JUAN CARRETE
27/05/1991 El Mundo Enlace
Como «joven señor de los sueños» definió Pablo Neruda a José Caballero, una perfecta definición para un hombre cuyo delirio creador y la profunda imaginación poética fueron actitudes constantes a lo largo de su obra, una obra por comodidad de críticos de manual encuadrada en el surrealismo, y en su segunda etapa en la abstracción. En realidad la obra de Caballero es una constante evolución propia de los creadores siempre insatisfechos con su propia labor, y que él mismo se negaba a ser clasificado como surrealista. El mayor mérito histórico de José Caballero quizá se encuentre en haber sido el artista puente entre el antes y el después de la Guerra Civil, el artista que supo pasar el fuego de la antorcha de la vanguardia a través de la ruina y la destrucción, y darlo a conocer a la nueva generación. Una de sus características más singulares ha sido su dedicación al mundo de la creación en sus más variados aspectos: decorados teatrales (recordemos la escenografía para Bodas de sangre de García Lorca), figurines, carteles, diseños para tapices, cerámica, ilustraciones gráficas, etcétera. Cómo ilustrador siempre será recordado por los dibujos que preparó en 1935 para ilustrar la primera edición de la obra de Federico García Lorca Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, edición preparada por José Bergamín, obra magistral que revela su virtuosismo cómo dibujante. De su última etapa son significativas las estampas que realizara en 1971 para el poema Océano, de Pablo Neruda, y para La danza de la muerte, de Gerardo Diego, que ilustró en 1988. La obra de José Caballero, al igual que la de otros pintorespoetas, responde con precisión al verso de Horacio ut pictura poesis (como la pintura, así la poesía). Pintura y poesía como imitación de la naturaleza, no tal como es, sino como debiera ser, pues el auténtico pintor supera siempre a la naturaleza. Composición igual a argumento, y color igual a palabra. He aquí el auténtico clasicismo que hace sobrevivir a los pintores. Su talento, su creatividad, su enorme interés por él hombre, su capacidad poética se vio reconocida en 1984 con la concesión del Premio Nacional de Artes Plásticas. En estos días es posible contemplar por tierras andaluzas una exposición antológica sobre su obra. Este es un incompleto y último homenaje.