Clemente Barrena ha sido, desde su llegada a la Calcografía Nacional a mediados de la década de 1980, el paradigma del profesional capaz de abarcar los distintos ámbitos de actividad que requirió la institución como integrante de su Gabinete de Estudios.
A sus excepcionales cualidades humanas, de lo que son buena prueba los innumerables amigos hechos a lo largo de estos años en el ejercicio de la profesión, se unieron unas grandes capacidades y unos amplios conocimientos sobre grabado español. Hombre íntegro y versátil, dedicó toda su vida profesional a la Calcografía Nacional, a la que llegó siendo un joven recién licenciado en Historia del Arte. Con el Gabinete de Estudios de la Calcografía, un proyecto gestado en aquellos años, se identificó hasta sentirlo como algo propio, del que se mostraba enormemente orgulloso de pertenecer.
Enriquecer, conservar, estudiar, difundir y enseñar, fueron verbos que estuvieron grabados, como las tallas de una lámina de cobre, de forma indeleble en su actividad diaria.
Sus primeros trabajos se dedicaron a ordenar y catalogar correctamente los fondos históricos de matrices, y a su esfuerzo se debe en parte el primer Catálogo general de la Calcografía Nacional editado en 1987, actualizado en 2004 bajo su minucioso control.
Al tiempo gran parte de su energía estuvo enfocada al estudio y difusión del grabado español contemporáneo. El Elenco de estampas españolas de 1984-1985 se convirtió en el primer repertorio de artistas, talleres y galerías de nuestro país que sirvió de punto de partida para la promoción de esta disciplina. Este trabajo fructificaría después por diferentes caminos: ferias, premios, bienales. Todas estas iniciativas tenían siempre a Clemente Barrena como punto de referencia; a él recurrían los jurados de los premios, los organizadores de ferias y bienales le preguntaban por los artistas más destacados del año, y los editores le consultaban sobre el modo más adecuado para plantear una edición. Y Clemente Barrena, con su “base de datos” satisfacía puntualmente con generosidad todas las demandas.
Su relación personal con los artistas y galeristas le convirtió en el mediador entre ellos. En amplia medida la colección de planchas contemporáneas de la institución responde a sus criterios selectivos y a su manera de entender la evolución del arte gráfico.
Los premios, ya fueran destinados a artistas consagrados, como el Premio Nacional de Grabado, o noveles, como el Certamen de Arte Gráfico para Jóvenes grabadores, fueron también uno de sus objetivos preferentes. Gracias a su conocimiento fue posible materializarlos no sólo en forma de exposiciones, sino también de ediciones que enriquecieron la colección de matrices y estampas de la Calcografía Nacional.
Entre los hitos de su producción intelectual merece un lugar destacado su participación en el Diccionario del dibujo y la estampa. Su conocimiento de las técnicas del arte gráfico ha permitido a esta obra figurar entre los libros de cabecera de los conservadores e historiadores españoles del arte, muchos de ellos especializados en el ámbito del grabado gracias a la actividad docente que ha ejercido también a lo largo de estos años a través del programa de Escuelas Taller y de diversos cursos y seminarios.
Como historiador participó activamente en la elaboración de catálogos de algunos de los más importantes grabadores españoles, como los de Rafael Esteve y Fernando Selma, que se han convertido en instrumentos ineludibles de consulta.
Su última "pasión", porque todo lo hacía de este modo, estaba centrada en el estudio y tratamiento técnico de las estampas de la Colección Antonio Correa. A ella estaba volcado cuando le sorprendió el destino. Los que tuvimos la fortuna de tratarlo esperamos que, en un futuro próximo, podamos ver materializado esté testamento profesional y vital del que fuera nuestro querido compañero y amigo Clemente Barrena.
Publicado en José Manuel Matilla, "Clemente Barrena (Mérida, Badajoz, 1959 - Madrid, 2011). En el recuerdo", Grabado y Edición 29 (2011) 30-31. Ver texto de la revista