóteles está de acuerdo en que una vida feliz es una vida placentera pero, como Epicuro, el problema surge cuando tenemos que elegir qué placeres buscar y cuáles evitar. Además, el placer es el resultado, el producto de lo que hacemos, de modo que debemos investigar qué conviene hacer para ser feliz. La respuesta felicidad = placer es, como en el caso de la riqueza, una respuesta insuficiente; es necesario seguir investigando.
La fama, el afecto y la admiración son lo que nos hace felices. Esto es muchas veces cierto, pero Aristóteles señala que el afecto y la admiración de los seres queridos son algo que nos dan ellos, y por tanto no depende por completo de nosotros. Además, aunque sea cierto que los demás nos den su afecto y admiración en respuesta a nuestras acciones, queda aún por resolver qué debemos hacer para conseguirlos, pues hay distintos caminos para lograr el afecto y la admiración. No siempre la fama conduce a la felicidad, muchas veces puede conducir a todo lo contrario.
Tras este análisis de las respuestas más habituales a la pregunta ¿qué es la felicidad? Aristóteles extrae algunas conclusiones:
La felicidad está relacionada con cierto grado de riqueza, o dicho al revés: la completa pobreza nos hace infelices.
El placer también está relacionado con la felicidad, no es posible una vida feliz si estamos padeciendo constantemente.
El afecto y la admiración de otros tienen también relación con la felicidad: somos más felices si otros nos quieren o nos admiran que si nos odian o nos desprecian.
En estas conclusiones vemos importantes puntos en común con Epicuro:
La necesidad de satisfacer ciertos deseos naturales y necesarios para la vida. Y de ahí la necesidad de cierto bienestar material (riquezas) como primera condición para ser felices.
La importancia del placer dentro de una vida feliz. Aunque Aristóteles no haga del placer el centro de la felicidad, sí considera que una vida feliz conlleva, como un resultado, el placer y el disfrute.
La autosuficiencia es un ingrediente importante de la felicidad. Una vida feliz tiene que ser fundamentalmente el resultado de nuestras propias decisiones y no de lo que otros hagan.
Si no podemos identificar la felicidad con la riqueza, con el placer ni con la fama, la admiración o los o el afecto, ¿qué es para Aristóteles la felicidad?
Aristóteles entiende la felicidad como la culminación, como la perfección de la vida. Una vida feliz es una vida perfecta.
Si la felicidad es la culminación de la vida, la felicidad tiene que ser algo estrechamente relacionado con nuestra naturaleza, con lo que somos.
¿Qué somos los seres humanos? ¿Qué nos caracteriza y diferencia de otras especies?
Por tanto, la vida humana alcanza su culminación (felicidad) cuando se cumplen dos condiciones:
Vivimos empleando la razón, en lugar de seguir los instintos.
Vivimos en sociedad, en lugar de vivir aislados.
¿Qué necesitamos para ser felices? Virtudes sociales
La unión de ambas condiciones se da cuando los hombres consiguen la virtud: cuando somos virtuosos somos a la vez racionales y vivimos junto a otros seres humanos. Y siendo virtuosos, seremos felices, pues llevaremos una vida acorde a nuestra naturaleza. Practicar las virtudes nos acerca a la felicidad.