Stratford/Burton

Días 27-28. Jueves 4 y viernes 5 de agosto. Stanford-upon-Avon

The Cotswolds me ha gustado mucho pero me voy con la idea de que aún sería más bonito recorrerlo en bicicleta o moto por los caminos de un sólo sentido. Stanford-upon-Avon es famoso por ser el pueblo donde nació y está enterrado Shakespeare, aunque la razón fundamental para llegar a allí es que está en el camino hacia Burton on Trent, el pueblo de mi amigo Carl, donde hemos quedado para pasar el fin de semana.

Llegamos al camping (52.18348, -1.73061) sobre el mediodía. En realidad son las instalaciones del hipódromo que funciona como camping fuera de la temporada ecuestre en la gran zona de césped anexa a la pista de carreras. Al centro se puede ir andando porque sólo está 2 kilómetros, pero preferimos ir en bici porque el camino es bueno. Fuimos directos a la oficina de turismo por el mapa pero en el recorrido hasta allí nos sorprendió ver unos edificios de entramado de madera muy bonitos. La oficina de turismo está cerca de una amplia zona verde junto al río y el canal. Es un área preciosa, con barcos turísticos, vivienda y tienda, pubs, cisnes, patos y está muy concurrido.

Las bicicletas están amarradas frente a The Garrick Inn y no resistimos la tentación de tomar una cerveza en el pub más antiguo de la ciudad data que data de 1400. Por fuera es un llamativo edificio de entramado de madera y por dentro habrá sufrido mil modificaciones en sus cinco siglos de historia, pero aún antiene la esencia de un auténtico pub inglés.

El viernes fuimos por la mañana a la zona peatonal donde está la casa natal de Shakespeare, que no es visitable, y compramos adornos de navidad en una tienda especializada (Mercedes va recogiendo adornos de todos los sitios que visitamos para su árbol). A las 11 de la mañana fuimos a visitar la granja de mariposas. Es un recinto pequeño, ambientado como un selva tropical, con esculturas precolombinas. Dentro hace un calor húmedo sofocante, especialmente al llegar del fresco del exterior. Las mariposas están por todas partes, incluso se te aposan encima, son muy variadas y de vivos colores, pero a mi me alucinan las hormigas cortadoras de hojas. Las he visto muchas veces en la televisión. Es absolutamente maravilloso verlas cortar hojas y correr por la rama del árbol cargadas con enormes trozos que pueden llegar a pesar hasta veinte veces su peso, como si un hombre de 80 kilos pudiese transportar 1600 kilos y moverse rápido. Lo curioso es que no se comen las hojas, sino que son granjeras, con ellas alimentan a unos hongos que son su comida. Podría pasar un par de horas viendo las hormigas y haciendo fotos pero hace mucho calor y tenemos que salir.

A la salida de la granja de mariposas seguimos la orilla del río hasta el Royal Shakespeare Theatre, que es un edificio enorme moderno, y llegamos hasta la Holy Trinity Church donde está enterrado el bardo y parte de su familia. La iglesia es realmente bonita y el paseo de ida y vuelta bordeando el río, también.

Esta zona verde nos ha gustado mucho y hemos visto un restaurante de fish and chips con una terracita que da al río y decidimos comer allí. Después de descansar un rato tomando un helado junto al río paseamos por las calles del centro que no habíamos visto descubriendo más casas del siglo XIV con entramado de madera. En una de ellas vimos una librería de segunda mano y compramos dos libros para Marta, voraz lectora a la que encantan los libros antiguos. Ella habría disfrutado mucho eligiéndolos porque no sólo los libros eran viejos sino el conjunto del edificio y el librero, que casi parecía sacado de la época de Shakespeare, jejejeje. También entramos en algunas tiendas, pero creo que la ropa, como la comida, no es el fuerte de los ingleses y no compramos nada.

De vuelta a casa nos pasamos por el cottage de Anne Hathaway pero ya está cerrando (aquí todo cierra temprano, entre las 5 y las 6) y solo lo vimos por fuera.

Al contrario que a Bath, a Stratford-upon-Avon llegamos sin ninguna expectativa y nos fuimos gratamente sorprendidos.

