Introducción

Definir o precisar qué es el ocio, cuáles son las actividades que componen el ocio, puede parecernos una tarea fácil de realizar. Como aquellos que eran preguntados por Sócrates, quizá pensemos que nada hay más fácil que definir el ocio: es algo que hacemos a menudo, que tenemos planeado para nuestro tiempo libre. Sin embargo, y como les sucedía a quienes debatían con Sócrates, rápidamente nos damos cuenta de que no es sencillo precisar qué distingue al ocio del resto de actividades.

A poco que pensemos, encontramos que el ocio cambia de una época a otra, de un lugar a otro y de una persona a otra. Cuando apenas nadie sabía leer ni escribir, la lectura y la escritura eran parte del ocio de quienes habían tenido una educación. Hoy, leer y escribir son parte esencial de las obligaciones de todo estudiante. No hace tanto tiempo, el ordenador personal era una afición, un juguete para adultos, hoy para la mayoría de nosotros es una herramienta de trabajo. En nuestra cultura occidental, practicar deporte es una de las principales actividades de ocio. En otras culturas son las fiestas y celebraciones, la contemplación de la naturaleza o la práctica de rituales religiosos las principales actividades ociosas. El alcohol es un ingrediente habitual en nuestro ocio, pero está ausente en otras culturas.

Sin salir de nuestra cultura y época, lo que para unos es ocio, para otros es trabajo. Así pasa con pescar, montar en bicicleta, cantar o bailar. Y naturalmente, cada uno de nosotros preferimos unas actividades a otras: no todos disfrutamos bailando en nuestro tiempo libre, si lo hacemos es por compromiso social, por agradar a nuestras (potenciales) parejas o por integrarnos mejor en nuestro grupo de amigos. 

Ocio y realización personal

Dado que cada persona elige libremente su ocio y lo practica sin buscar ningún beneficio material, cuáles sean nuestras actividades de ocio dicen mucho de nosotros, de nuestros gustos, nuestra personalidad, nuestro modo de ver la vida. Si nuestras obligaciones reducen nuestra libertad y nos impiden hacer aquello que realmente queremos, a través del ocio nos realizamos, tratamos de llegar a ser quienes queremos ser.

A diferencia del trabajo y del resto de obligaciones, es en el ocio donde somos nosotros mismos, donde nos mostramos más auténticamente. Y dado que las actividades de ocio son actividades placenteras, actividades con las que disfrutamos, el ocio se vincula con la buena vida, con la felicidad

En conclusión, el ocio lo integran un conjunto de actividades que varían de una a otra cultura y, dentro de una misma cultura, varían según nuestra profesión, edad o preferencias personales. Más allá de la variedad de actividades ociosas, ¿podemos definir a todas ellas con algunas características comunes? ¿Es posible definir en general el ocio?