Días 29 y 30. Sábado 6 y domingo 7 de agosto. Burton on Trent

Mientras nosotros salimos de Stratford-upon-Avon y cubrimos los 90 kilómetros que nos separa de Burton on Trent, Carl jugaba al golf como todos los sábados. Llegamos sobre la 1 a Cross Farm (52.838137, -1.642093). Es importante reservar y quedar con el dueño porque para entrar hay una barrera y hay que llamarlo para que te dé el código de acceso y pagarle. La granja dispone de un enorme prado verde con unas vistas excelentes y algunos servicios básicos: wc, lavadora, etc.

A los 15 minutos de estar instalados, apareció mi amigo Carl. Llevamos dos años chateando los lunes por la tarde pero es la primera vez que nos vemos en persona. Pasamos por su casa a recoger a Kay, tomar un lunch, y nos fuimos hasta el cercano National Memorial Arboretum. La presencia del pasado militar británico es intensa en todas las iglesias y catedrales que hemos visitado, en todas las plazas de las ciudades y pueblos, incluso en las fachadas de pubs o en un camping se puede ver la silueta de un soldado y el lema "Lest we forget" (No olvidemos o para que no olvidemos), en este caso en referencia a la I Guerra Mundial. Sin embargo, el National Mermorial Arboretum va mucho más allá. Es una enorme zona verde de 25 acres (unas 12 hectáreas) que contiene 25.000 árboles y 400 memoriales de todo tipo y tamaño, conmemorando tanto a militares como a policías y bomberos. La tarde está estupenda y dimos un paseo agradable.

Volvimos a Burton e hicimos tiempo hasta la hora de cenar paseando por la ribera del río. Como aquí no falta el agua el césped está muy verde y hay muchos árboles por lo que la zona es muy bonita. Durante el paseo cruzamos el Ferry Bridge, un puente peatonal de la época victoriana, que además de su utilidad tiene un diseño muy atractivo. Terminamos el día cenando con Carl, Kay y unos amigos en un italiano.

El domingo fuimos a Lichfield. El pueblo tiene una agradable zona peatonal, con muchas tiendas y muy animado. Dimos un paseo rodeando un lago artificial cerca de la catedral y después entramos a visitarla. Nos causó asombro que han instalado un playa (eso ponía en un cartel) en la plaza frente a la catedral, básicamente, un arenero donde los niños juegan como si estuvieran en una playa de verdad mientras los padres están sentados en bancos o toman un cerveza sobre el césped amarillento.

Compramos el lunch, el meal deal que incluye por 3,5£ un sandwich, postre, snack y bebida, y comimos junto al lago. Cerca de allí está instalada una feria que Carl pensó que nos gustaría ver y acertó. Desde lejos parecía la típica calle de atracciones de una feria pero una vez allí nos sorprendió ver camiones y coches de diseño muy antiguos pero de aspecto totalmente nuevos y más increíble aún, máquinas de vapor del tamaño de un tractor grande que movían las atracciones y tiran de ellas por la carretera cuando la feria de desplaza de una ciudad a otra. Las máquinas tienen más de un siglo pero están absolutamente nuevas.

De vuelta a casa, paramos a dar un paseo por el camino de tiro de un canal. La zona es muy verde y la tarde primaveral, con un sol radiante y un cielo azul, invita a pasear. Los canales fueron las autopistas del país antes de la revolución industrial y actualmente se siguen usando como recreo. Tuvimos la suerte de ver cómo funciona una exclusa porque llegó un barco, se bajaron dos hombres y cerraron la puerta de atrás, luego fueron a la delante, la abrieron, en ambas ocasiones usando un simple mecanismo accionado a mano, y comenzó a entrar agua. Mientras se llevaba la exclusa y el barco subía, sus tripulantes nos dijeron que habían alquilado el barco, pero que en el canal los había que eran viviendas permanentes.

Continuamos el paseo hasta una enorme mansión. La fachada es de estilo neoclásico pero bastante descuidada. Para llegar a ella cruzamos un puente tan estrecho que sólo puede pasar una persona andando o a caballo. Carl nos dijo que fue construido para la visita a la mansión de Isabel I. La zona es espectacular, con mucha vegetación, un césped intensamente verde y enormes árboles. En Inglaterra hay cientos de kilómetros de canales que se pueden recorrer a pie o andando por los caminos de tiro, porque las barcazas eran originariamente tiradas por caballos que necesitaban un buen camino junto al canal.

El fin de semana se pasó volando en la agradable compañía de nuestros amigos. Nos despedimos de ellos después de cenar esperando volver a encontrarnos en España.

Tregua de Navidad